“Un medio ambiente y una economía sanos son inseparables”
Para los Verdes Liberales, la economía también puede beneficiarse del gran cambio energético, que conducirá a un abandono gradual de las energías nuclear y fósil. El joven partido del centro quiere construir una sociedad sostenible con recetas liberales. Entrevista con su presidente, Martin Bäumle.
En las elecciones federales de octubre los Verdes Liberales (VL) aspiran a consolidar el sorprendente resultado del 5,4% de los votos que obtuvieron en 2011. Sin embargo, en los próximos meses la fuerza emergente del centro tendrá que superar el fracaso el pasado 8 de marzo de su primera iniciativa popular: la propuesta de introducir un impuesto sobre la energía en lugar del IVA sufrió un batacazo en las urnas, el 92% de los votantes la rechazó, fue el peor resultado que ha registrado una iniciativa en mucho tiempo.
Esta entrevista se realizó en el mes de marzo.
swissinfo.ch: ¿Cuáles son las dos principales prioridades de los Verdes Liberales para la próxima legislatura?
Martin Bäumle: En primer lugar, es necesario llevar a cabo el cambio energético de modo liberal. En este ámbito defendemos la introducción de incentivos para favorecer la eficiencia y el ahorro energético con el objetivo de reducir los daños medioambientales y construir una sociedad sostenible. En segundo lugar, queremos mantener y reforzar nuestro emplazamiento económico y la calidad de vida en Suiza. A tal fin propugnamos la creación y el desarrollo de parques de innovación en Suiza.
El Partido Verde Liberal fue fundado en 2004 en Zúrich, tras las divergencias en la sección cantonal del Partido Ecologista Suizo que desembocaron en la escisión del ala más liberal.
Inicialmente solo activos en los cantones de Zúrich y San Gall, en 2007 los Verdes Liberales establecieron una estructura nacional y obtuvieron el 2,1% de los votos en las elecciones federales.
El pequeño partido del centro causó cierta sorpresa en las elecciones de 2011, cuando conquistó el 5,4% de los sufragios. Hoy los Verdes Liberales cuentan con representación en una veintena de cantones.
El líder del partido a escala nacional es el diputado de Zúrich, Martin BäumleEnlace externo. Diplomado en Química por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, Bäumle es gerente de una sociedad unipersonal de consultoría y de medición de compuestos orgánicos volátiles.
swissinfo.ch: Los Verdes Liberales pretenden conciliar el desarrollo sostenible con los intereses económicos liberales. ¿No se trata de dos objetivos contrapuestos?
M.B.: No, al contrario. Un medio ambiente y una economía sanos son inseparables. Si la calidad del medio ambiente no es buena, la población sufre y tampoco funciona la economía. Por otra parte, la economía también puede ganar dinero con un desarrollo sostenible.
Pero para ello son necesarias soluciones liberales. Si las empresas pueden obtener beneficios en el sector medioambiental —por ejemplo con las tecnologías limpias—, entonces estarán interesadas en hacer algo. En cambio, es mucho más difícil conseguirlo imponiendo obligaciones y prescripciones. De hecho, la economía tiende a oponerse cuando se ve obligada a hacer algo sin poder sacar provecho.
swissinfo.ch: En marzo, el pueblo rechazó con contundencia la iniciativa ‘Un impuesto energético en lugar del IVA’ promovida por los Verdes Liberales. ¿De qué manera pretende ahora su partido acelerar el cambio energético?
M.B.: Estamos convencidos de que la introducción de un sistema de incentivos en lugar de los subsidios es la mejor vía para llevar a cabo en las condiciones óptimas el cambio energético. Es decir, reducir el consumo de las energías fósiles, concretizar el abandono nuclear y aumentar la cuota de las energías renovables. Trataremos ahora de trabajar de manera constructiva y de desarrollar ulteriores propuestas para encontrar soluciones e incentivos que logren mayorías.
swissinfo.ch: Cuatro años después de Fukushima aumenta la resistencia contra el cambio energético. ¿La Estrategia Energética 2050 del Gobierno, que deberá llevarnos al abandono nuclear y a una mejor protección del clima, cuenta todavía con los apoyos suficientes para alcanzar esos objetivos?
M.B.: La derecha trata desde hace tiempo de frenar este proceso. Aprovecha cada oportunidad —como la apreciación del franco— para oponer resistencia y luchar contra el cambio energético. Sin embargo, espero que los partidos del centro no se presten a este juego y mantengan el rumbo que hemos iniciado: realizar la primera etapa de la nueva Estrategia Energética y adoptar cuanto antes un sistema de incentivos para promover las fuentes renovables.
swissinfo.ch: Desde el 9 de febrero de 2014, en Suiza se debate cómo aplicar la iniciativa para frenar la inmigración aprobada en las urnas, sin comprometer los acuerdos bilaterales firmados con la Unión Europea. ¿Qué solución defiende su partido?
M.B.: Debemos encontrar una vía pragmática para materializar esta iniciativa, es decir, para cumplir el nuevo artículo constitucional, y al mismo tiempo, salvaguardar los acuerdos bilaterales. Ello no será para nada fácil, pero tal vez existan soluciones como el modelo propuesto por el exsecretario de Estado Michael Ambühl. En base a este modelo, Suiza podría aplicar una cláusula de salvaguardia a partir del momento en el que se supere una determinada cuota de inmigrantes. Es una solución que podrían adoptar incluso otros países europeos que se ven confrontados con problemas análogos.
Creo que entre todos podemos alcanzar los objetivos de modo pragmático. Pero en el caso de no encontrar una solución y si el pueblo es llamado otra vez a las urnas, entonces nuestro partido tomará posición a favor de los acuerdos bilaterales y no de una interpretación estricta de la iniciativa. Para los Verdes Liberales los acuerdos bilaterales tienen claramente prioridad.
swissinfo.ch: ¿Qué recetas propone para contrarrestar la apreciación del franco?
M.B.: Desde nuestro punto de vista, la fortaleza del franco no constituye un verdadero problema. Las discusiones actuales son absolutamente exageradas. A título comparativo, los cupos para limitar la inmigración, que amenazan con crear inseguridad y falta de mano de obra cualificada, tendrían repercusiones mayores sobre las perspectivas económicas.
Algunos sectores de la industria de exportación se ven seguramente afectados por el franco fuerte. Pero las empresas han tenido cuatro años para prepararse para la apreciación del franco, y aquellas que han tomado las medidas necesarias deberían estar en grado de afrontar este problema. El turismo se ve asimismo tocado, pero también aquí existen problemas estructurales que el sector lleva arrastrando desde hace años.
En nuestra opinión sería erróneo intervenir con medidas de apoyo y con recetas no apropiadas. Por el contrario, es importante desarrollar de modo positivo las condiciones marco del sistema económico suizo y seguir fomentando la innovación.
swissinfo.ch: En los últimos años se han vertido ríos de tinta sobre el islam: los minaretes, el velo, el terrorismo. ¿Qué lugar le corresponde a la religión musulmana en la sociedad suiza?
M.B.: Para los Verdes Liberales la libertad de confesión es un valor fundamental. Todo el mundo debe poder practicar en su vida privada la fe que quiera. La mayoría de los musulmanes en Suiza son personas como usted y yo. Por tanto, no hay que dramatizar. Existen fundamentalistas, y aquí es donde pueden surgir los problemas que deben afrontarse. Si alguien no se comporta de manera correcta hay que intervenir. Pero esto es así en todos los ámbitos, no solo en el de la religión.
Creo que la radicalización es un problema global. Afortunadamente, Suiza se ve poco afectada, tal vez porque dispone de una política de integración mejor que otros países. No veo que se avecinen grandes amenazas para Suiza. En la población persisten, sin embargo, miedos que tomamos en serio. Pero nosotros luchamos contra cualquier tipo de radicalización, sin estigmatizar a todos los musulmanes.
Traducción: Antonio Suárez
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Una revolución fiscal para lograr el giro energético
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Subir los precios de los combustibles y los carburantes para reducir el consumo de energías fósiles. Es lo que proponen los Verdes Liberales en una iniciativa que quiere sustituir el IVA por un impuesto energético. Casi todos los demás partidos se oponen al proyecto.
Cambio climático, contaminación atmosférica, efectos dañinos para la salud y el medio ambiente: las energías fósiles – petróleo, gas, carbón – causan graves problemas, con los que cargarán las futuras generaciones. En Suiza, el debate sobre el giro energético comenzó hace treinta años. Sin embargo, el 66% del abastecimiento energético del país aún proviene de fuentes fósiles, mientras las nuevas energías renovables – sol, viento, biogás – representan apenas el 2%.
En 2011, tras el accidente nuclear de Fukushima, el Gobierno decidió elaborar una nueva Estrategia Energética 2050, que prevé mejorar la eficiencia energética y desarrollar las fuentes renovables para prescindir progresivamente de la energía atómica y reducir el consumo de fuentes fósiles. Este paquete de medidas – que se ha sometido al Parlamento – constituye un paso en la buena dirección, pero su aplicación avanza a paso de tortuga, a juicio de los Verdes Liberales (VL).
Con la iniciativa Reemplazar el IVA por un impuesto sobre la energía, el partido de centro propone una revolución del sistema fiscal para acelerar el giro energético. Según el texto, el impuesto sobre el valor añadido (IVA) deberá sustituirse en el plazo de cinco años por un gravamen sobre la producción y la importación de energías no renovables. Este nuevo gravamen llevará a un fuerte encarecimiento de los carburantes y los combustibles fósiles, por lo que favorecerá el ahorro energético y aumentará la competitividad de las energías limpias.
Iniciativa de los Verdes Liberales
En texto estipula que se suprima el impuesto sobre el valor añadido (IVA) el plazo de 5 años. En su lugar, se aplicará un gravamen sobre la producción o la importación de energías no renovables.
La recaudación de este impuesto deberá corresponder inicialmente a los ingresos del IVA durante el quinquenio precedente a su supresión. Luego, los ingresos se calcularán para que correspondan a un porcentaje fijo del Producto Interior Bruto.
Para evitar distorsiones de la competitividad internacional, la ley puede contemplar excepciones para los sectores industriales que consumen mucha energía e introducir un impuesto sobre la energía gris, que pesaría principalmente sobre las importaciones.
El 5% de los impuestos recaudados se utilizarían para reducir las primas del seguro médico de las clases con ingresos bajos u otras medidas de desgravación en su favor.
IVA, un impuesto equivocado
“En el marco de la nueva estrategia energética se discuten miles de propuestas de decretos, impuestos, subvenciones. Con nuestra iniciativa podemos resolver de un solo golpe todos estos problemas. Un impuesto energético reduciría, además, la menor carga administra respecto al IVA que pesa no solo sobre el Estado, sino también sobre más de 300 000 empresas”, explica Martin Bäumle.
Según el presidente de los VL, el nuevo gravamen permitirá, entre otras cosas, reducir más rápido la dependencia energética del extranjero. Cada año, Suiza gasta más de 13 000 millones de francos para comprar petróleo y gas que provienen en gran parte de países inestables. El fomento de las energías renovables, en cambio, dará un empujoncito a la industria helvética de las energías limpias (cleantech) y generará un valor agregado, así como miles de puestos de trabajo en el país.
“El IVA es un impuesto concebido de modo erróneo. Afecta al valor añadido que han creado nuestras empresas. Y afecta a la innovación, o sea, justo uno de los puntos fuertes de nuestra economía. Es mucho más sensato introducir en su lugar un impuesto que grave las energías no renovables importadas de regiones lejanas”, subraya Bäumle.
Turbulencias económicas
La iniciativa no cuenta con el aval del Gobierno, que recomienda al pueblo que la rechace. El Ejecutivo está convencido de que no se podrá reducir el consumo energético y las emisiones de CO2 sin aumentar los precios de las energías fósiles. Para compensar los ingresos del IVA, estimados en cerca de 23 000 millones de francos al año, los gravámenes sobre los carburantes y los combustibles de origen fósil deberían fijarse a un nivel demasiado alto: la gasolina, por ejemplo, aumentaría al menos 3 francos el litro.
Así, el nuevo sistema fiscal penalizaría los hogares con ingresos bajos y restaría competitividad internacional a las empresas suizas. Para evitar distorsiones de competitividad, la iniciativa contempla excepciones para los sectores industriales que más energía consumen. Según el Gobierno, sin embargo, el impuesto energético amenaza con provocar “turbulencias económicas” a corto y medio plazo.
El Consejo Federal se niega a suprimir el IVA, que constituye la principal fuente fiscal del Estado (35%) y garantiza unos ingresos estables. Para fomentar el giro energético, el Gobierno prevé introducir a partir de 2012 un sistema de incentivos que prevé un gravamen sobre las energías fósiles cuya recaudación se distribuirá a los hogares y las empresas. Este proyecto, aunque aún incierto, provocará seguramente luchas encarnecidas entre los grupos parlamentarios.
Impuestos energéticos
En Suiza ya se han aplicado gravámenes para alcanzar los objetivos en materia de política climática y energética.
La Confederación cobra un impuestos CO2 sobre la producción y la importación de combustibles fósiles. Un tercio de la recaudación se destina a financiar un programa de ahorro energético y el resto se distribuye a la población.
Desde hace muchos años se habla de introducir un impuesto análogo sobre los carburantes de origen fósil. Una propuesta que hasta ahora ha rechazado el Parlamento, donde la derecha tiene mayoría.
También se gravan los costes de transporte de la energía eléctrica para costear el suministro de electricidad producida a partir de fuentes renovables, el tráfico pesado, así como los aceites minerales.
Financiación no duradera
La iniciativa de los VL ha cosechado algún que otro apoyo de sus ‘primos’ de izquierda, el Partido Ecologista (Verdes), promotores de una propuesta análoga que fracasó rotundamente (77%) en las urnas en 2001. Según los otros partidos, el gravamen energético representa una solución inviable. Considera arriesgado que la fuente de ingresos de un Estado dependa de una fuente – las energías fósiles – que se pretende reducir gradualmente.
Según la derecha y el centro, el impuesto energético constituye, además, una amenaza para el futuro de la plaza industrial y un obstáculo a la movilidad. “Suiza va muy avanzada en lo que se refiere a las medidas para reducir las emisiones de CO2 que prevé el Protocolo de Kioto. No podemos ir aún más lejos que los demás países con nuevos impuestos energéticos. Solo debilitarían nuestra economía y apenas tendrían efectos sobre el clima”, sostiene Albert Rösti, diputado de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora).
La izquierda defiende el IVA por razones de índoles social, entre otras. “El encarecimiento de las energías fósiles es indispensable para lograr un giro energético y medioambiental, pero debe hacerse en el marco de un sistema de incentivos. Sería peligroso privar al Estado de una fuente fiscal sólida como el IVA, que sirve para financiar parte de la seguridad social”, sostiene Eric Nussbaumer, diputado socialista.
Penalizar el despilfarro
“Ha llegado el momento de actuar, pero tal vez vayamos 20 años por delante de los demás partidos”, afirma Martin Bäumle en respuesta a las críticas. “No cabe duda de que un gravamen sobre la energía puede garantizar una financiación duradera al Estado: si se reduce el consumo de carburantes y combustibles fósiles, bastará con aumentar la tasa impositiva. Y si dentro de 100 años desaparecieran las energías fósiles, no sería un problema gravar las demás fuentes, que también dañan el medioambiente, aunque en menor medida. Siempre necesitaremos energía”.
“Además, nuestra iniciativa no tendrá repercusiones negativas para las empresas y los hogares, ya que el aumento de los precios de los carburantes y los combustibles se compensará con la supresión del IVA. Solo se penalizará a quienes consumen mucha energía de origen fósil”.
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