Valle de la Muerte: ¿Demasiada tolerancia en Suiza con los deportes extremos?

El salto BASE: en busca de emociones fuertes en Lauterbrunnen, también llamado el Valle de la Muerte. Swiss Base Association

Cada año, miles de turistas amantes de los deportes extremos se dirigen a Suiza, a veces con consecuencias fatales. ¿La tolerancia helvética con los extranjeros adictos a la adrenalina está ignorando la opinión de la población local? ¿O prohibir esos deportes solo empeoraría las cosas?

Los Alpes berneses ofrecen paisajes impresionantes durante todo el año. En verano, la paz de sus exuberantes y verdes praderas solo es perturbada por el sonido de los cencerros. En invierno, se goza de la majestuosa belleza de su nieve prístina y sus laderas rocosas.

Un idílico escenario que, en 2019, antes de la pandemia de COVID, representó para Suiza más de 11,8 millones de visitas de extranjeros que gastaron en el país 2 340 millones de dólares (2 340 millones de francos suizos), una significativa aportación a la economía helvética.

Pero no a todo el mundo le interesa la calma y la serenidad. Los fanáticos de los deportes de aventura, como el paracaidismo, el salto BASE, el parapente o la escalada, también se sienten atraídos por los Alpes suizos y, especialmente, por los vertiginosos acantilados del valle de Lauterbrunnen.

El Valle de Lauterbrunnen es hermoso, pero también peligroso. © Keystone / Gaetan Bally

Entre 2000 y 2022, Suiza registró 80 muertes -o desapariciones- de fanáticos de los deportes extremos. Tres cuartas partes se reportaron en la región de Lauterbrunnen, también conocida como el Valle de la Muerte. En mayo de 2021, Lauterbrunnen decidió incluso inaugurar un monumento a las víctimas en su cementerio local.

Al menos tres practicantes de salto BASE han muerto esta temporada: en marzo, un alemán de 48 años; en julio, un francés de 34 años; y en septiembre, un australiano de 40 años. Además, un brasileño de 35 años desapareció y podría ser también víctima fatal de este deporte.

Todos tenían en común su pasión por los Alpes y por el salto BASE, un deporte que debe sus siglas en inglés a que los saltos se realizan desde objetos fijos, como edificios (Buildings); mástiles de radio (Antennas); puentes y otros puntos elevados (Spans); y sitios naturales propicios (Earth), como los acantilados. Para dicha práctica, se usan paracaídas o trajes alados que permiten -si todo marcha bien- planear hasta tierra firme. Y los escarpados acantilados de Lauterbrunnen son perfectos para el salto BASE.

El hecho de que la diócesis local erigiera un monumento a las víctimas también tuvo una razón práctica. A medida que los tributos se iban extendiendo por todo el valle, colocando cruces, velas y artículos personales de las víctimas (como cascos y gafas) en donde existieron accidentes, el paisaje se alteraba.

«Eso puede genera una gran tensión en el lugar, por hermoso que sea”, expresó en aquel momento a SWI swissinfo.ch el responsable de la parroquia, Walter von Allmen.

Mala reputación

¿Son estos tributos el recordatorio de una verdad incómoda? ¿Y esa verdad es que la tolerancia suiza a la adrenalina extranjera es una carga demasiado pesada?

Estos argumentos fueron esgrimidos por la legisladora Margret Kiener Nellen en 2019, al pedir que Suiza prohibieran el salto BASE y los trajes alados. El gobierno se vio obligado a discutir el tema. Para Kiener Nellen, con cada muerte «la reputación de Suiza y del Oberland bernés, como destino turístico, se ve afectada a nivel mundial”.

En Suiza, la Oficina Federal de Aviación Civil regula todos los deportes aéreos. Pero el salto BASE y los trajes alados son considerados legalmente como variantes especiales del paracaidismo, así que pueden ser practicados por todo aquel que tenga una licencia.

En el terreno práctico, el salto BASE es regulado exclusivamente por los propios practicantes a través de organizaciones como la Asociación Suiza de Base (SBA). En la mayoría de los países de la Unión Europea (UE), en contraste, todo salto BASE requiere una aprobación previa.

El turismo bernés no promueve el salto BASE como una alternativa de ocio y en 2006 se debatió incluso una prohibición temporal que buscaba evitar a los residentes y viajeros la experiencia de presenciar este tipo de muertes.

‘No es tan mortal’

La respuesta del gobierno a la moción de Kiener Nellen fue que no hay razón para prohibir esta práctica porque «el número de personas que mueren en accidentes de salto BASE es muy pequeño, en términos absolutos, comparado con el número de decesos derivados de otras actividades de ocio como el montañismo».

De hecho, cuando se le analiza junto con otras causas de muerte en los deportes, los números absolutos del salto BASE no parecen “tan morales”. Por ejemplo, el año pasado 46 personas se ahogaron en ríos y lagos suizos.

Pero tampoco existen cifras precisas sobre el riesgo del salto de BASE porque el número de víctimas se compila libremente a partir de las escasas noticias locales y esto podría pasar por alto algunos casos. «El concepto de peligrosidad depende siempre del enfoque del análisis», explicó Stefan Siegrist, director del Consejo Suizo para la Prevención de Accidentes (BFU), en un informe especial sobre deportesEnlace externo publicado en agosto del 2021.

«La letalidad (número de muertes por cada 10 000 personas lesionadas) es particularmente alta en la natación (13). En algunos deportes, como el salto BASE, este valor no puede determinarse debido a la falta de datos. Los accidentes fatales más comunes se relacionan, generalmente, con el senderismo de montaña (46)», dijo.

Más gente, más problemas

El centro nacional para el rescate aéreo de Suiza (REGA) organizó 14 330 misiones el año pasado, un tercio más que el promedio reportado durante los últimos cinco años, según su portavoz Karin Zahner.

REGA lo atribuye a que cada vez más personas practican actividades de ocio en la montaña, lo que requiere una mayor movilización de los equipos de rescate para mantener la calidad de los servicios.

«En los días en los que REGA espera un aumento en el volumen de operaciones, estaciona helicópteros de rescate adicionales en el este de Suiza y en los puntos más altos de Berna, y hay personal extra trabajando en el centro de operaciones», dijo Zahner.

La policía bernesa también ha intensificado sus esfuerzos. «En general, se puede decir que el número de operaciones de rescate en las montañas ha aumentado constantemente en los últimos años. El ocio ha experimentado una transformación que lleva a cada vez más personas a las montañas”, expresó.

Sin embargo, ninguna organización tiene estadísticas concretas y fiables sobre las muertes de los turistas en las montañas, razón por la que REGA no puede proporcionar cifras o casos oficiales.

Autorregulación

Sin embargo, considerando que la práctica de deportes de aventura en la montaña ha aumentado -provocando más accidentes- y que otros deportes como la natación y el senderismo generan incluso más muertes, ¿es injusta la mala fama que ha adquirido el salto BASE?

Marcel Geser, presidente de la SBA, considera que sí y está comprometido a lograr que este deporte sea cada vez más seguro. Con 530 miembros registrados, esta asociación no lucrativa aboga por la adopción de protocolos de seguridad para permitir que estos adictos a la adrenalina continúen saltando.

«Sería extremadamente difícil prohibir la práctica del salto BASE en Suiza. No se puede poner a un oficial de policía en cada punto de salida de los saltos BASE simplemente a esperar que alguien llegue. Es mucho mejor encontrar soluciones y regular el deporte cuando se necesite. En algunos países, el salto BASE es ilegal y los saltadores BASE realizan esta actividad de noche o a escondidas de los guardabosques. Esto solo lo hace mucho más peligroso y ha tenido consecuencias fatales para los saltadores», explicó Geser.

La SBA solicita a los deportistas que quieran saltar en la región de Lauterbrunnen y Walenstadt comprar una tarjeta de aterrizaje anual con un valor de 40 francos suizos (4 dólares).

«De los 40 francos suizos, 25 francos suizos se destinan a los agricultores locales para obtener un permiso para aterrizar en sus campos y los 15 francos suizos restantes van a la SBA. Con el dinero que ganamos de la venta de las tarjetas de aterrizaje se realiza el mantenimiento de todos los puntos de salida (para que el salto sea seguro)”, refirió.

Un saltador BASE se arroja al vacío desde un punto de salida sobre Lauterbrunnen. Swiss Base Association

Contactos de emergencia

De acuerdo con las reglas de la asociación, además de comprar la tarjeta de aterrizaje, es obligatorio registrar los contactos de emergencia -para que los miembros de la familia puedan ser notificados en caso de accidente- y llamar a una línea directa para informar a Air-GlaciersEnlace externo del salto inminente.

Air-Glaciers es el principal operador de vuelos en helicóptero en la región. Políticamente, tendría el poder para impulsar una prohibición, pero ha preferido deliberadamente no hacerlo.

«Sí, en principio Air-Glaciers podría prohibir el salto. Sin embargo, si se respetan las normas acordadas, no vemos la necesidad de actuar. Además, creemos que tener reglas es la mejor en forma de preservar la seguridad. Y si los practicantes de salto BASE simplemente se lanzaran imprudentemente sin informarnos de nada, probablemente habrían ocurrido más accidentes graves», aseguró Christian Stähli, miembro de esta organización.

En respuesta a la moción del 2019, el gobierno citó el buen trabajo realizado por las asociaciones como la principal razón para no prohibir este deporte. «Desde que se formaron las estructuras asociativas (…) se ha llevado a cabo una labor educativa […] que ha reducido significativamente los problemas con los residentes y otros usuarios del espacio aéreo», afirmó.

Editado por Thomas Stephens

Adaptado del inglés por Andrea Ornelas