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Alminares: Suiza vista por el mundo

El domingo (29.11) por la noche tuvo lugar una manifestación de protesta, contra la prohibición de construir nuevos alminares, frente al Palacio Federal. Reuters

Pocas veces una votación popular en Suiza ha tenido tanta repercusión en la prensa extranjera como la registrada la víspera, en la cual el pueblo aceptó la interdicción de construir alminares. Pocas veces también se ha visto una desaprobación tan generalizada.

Ampliamente difundida en el mundo árabe y musulmán, la noticia no fue, sin embargo, muy comentada. Es verdad que en las tierras del Islam, se celebra en estos días el Aid El Kebir, la Fiesta del Sacrificio, la más importante del calendario, con lo cual las reacciones podrían producirse más tarde.

Además, y en un primer momento, es la sorpresa la que domina. Varios sitios y periódicos árabes recuerdan las palabras del gran Muftí de Egipto, Ali Gomaa, que considera la interdicción de los alminares en Suiza «una humillación». En Arabia Saudita, Al Ryadh denuncia ampliamente «un paso que refuerza el odio».

En Líbano, el diario Assafir titula: «La islamofobia venció al país de la pluralidad», mientras que Annahar insiste en el mensaje del Gobierno suizo, que quiere «tranquilizar a los musulmanes».

El periódico también cita al pensador ginebrino Tariq Ramadan, para el que este resultado es «catastrófico», porque «Suiza expresó un verdadero miedo, un cuestionamiento profundo sobre la cuestión del Islam en Suiza».

Islam Online habla de la «confusión» y de la «sorpresa» de los musulmanes de Suiza.

La página web cede la palabra a Hicham Abou Maizer, presidente de la Federación de las Organizaciones Musulmanas en Suiza, que declara: «no queremos que se quemen las banderas suizas ni se perjudiquen los intereses suizos en el extranjero, porque estos actos no serían útiles ni beneficiosos. Pero apelamos a la cordura y pedimos observar hasta dónde irán los precursores racistas de la iniciativa».

«Fracaso de la razón»

«Absurdo», titula el diario francés Liberation, para el que Suiza adoptó, contra los musulmanes cuya «mayoría lleva una vida perfectamente respetuosa del derecho, una medida ostensiblemente discriminatoria».

«La fuerza absurda del prejuicio se constata aún más ya que son los cantones donde hay menos musulmanes los que aprobaron con mayor número de votos la medida anti-islam reclamada por la derecha extrema», añade el editorialista.

Le Monde Diplomatique on line observa en el resultado «una victoria de la islamofobia» y «una derrota de la razón».

También en Francia, Bernard Kouchner, interrogado por la RTL, se dijo «un poco «escandalizado» por esta «expresión de intolerancia». «Espero que los suizos den rápidamente marcha atrás sobre esta decisión», añadió el ministro de Exteriores. «¿Acaso es una ofensa en un país de montañas que haya una construcción un poco más elevada?», concluyó.

«El Islam es admitido si es discreto y transparente; el Islam es tolerado si no avanza en el espacio público», escribe Le Soir de Belgique. Para este diario, «se puede apostar que si esa votación se produjera en Bélgica, una mayoría de ciudadanos se pronunciaría también en contra. Fascistas notorios y néo populistas buscarían atizar las pasiones más bajas».

«Tomar como blanco las torres verticales atacando en realidad a los fieles que están abajo, es hipócrita y falaz. Y hoy en día, un juego peligroso», concluye el cotidiano.

De Luces y tolerancia

En Londres, el Financial Times dedica su titular a esta interdicción de construir alminares «que alimenta el miedo a las represalias». Mientras que en Estados Unidos, el Wall Street Journal considera que esta votación «puso en evidencia el conflicto persistente sobre la integración a la sociedad civil de una población musulmana europea en aumento».

En Alemania, Die Welt considera directamente que este resultado deja a Suiza «por debajo del nivel de las luces y la tolerancia que Europa, tan laboriosamente, logró».

Apenas más tierno, el editorialista del Spiegel.de evoca los daños de esta negativa para la imagen de Suiza, «guardiana de los derechos humanos, el país de la Cruz Roja y de los Convenios de Ginebra […] que discrimina a un solo grupo religioso, los musulmanes».

En Austria, la prensa estima que esta votación «destruye sin razón la paz religiosa».

Más radical, el semanario bosnio Oslobodjenje recuerda que antes de la votación, la Comisión Federal contra el Racismo había calificado esta iniciativa de «llamado al odio».

Marc-André Miserez, swissinfo.ch
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

Un 57,5% de los suizos aceptaron este domingo (29.11) la iniciativa antialminares.

El nivel de participación se elevó inhabitualmente (53%) en este escrutinio.

En la región de habla alemana, sólo el mediocantón de Basilea-Ciudad rechazó la iniciativa.

Tres cantones de expresión francesa también dijeron no: Ginebra (59,7%), Vaud (53,1%) y Neuchâtel (50,8%).

Con un porcentaje de aprobación que sobrepasa el 70%, Appenzell Rodas-Interior (71,5%) fue el que mayor número de votos atribuyó a la iniciativa, seguido por Glaris (68,8%) y St-Gallen (65,9%).

El Valais, el Jura y Friburgo figuran también en el campo de los antialminares, aunque con resultados más modestos (respectivamente: 58%,51,2% y 55,9%).

A este concierto de reprobación e inquietud responde la jubilación de las franjas más extremas de las derechas europeas.

Italia. «Incluso la paciente Suiza se cansó de la extensión de la inmigración y el Islam», dijo Maurizio Gasparri, presidente del grupo de la coalición de Silvio Berlusconi en el Senado italiano. «En Italia también debemos seguir la política de rigor. Tenemos pleno derecho», añadió el senador salido del partido post fascista Alianza Nacional.

El Ministro de Simplificación Administrativa, Roberto Calderoli, miembro del partido populista y xenófobo de la Liga del Norte: «de Suiza nos llega una clara señal: sí a los campanarios, no a los alminares».

Su colega de partido Roberto Castelli, senador y viceministro de Infraestructuras, pide incluso que se agregue la cruz a la bandera italiana.

Países Bajos. Esta votación «pone de manifiesto una vez más que los Gobiernos no quieren ver lo que siente la gente», clama por su parte el diputado de extrema derecha holandés Geert Wilders, que promete pedir al Gobierno de los Países Bajos organizar un referéndum similar.

Austria. La extrema derecha austríaca también se manifiesta satisfecha. El líder del Partido de la Libertad, Heinz-Christian Strache, habló de «una clara señal contra el islamismo radical».

El partido quiere ahora que la ley sobre la ordenación del territorio esté adaptada para prohibir la construcción de alminares en toda Austria.

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