Asilo: la solidaridad de las ciudades se ve obstaculizada por el federalismo
A medida que se acerca el invierno distintas ciudades de Europa y Suiza manifiestan su deseo de acoger a refugiados del campo griego de Moria, devastado hace un mes por las llamas. Pero este deseo tiene algunas dificultades para hacerse realidad.
Varias ciudades suizas han manifestado su solidaridad con los refugiados del campamento de Moria, Grecia, destruido por las llamas hace apenas un mes, ya sea a través de donaciones en especie o mediante llamamientos a la Confederación para que el Gobierno suizo organice lo antes posible una conferencia nacional con objeto de facilitar la acogida de migrantes, principalmente de niños no acompañados.
Lanzado originalmente por la ciudad de Zúrich, sobrecogida al ver el desastre de Moria, el llamamiento fue después reiterado por las autoridades de Ginebra, Berna o Lausana. Una iniciativa humanitaria que también ha sido aprobada en ciudades menores, como Friburgo o Delémont. «La Confederación debe aprovechar la oportunidad», sostienen los responsables municipales de Ginebra y Lausana, “ante una situación como esta, de extrema urgencia».
Las ciudades, socios esenciales
Apelando a «un mayor compromiso» por parte de Suiza, estas ciudades están convencidas de que los poderes públicos tienen la posibilidad de cambiar las cosas, especialmente ahora que la Unión Europea está rediseñando su política migratoria. En calidad de «socios esenciales» de la política suiza en materia de asilo e integración -una prerrogativa de la Confederación-, estas ciudades han manifestado su deseo de participar en un debate que se desarrolla en Europa desde esta primavera a través del movimiento “CitiesmustactEnlace externo” (Las ciudades deben actuar).
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Creado tras el llamamiento hecho en marzo por la ciudad de Berlín para acoger a 1 500 migrantes con el fin de «aliviar la presión en esos terribles campamentos», «Citiesmustact» pretende sobre todo transmitir un mensaje a las autoridades para que revisen su política migratoria y se comprometan a «apoyar la reubicación inmediata» de los migrantes de las islas griegas.
Las ocho principales ciudades suizas (Zúrich, Ginebra, Basilea, Lausana, Berna, Winterthur, Lucerna y San Galo), al igual que hizo Berlín, no esperaron a la tragedia de Moria para mostrar su voluntad de acoger a más refugiados. Ya en junio, cuando empeoraba la situación en el mar Egeo, varias localidades reiteraron su capacidad para hacerse cargo de «un gran número de migrantes de forma rápida y eficaz».
¿Fueron escuchadas? En el ayuntamiento de Ginebra comienzan a perder la paciencia. «Hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta de la Confederación”, afirma Félicien Mazzola, teniente de alcalde de la ciudad. «En el marco de la Unión de Ciudades Suizas se ha puesto en marcha una iniciativa», afirma sin esconder su inquietud, «ante los problemas específicos que se presentarán cuando llegue el invierno».
La Secretaría de Estado de Migración (SEMEnlace externo) explica, por su parte, que ha tomado nota de las preocupaciones de las ciudades, pero seguidamente recuerda que la competencia en materia de asilo sigue siendo estrictamente responsabilidad del Gobierno federal. A mediados de septiembre la ministra responsable en esta materia, Karin Keller-Sutter, se entrevistó con los responsables cantonales, y de estas conversaciones se desprendió que la prioridad sigue siendo la ayuda humanitaria que Suiza realiza sobre el terreno.
Futuro traslado
No obstante, una veintena de niños de Moria podrán pronto ser acogidos en Suiza. «La organización de su traslado ya está en marcha», confirma Emmanuelle Jacquet von Sury, portavoz de la SEM, aunque todavía no está fijada la fecha de su llegada. «A principios de este año nuestro país ya trajo a Suiza desde Grecia a 52 solicitantes de asilo menores no acompañados con vínculos familiares», agrega.
Por lo que se refiere al eventual aumento del número fijo de 20 refugiados jóvenes como consecuencia de la presión ejercida por las ciudades y de la remodelación de la política migratoria europea, la SEM abre la puerta a un posible cambio: «En el caso de que se proponga un programa europeo de reubicación a largo plazo, el Ministerio de Justicia y Policía – que dirige Karin Keller-Sutter – podría contemplar una posible participación”.
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Ayuda de emergencia
Como respuesta al incendio que dejó sin techo a unos 12 500 migrantes, la Confederación envió rápidamente al lugar equipos esenciales y además personal experto en situaciones extremas (el Cuerpo de Ayuda Humanitaria Suizo). Su misión ha consistido en restablecer el acceso al agua potable y brindar apoyo para reducir al máximo los riesgos para la salud durante este período de coronavirus. Así, Suiza llevó a Lesbos cinco toneladas de material de socorro (tiendas, generadores, depósitos de agua, etc.). Y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDEEnlace externo) también distribuyó cerca de 40 000 mascarillas protectoras al hospital principal de la isla. Una acción humanitaria que finalizó el 30 de septiembre y que ha supuesto el restablecimiento del acceso al agua potable para unas 10 000 personas.
El propio subdirector de COSUDE, Manuel Bessler, visitó el lugar a finales del mes pasado e hizo el siguiente comentario: «Es hora de pasar el testigo a las agencias y a las ONG». No obstante, dependiendo de cómo evolucione la situación, los expertos suizos podrían volver a ser llamados para actuar de nuevo sobre el terreno. Por su parte, las autoridades griegas han levantado un nuevo Centro de Registro e Identificación temporal con capacidad para 10 000 refugiados.
Al día siguiente de la tragedia, Karin Keller-Sutter aseguró a la SRF, la radio televisión suiza de lengua alemana, que la misión humanitaria tenía prioridad. «Las ciudades suizas no tienen posibilidad por sí mismas de acoger directamente a los migrantes», afirmó, y añadió que corresponde a los cantones distribuir luego a esas personas entre las ciudades que más lo deseen.
¿Dónde alojarlos?
Poco después del incendio de Moria, el alcalde de Delémont, cantón del Jura, se apresuró a anunciar que su localidad de 13 000 habitantes estaba dispuesta a acoger niños, incluso familias enteras del campamento, «en la medida de lo posible». Sin embargo, Damien Chappuis continúa a la espera de una respuesta por parte del Ministerio de Justicia y Policía. Sus preguntas estaban relacionadas con el alojamiento de refugiados jóvenes. ¿Cómo deberían proceder ciudades como la suya una vez que lleguen los migrantes? “¿Tendremos que alojarlos en estructuras especiales, en centros o en casas privadas?”.
De la veintena de niños de Moria que se esperan en Suiza, la capital del cantón del Jura está dispuesta a acoger a una cuarta parte de ellos. “Entre cuatro y cinco”, dice Damien Chappuis. «Pero la decisión debe venir de arriba, de la Confederación, y no de las propias localidades», añade.
A finales de septiembre tuvo lugar en el cantón de Neuchâtel un debate en el Gran Consejo (órgano legislativo cantonal). El debate desembocó en la votación de una resolución urgente por la que se pedía al Gobierno federal que aumentara la cuota de refugiados de la isla de Lesbos. Una gran mayoría de los diputados opinaba que el número de veinte «no estaba a la altura de la tradición humanitaria suiza». La ciudad de Neuchâtel se ha comprometido por sí sola a acoger a unos cincuenta refugiados.
Traducción del francés: José M. Wolff
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