Una comisión estadounidense acusa a Suiza de ocultar activos rusos
Mark Pieth, un experto suizo en anticorrupción, ha declarado ante una influyente comisión del gobierno de Estados Unidos que acusa a Suiza de ocultar activos rusos. Pieth aseguró que los abogados suizos tienen campo libre para ayudar a los oligarcas a ocultar el rastro de sus fondos.
La Comisión para la Seguridad y la Cooperación en Europa, también conocida como la Comisión de Helsinki, ha emitido una dura crítica sobre el papel desempeñado por Suiza en la ocultación de activos rusos.
«Suiza, conocida desde hace mucho tiempo como lugar de destino en el que criminales de guerra y cleptócratas suelen ocultar sus botines, es uno de los principales apoyos con que cuenta el dictador ruso Vladimir Putin y sus secuaces. Después de saquear Rusia, Putin y sus oligarcas utilizan las leyes suizas de confidencialidad y secreto bancario para ocultar y proteger el producto de sus delitos», declaró el organismEnlace externooEnlace externo en un comunicado.
En la audiencia de la Comisión del jueves se escucharon los testimonios de Pieth, Miranda Patrucic, vice redactora en jefe de la organización Organized Crime and Corruption Reporting Project (Proyecto de Información sobre la Delincuencia Organizada y la Corrupción), y Bill Browder, un financiero que acusa a los fiscales suizos de haber hecho una chapuza en una investigación sobre el blanqueo de dinero en Rusia, y que está relacionada con la muerte de su abogado, Sergei Magnitsky.
Pieth declaró ante la Comisión que los abogados se aprovechan de las lagunas legales suizas para impedir los intentos de rastrear los activos rusos.
«Ayudar a ocultar fondos»
Este fue su testimonio en su totalidad:
«Sabemos que Suiza es un país pequeño. No obstante, alberga un complejo financiero considerable y es probablemente el mayor centro de comercio de materias primas del mundo.
Al mismo tiempo, este país tiene una larga tradición de secretismo. En resumen, es uno de los mayores paraísos fiscales del mundo.
Estoy especialmente interesado en el papel de los introductores y facilitadores, a menudo abogados que se esconden detrás del privilegio abogado-cliente. Desde luego, no hay nada reprochable si actúan como tradicionales abogados defendiendo los intereses de sus clientes. Pero, por otra parte, está igualmente claro que los abogados que invierten dinero en nombre de sus clientes no actúan como abogados, sino como operadores financieros.
Los Papeles de Panamá, los Papeles de Pandora y otras filtraciones han puesto de manifiesto, sin embargo, que hay un sector intermedio, aquellos que, sin tocar el dinero, se dedican a crear estructuras de blanqueo de capitales (empresas ficticias, cuentas offshore, etc.). No se ven afectados por la legislación AML [contra el blanqueo de capitales]. Pero, sin embargo, ayudan a ocultar los fondos de, por ejemplo, los oligarcas rusos, como han demostrado esas filtraciones.
Por poner un ejemplo, el violonchelista ruso [Sergei] Roldugin, amigo de Putin desde la escuela, obtuvo de repente una cuarta parte del Banco Rossiya y una cuarta parte de la fortuna de un fabricante de tanques ruso. Las personas que le ayudaron a acceder a estos activos y a ocultarlos son un bufete de abogados de Zúrich (se pueden facilitar los nombres).
Estas estructuras impiden que los bancos y las autoridades determinen quiénes son los verdaderos propietarios de los activos. Son un auténtico peligro para el éxito del sistema de sanciones contra Rusia.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?
En Suiza, hace poco más de un año el Parlamento, bajo la presión de los lobbies del sector, se negó a someter a estos facilitadores a la legislación en materia de lucha contra el blanqueo de capitales. Por supuesto, si tuviéramos pruebas claras de incumplimiento de sanciones y de blanqueo de dinero, las autoridades suizas podrían intervenir, pero como ha demostrado de manera escandalosa el ejemplo de Bill Browder, la aplicación de la ley puede ser ineficaz y a veces partidista.
A la espera de que Suiza redoble sus esfuerzos para regular a los facilitadores, Estados Unidos tiene un papel que desempeñar: evidentemente, cuando estos facilitadores socavan las sanciones estadounidenses, el DOJ [el Departamento de Justicia] podría intervenir. De manera más directa, se podría incluir a los facilitadores, cuyos nombres se conocen, en la lista de sanciones o se podría someter a estos abogados a una prohibición de visado.
En general, creo que tiene mucho interés la sugerencia de Bill de revisar las relaciones entre EE.UU y Suiza en materia de aplicación de la ley si el nuevo Fiscal General no entiende el mensaje del caso Magnitsky».
Reacción diplomática
Cuando Rusia invadió Ucrania, la respuesta inicial de Suiza fue no imponer sanciones, ya que podría violar la política de neutralidad del país alpino. Pero el gobierno suizo se vio obligado a dar un giro tras la presión nacional e internacional, y ahora aplica las sanciones de la Unión Europea contra personas y entidades rusas.
Las autoridades suizas han congelado hasta ahora 7 500 millones de francos (7 700 millones de dólares) de activos. Sin embargo, la Comisión de Helsinki, financiada por el gobierno de Estados Unidos pero que actúa de forma independiente, sigue sin sentirse contenta. Aunque no tiene autoridad formal para tomar decisiones en el escenario mundial, la Comisión de Helsinki, formada por 18 parlamentarios estadounidenses y representantes de los Departamentos de Estado, Defensa y Comercio, ejerce cierta influencia en la política exterior de Estados Unidos.
Los medios de comunicación suizos informan que las acusaciones públicas de la Comisión de Helsinki han causado consternación en el Gobierno suizo. El periódico Luzerner Zeitung informó que el Ministro de Asuntos Exteriores suizo, Ignazio Cassis, se opuso a las declaracionesEnlace externo con una llamada telefónica a su homólogo estadounidense, Antony Blinken.
Por su parte, el portavoz del gobierno suizo, André Simonazzi, rechazó enérgicamente las acusaciones de la Comisión de Helsinki.
«Suiza aplica todas las sanciones decididas por el Consejo Federal y la UE. Suiza no tiene motivos para avergonzarse de la forma en que aplica las sanciones si se compara con otros países», declaró a la emisora pública RTS.
La Comisión de Helsinki
La Comisión para la Seguridad y la Cooperación en Europa se fundó en 1976 con la intención declarada de defender los derechos humanos en todo el mundo y garantizar que este objetivo se incluya en la política exterior estadounidense.
El organismo, compuesto por políticos republicanos y demócratas, se describe a sí mismoEnlace externo como «una comisión independiente del gobierno estadounidense que promueve la seguridad nacional y los intereses nacionales de Estados Unidos mediante el fomento de los derechos humanos, la seguridad militar y la cooperación económica en 57 países».
Surgió a partir de los Acuerdos de Helsinki de 1975, que establecieron las condiciones militares y territoriales y un mecanismo de resolución de conflictos entre la Unión Soviética y Occidente durante la Guerra Fría. El nombre no oficial del organismo, Comisión de Helsinki, deriva del lugar de nacimiento de este organismo.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación (OSCE), de la que Suiza es miembro, también se creó a raíz de los Acuerdos de Helsinki. La Comisión de Helsinki coopera con la OSCE, pero es una organización independiente.
Traducido del inglés por José M. Wolff
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.