¿Qué hacer cuando las violaciones son el arma de guerra?
En la mayoría de los conflictos actuales, la violación se utiliza como arma de guerra para aterrorizar a toda una comunidad. Con el apoyo de la diplomacia suiza, la organización no gubernamental Trial International lucha por poner fin a la impunidad de la que gozan sus autores en sitios como Siria, Birmania, la República Democrática del Congo o Libia.
«Hoy en día, no hay un solo conflicto en el mundo en el que no se recurra a la violación. Es un arma de guerra extremadamente eficaz, con múltiples deflagraciones, que golpea a la víctima, a su familia y a su comunidad. Y se utiliza ya que la impunidad sigue siendo la regla para los autores de esas atrocidades». Esta es la observación de Céline BardetEnlace externo, fundadora de la organización no gubernamental ‘No somos armas de guerra’.
Junto con una cincuentena de activistas, participó en un encuentroEnlace externo organizado por TRIAL International los días 18 y 19 de junio en Ginebra con motivo del 15º aniversario de la ONG suiza. Susannah SirkinEnlace externo, de la ONG ‘Physisians for human rights’, está de acuerdo: «Lo primero que hay que hacer es prevenir. Y una manera de avanzar es poner fin a la impunidad de quienes cometen estos crímenes y de quienes organizan estas campañas de violencia sexual. Si la impunidad es total, como en Siria o Birmania, alienta a los violadores, incluso en otros países en guerra».
Aunque las personas presentes en Ginebra coincidieron en que la violencia sexual tiende a generalizarse en las guerras, ningún estudio internacional permite medir este flagelo. Sin embargo, se estima que más de 20 000 mujeres fueron violadas durante las guerras en la otrora Yugoslavia (1992-1995). Y más de un millón de mujeres en la República Democrática del Congo desde los años 90, durante las repetidas guerras en varias regiones de este inmenso país. Sólo en 2017, la ONU informó de 5 783 casos en la RDC. Las cifras reales probablemente fueron mucho más altas.
Violación contra hombres
Pero es Libia la que presenta la situación más grave. «Lo que es excepcional en Libia es que la violación fue utilizada casi sistemáticamente en diferentes momentos: durante el reinado de Gaddafi, durante la revolución y ahora, cuando la violación es utilizada sistemáticamente en las cárceles. Se ha convertido en un medio de venganza practicado por todas las partes y dirigido principalmente a los hombres», dice Céline Bardet.
Pero, ¿qué sabemos exactamente sobre los motivos de los autores de estos crímenes? «Los numerosos testimonios recogidos evocan las amenazas de los autores, ya se trate de jefes de las milicias o de las fuerzas armadas. Muestra la voluntad de destruir un grupo cambiando la identidad de la próxima generación», dice Susannah Sirkin. En el norte de Irak, las víctimas de la minoría yazidi explicaron que durante su esclavitud, la gente de Daech les dijo que iban a hacerles un bebé Daech para destruir su comunidad, lo que ilustra la psicología genocida de estas violaciones.
También en Bosnia, los torturadores serbios dijeron lo mismo a las mujeres bosnias. Esta forma de tratar de transformar a todo un grupo a través de embarazos forzados ha sido documentada en Sudán, en la región de Darfur. «Pero en la mayoría de los casos, tal como los conocemos, la violación se utiliza para aterrorizar y ahuyentar a toda una población. Y esto en el contexto de una operación de limpieza étnica», continúa Susannah Sirkin.
La conciencia de estas atrocidades particulares apenas inicia. «Hasta 1945, la violación en tiempo de guerra se consideraba un daño colateral, no un delito real», explica Lucie CanalEnlace externo, asesora jurídica sobre violencia sexual de TRIAL International.
Muy pocos juicios
La primera mención explícita de la violación se remonta a la Cuarta Convención de Ginebra (1949), sin ser considerado un crimen de guerra grave. Fueron los tribunales internacionales para la antigua Yugoslavia y Ruanda los que permitieron definir estos crímenes con mayor precisión en el Derecho Internacional. Y fue con el Estatuto de Roma (1998) – que define el papel de la Corte Penal Internacional- que se pudo establecer una definición de los elementos que constituyen el crimen de violación y violencia sexual en tiempos de guerra o represión violenta. Esto incluye, por ejemplo, la prostitución forzada, el embarazo forzado o la esclavitud sexual.
Mientras que los tribunales internacionales para la antigua Yugoslavia y Ruanda han condenado a criminales de guerra por violación sistemática, la Corte Penal Internacional no podría condenar a nadie por tales crímenes, ya que el primer juicio de esta jurisdicción que contiene denuncias de violación contra el congoleño Jean-Pierre Bemba se perdió en apelación a principios de este mes.
Queda el recurso de acudir a los tribunales nacionales dotados del principio de jurisdicción universal. Pero los casos siguen siendo raros. Es por eso que TRIAL International tiene la intención de desarrollar las ideas plasmadas en las reuniones iniciadas el mes pasado en Ginebra para proteger mejor y ayudar a las víctimas de la violencia sexual a obtener tratamiento y justicia.
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