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Yemen, un país en el abismo

Acción de la unidad antiterrorista yemenita en la zona de Sarif, cerca de la capital Saná. Reuters

Yemen vuelve a estar en candilejas desde el fallido atentado contra un avión en Detroit. El país está al borde del desmoronamiento y requiere ayuda urgente que también Suiza podría aportar, sostiene la politóloga yemení-suiza Elham Manea. Entrevista.

swissinfo.ch: Aparte de que es un país pobre, corrupto, políticamente frágil y retrasado, la mayoría de los suizos sabe poco de Yemen. ¿Es correcto este cuadro?

Elham Manea: La descripción es correcta. Yemen es el país más pobre de la región árabe. Y no es que sólo sea corrupto, sino que es demasiado corrupto, según el índice establecido por Transparency International.

Otra característica es que Yemen ha vivido muchos conflictos en su historia reciente. Desde 1962 se han sucedido las guerras civiles.

swissinfo.ch: El Gobierno encara serios problemas internos: rebelión en el norte; sublevación de los separatistas en el sur. ¿Está el país al borde del desmoronamiento?

E.M.: Eso no se excluye. El presidente Ali Abdullah Saleh ha logrado controlar los conflictos en el país porque contaba con el apoyo de su etnia. Pero hoy ya no es el caso. Incluso en su núcleo familiar hay miembros que cuestionan su autoridad.

Además de los problemas con los rebeldes houthi en el norte y los separatistas en el sur, hay señales de división dentro de los cuadros de mando en la capital Saná. Existen alianzas islamistas fuertes. El presidente de la Universidad de Imanes, Abdul Majid al-Zindani, mantiene relaciones estrechas con Osama bin Laden desde antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre.

swissinfo.ch: Tras el fallido atentado aéreo de Detroit, Yemen es visto más que nunca como un punto de apoyo a la red terrorista de Al Qaeda y un sitio donde se forman los combatientes de dios. ¿Es eso evidente?

E.M.: Eso se sabe desde el 11 de septiembre de 2001. Ya entonces corrían rumores de que EEUU quería atacar Yemen y es probable que esa fuera la razón para que el gobierno yemení decidiera modificar su postura y cooperar con Estados Unidos.

swissinfo.ch: ¿Dónde se encuentran esos campos de entrenamiento de terroristas?

E.M.: No se conoce el sitio exacto. Pero en Yemen del sur hay muchos lugares montañosos parecidos a los de Afganistán, donde supuestamente hay tales campos. También en el norte habría campos de entrenamiento. Se supone que los servicios secretos lo saben. Los politólogos no lo sabemos.

A este cuadro se suman las estructuras tribales de la sociedad. Las etnias se consideran autónomas y ven en el Estado un enemigo. Se guían por sus códigos de honor y protegen a quien se lo solicita. Por tanto, también trabajan con Al Qaeda. Claro que también hay dinero en juego. Las tribus son impredecibles.

swissinfo.ch: ¿Es también notable la radicalización en las ciudades?

E.M.: A la Universidad de Imanes de Saná llegan estudiantes extranjeros y yemeníes. Se sabe que el presidente de la universidad Al-Zindani cree en la guerra santa, la Yihad. Me sorprendería mucho que propagase la paz. Al-Zindani representa una orientación rígida del Islam, una parecida a la del wahabismo de Arabia Saudí.

Este proceso comenzó a mediados de los años 1970. Al-Zindani era responsable de la cartera de Educación en el Gobierno. Entonces se impartía una sola lección de religión en las escuelas. Él modificó el plan de estudios y con el tiempo llegó a introducir ocho materias religiosas. Al-Zindani representa una interpretación estricta y radical del Islam.

El resultado de este proceso es perceptible en la forma actual de vestir de la gente. Las mujeres en las zonas rurales lucían ropas coloridas y mostraban sus rostros. Hoy visten de negro y están totalmente enfundadas.

Antes se veía a Yemen como un Estado moderado en su relación de chiíes, suníes y zaidis. Las diversas interpretaciones y orientaciones religiosas de la actualidad dan lugar a conflictos, incluso dentro de las familias.

swissinfo.ch: Bei der Bekämpfung des Terrors hat sich Präsident Saleh offiziell an die Seite der USA gestellt. Ist das mehr als ein Lippenbekenntnis?

E.M.: Der Präsident ist in einer sehr schwierigen Lage. So sagte al-Zindani vor kurzem öffentlich, dass er mit seinen Anhängern die Regierung zerschlagen würde, sollten die USA nach Jemen kommen, da dies der Beginn einer Kolonialisierung bedeuten würde.

Al-Zindani ist gefährlich. Er operiert auf der ideologischen Ebene. Er kann nicht nur die Stämme, sondern auch die Menschen auf einer religiösen Ebene mobilisieren. Und viele sind leider radikalisiert.

Gleichzeitig weiss Saleh, dass eine Zusammenarbeit mit den USA für ihn eine Rettung wäre. Denn er hat grosse Probleme in Nord- und in Südjemen, die viele Ressourcen schlucken. Würde er Gelder aus dem Westen zur Bekämpfung des Terrorismus erhalten, könnte er damit auch diese innenpolitischen Probleme angehen.

swissinfo.ch: El presidente Saleh se ha manifestado oficialmente al lado de EEUU en la lucha contra el terrorismo. ¿Es algo más que una confesión de labios?

E.M.: El presidente está en una situación muy difícil. Al-Zindani hizo declaraciones públicas recientemente advirtiendo que él y sus correligionarios aniquilarían al gobierno si Estados Unidos llegara a entrar en Yemen, porque eso equivaldría al principio de una colonización.

Al-Zindani es peligroso. Actúa en un plano ideológico y es capaz de movilizar no sólo a las tribus sino también a otras personas en el ámbito religioso. Y muchos de ellos son, lamentablemente, extremistas.

Al mismo tiempo Saleh sabe que cooperar con EEUU significa para él una salvación. Los conflictos que tiene en el norte y el sur engullen muchos recursos y si obtuviera dinero de Occidente para luchar contra el terrorismo podría también atajar estos problemas internos.

swissinfo.ch: ¿Puede Yemen resolver por cuenta propia el terrorismo?

E.M.: No lo creo. Hace falta ayuda del exterior. Pero si se habla sólo de medidas de seguridad, el problema a largo plazo sería inabordable. No hay una solución puramente militar. Hace falta habilidad diplomática, trabajo de servicios secretos y colaboración con aliados locales.
Pero sobre todo, el exterior debe tomar en serio los conflictos en el norte y en el sur de Yemen. Los problemas económicos y sociales deben ser abordados y eso significa una labor de desarrollo.
Sin embargo, aquí se plantea el problema de la corrupción porque el mismo gobierno es corrupto. Por eso hay menos cooperación extranjera al desarrollo.

A pesar de eso es pertinente apoyar al Gobierno para que cumpla con sus responsabilidades con los ciudadanos. Yemen necesita a su presidente porque en la situación actual no hay, lamentablemente, una alternativa a Ali Abdullah Saleh.

El régimen yemení debe finalmente poner orden en casa y comprender que se trata de la supervivencia del país.

swissinfo.ch: ¿Hace falta una acción militar contra el terrorismo?

E.M.: Sí, pero sin tropas estadounidenses, porque eso pondría a las tribus contra el Gobierno. Hay señores tribales poderosos que fácilmente pueden disponer de 100.000 combatientes. En tal caso, las fuerzas yemeníes tendrían que aliarse, tal vez, con Arabia Saudí.

swissinfo.ch: ¿Cómo podría Suiza apoyar a Yemen?

E.M.: Suiza podría cooperar con el país en la atención a los refugiados somalíes. Cada año llegan a Yemen unos 50.000 refugiados de Somalia y todos son acogidos. Pero el país no puede alimentar y dar cobijo a todos los refugiados.
Suiza tiene experiencia en este ámbito y podría colaborar con las autoridades yemeníes, por ejemplo, respaldando proyectos en el terreno.

Gaby Ochsenbein, swissinfo.ch
(Traducción: Juan Espinoza)

Yemen tiene 22 millones de habitantes. El 42% de su población vive debajo del umbral de la pobreza.

La mayoría de los yemeníes son musulmanes, aunque responden a diversas orientaciones: hay suníes, chiíes y zaidíes. Aparte de ellos, unos 400 judíos viven en Yemen.

El idioma oficial es el árabe. Su capital es Saná.

El Estado de la Península de Arabia es una república presidencial islámica.

El presidente Ali Abdullah Saleh desempeña ese cargo desde hace más de 30 años.

Desde 1978 era presidente de la República Árabe de Yemen (Yemen del Norte) y desde 1990 es presidente del Yemen unificado: la República de Yemen.

Nació en Egipto de madre egipcia y padre yemení del norte.

Vivió nueve años en Yemen, país que visita con regularidad.

Desde 1995 reside en Suiza. Está casada con un suizo y posee doble nacionalidad, la suiza y yemení.
Es hija de un diplomático y estudió Ciencias de la Política en la Universidad de Kuwait y en la Universidad de Washington, EEUU. Se doctoró por la Universidad de Zúrich.

Manea dicta clases en las universidades de Zúrich y Berna. Su cátedra especial es sobre la península de Arabia y la situación de la mujer en el mundo árabe.

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