“Apuesta feminista afianza liderazgo de Sánchez”
La configuración del nuevo Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez ha tenido un eco importante en los medios internacionales por el elevado número de ministras. Once de las catorce carteras son ocupadas por mujeres. Con ello, España se ha adelantado a otras naciones progresistas como Canadá o Suecia. En opinión de la politóloga Yanina Welp, del Centro de Estudios para la Democracia en Aarau, la clara apuesta por la feminización permite al nuevo presidente fortalecer su liderazgo político.
swissinfo.ch: El nuevo gabinete del presidente Pedro Sánchez cuenta con once ministras y seis ministros. ¿Qué valoración hace usted de este reparto de carteras?
Yanina Welp: Hago una valoración doblemente positiva: en primer lugar, porque se apuesta por dar a la mujer el lugar que le corresponde, pero también porque es incuestionable que estas ministras están muy bien cualificadas. Ninguna de ellas está ahí por cumplir una cuota. De hecho, es curioso que los más cuestionados del nuevo gabinete sean varones, como el ministro de Cultura [Màxim Huerta] o [Fernando Grande] Marlaska [ministro de Interior]. Creo que es una apuesta clara, que en su día ya había propugnado [José Luis Rodríguez] Zapatero [expresidente socialista] con su gobierno [en 2004]. Cabe recordar que España se encuentra entre los primeros países en representación femenina en el ámbito parlamentario. Por tanto, lo que estamos viendo forma parte de una tendencia.
España vive un momento histórico. La primera moción de censura en tiempos de democracia hizo caer al Partido Popular y el país enfrenta el reto de poner coto a la corrupción, saldar una importante deuda social y resolver las tensiones independentistas. swissinfo.ch ha solicitado el análisis de diferentes expertos sobre el momento actual del país ibérico.
swissinfo.ch: El elevado porcentaje de mujeres ha sido noticia en la prensa mundial. ¿Qué valoración hace del contexto internacional?
Y. W.: Es una buena señal en tiempos convulsos. Estamos viendo un avance de la mujer en muchísimos ámbitos. Así, por ejemplo, la Asamblea de Naciones Unidas está presidida por una mujer. Y en España vemos que el Congreso ha estado presidido por una mujer durante el gobierno del Partido Popular. Hay cada vez más mujeres en la política y en los medios de comunicación. Así, en el diario ‘El País’ se ha nombrado recientemente a una mujer como directora [Soledad Gallego-Díaz].
swissinfo.ch: ¿A qué se debe este cambio en la política española?
Y. W.: Los fenómenos sociales y políticos se explican por múltiples razones. En este caso, el Partido Socialista ha marcado la tendencia hacia la feminización. Como decía, ya se estaban dando pasos en esa dirección desde el gobierno de Zapatero. España, un país tradicionalmente conservador, se ha convertido en un país mucho más abierto. Por otro lado, también hay una disputa con Podemos. Muchos analistas políticos leen la formación del gobierno en clave de disputa con Ciudadanos y Podemos. Es interesante también que aquí no se cumpla la lógica. Normalmente, se piensa que los nuevos partidos son los que más promuevan estas banderas. Podemos sí lo hace, aunque su dirección es mayoritariamente masculina. Pero Ciudadanos, no. Es el partido con menor representación femenina. Para conocer las causas exactas habría que hacer un análisis más profundo. Muy pocos pensaban que este gobierno se iba a formar. Tenía muy pocas credenciales. Hubo acusaciones muy duras.
También hay una vertiente partidista muy fuerte. Sánchez no contaba con el aval del partido y se decantó por figuras que no son mayoritariamente figuras de partido. Estratégicamente, los movimientos de Sánchez pueden ser vistos como una jugada maestra, porque ha conseguido sorprender positivamente a los de adentro y a los de afuera. Ha llegado al poder, siendo un líder con pocos avales dentro del partido y al que fuera se estaba cuestionando fuertemente. Insisto, las ministras están ahí porque tienen credenciales incuestionables. Ninguna de ellas está siendo cuestionada por sus antecedentes profesionales. Esta apuesta por la feminización permite al nuevo presidente fortalecer su liderazgo político, al menos en esta etapa inicial de su gobierno.
swissinfo.ch: ¿Son las mujeres mejores gestoras que los hombres?
Y. W.: Existen estudios sobre el tema, pero los resultados no son contundentes. Se resalta el estilo femenino frente a un estilo masculino. Me gusta esta idea, porque una mujer puede tener un estilo más masculino y un hombre, uno más femenino. En términos generales, el liderazgo femenino se caracteriza por promover el trabajo cooperativo, por desplazar los egos y por tener una orientación más centrada en los resultados. Existen, por tanto, variables asociadas a este liderazgo femenino que pueden contribuir a dar mejores resultados y a propiciar un mejor clima de trabajo. Pero, insisto, no son únicamente, ni por defecto, las mujeres quienes propaguen este estilo. También influye el hecho de que estamos viviendo un cambio de época.
swissinfo.ch: ¿Existen en el ámbito de la investigación certezas sobre si un elevado porcentaje de mujeres en parlamentos y gobiernos influye en la calidad de la democracia?
Y. W.: América Latina ha sido un laboratorio estupendo para analizar esta interrogante. Varias colegas de la ‘Red de Politólogas’, entre otras, han estudiado las leyes de cuotas en Latinoamérica y cómo han influido en la representación parlamentaria. Los resultados en el ámbito político y social nunca son automáticos. El primer país en representación parlamentaria de las mujeres es Ruanda. Y eso es visto como una pantalla. A veces, hecha la ley, hecha la trampa. Pero en las regiones con un nivel mínimo de democracia y de ahí para arriba, se observa que la participación de las mujeres logra ampliar la agenda parlamentaria, incluyendo temas que mejoran el bienestar y la calidad. Esto no resuelve toda una serie de problemas importantes que tienen que ver con lo económico, la pobreza u otras formas de exclusión. Pero se trata sin duda de una contribución nada desdeñable.
swissinfo.ch: ¿En qué medida ha influido en esta ‘feminización’ del gabinete el movimiento del 8-M o el debate #MeToo?
Y. W.: Los acontecimientos están en diálogo directo sobre todo con el 8-M. España sigue teniendo todavía algunas deudas pendientes, sobre todo si pensamos en la violencia doméstica y de género. En los últimos años, ha habido políticas diseñadas al respecto, pero sin presupuesto. Las movilizaciones que hubo en marzo en España y luego el juicio en el caso de la ‘Manada’ [violación en grupo de una mujer por varios hombres durante las fiestas de San Fermín en Pamplona en 2016] también son una muestra de una salida muy fuerte de las mujeres a la calle. No hay que olvidar tampoco las reacciones en el contexto internacional. El gobierno de [Donald] Trump, por ejemplo, ha suscitado una oposición muy fuerte por parte de grupos feministas, y una situación similar se dio en Brasil con [el presidente Michel] Temer. En el escenario internacional se han dado pasos atrás muy considerables. En este sentido, el Ejecutivo de Sánchez claramente se posiciona en la misma línea que Canadá y otros gobiernos con marcado carácter progresista.
swissinfo.ch: En su opinión, ¿cuál es el principal problema que España tiene que resolver en materia de igualdad de género?
Y. W.: Me cuesta resaltar un solo problema. Indudablemente, la violencia de género y la violencia sexual son los principales. Pero otro problema muy importante es el de compatibilizar la vida laboral con la familiar. Hay estudios que demuestran que la carga de estrés es muy elevada entre las mujeres de 35 a 55 años. Y aquí urge poner en marcha un paquete de mejoras en guarderías, cuidados, servicios públicos, etc. También es necesario un cambio en las dinámicas laborales. Se suele salir muy tarde del trabajo y luego hay reuniones muy largas que se pueden prolongar hasta la noche. Todo eso hace muy difícil conciliar la vida familiar con el trabajo.
swissinfo.ch: ¿Qué relevancia tiene la brecha salarial?
Y. W.: Es una forma de desigualdad y de discriminación inaceptable. No se puede cobrar menos por el mismo trabajo. Sin duda, es otro de los ámbitos clave. Hay que implementar políticas para que esto no ocurra, porque la masa es notable y las cifras son enormes. Además, es un problema sistémico y otro frente más que hay que combatir.
swissinfo.ch: La semana pasada se conoció, a través de la denuncia de un sindicato, que una empresa de fabricación de aceites de Andalucía se negó a pagar las subidas salariales acordadas en un convenio colectivo a las empleadas por considerar que el masculino genérico “trabajadores” utilizado en el texto solo se refería a los hombres. ¿Cree que el masculino genérico puede dar pie a confusiones y a discriminaciones de este tipo?
Y. W.: Preferiría no conocer a la persona a la que se le ocurrió semejante barbaridad. Claramente, no existe ningún error ni malentendido. Es un uso completamente intencional del lenguaje para ahorrar dinero y evidencia que los responsables no tienen claro dónde se sitúa la mujer en la sociedad y que no tienen ningún sentido de la moral. Más allá de eso, creo que este caso pone el énfasis en una cuestión crucial, es decir, en los órganos de justicia y de control. Si se reacciona rápidamente, como parece que ocurrió, y se penalizan estas injusticias, se puede producir un efecto emblemático que impide que semejantes acontecimientos vuelvan a pasar.
La investigadora argentina Yanina Welp se licenció en Ciencias Políticas y Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires. En 2001 se trasladó a España, donde obtuvo su doctorado. Desde 2008 vive y trabaja en Suiza. Es investigadora en el Centro de Estudios de la DemocraciaEnlace externo en Aarau, adscrito a la Universidad de Zúrich, y directora del Centro de Estudios Latinoamericanos de ZúrichEnlace externo. También es miembro de la ‘Red de Politólogas’ Enlace externoconstituida hace doce años para promover el trabajo académico de las mujeres en las ciencias políticas latinoamericanas y latinoamericanistas.
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