El miedo a la piratería amenaza el voto digital en Suiza
El voto electrónico, en el que Suiza es pionera a escala mundial, acaba de sufrir un importante revés. El Gobierno solo autoriza utilizar este instrumento en las próximas elecciones federales del 18 de octubre en 4 de los 13 cantones que así lo solicitaron. Pese a los significativos avances en los últimos años, la seguridad sigue siendo el principal escollo para la generalización del voto por Internet.
Un simple comunicadoEnlace externo del Consejo Federal (Gobierno) encendió la mecha el 12 de agosto. A dos meses de las elecciones legislativas, previstas para el 18 de octubre, se ha denegado la autorización a nueve cantones para ofrecer a sus ciudadanos residentes en el extranjero la opción de elegir a sus representantes al Consejo Nacional (cámara baja) por vía electrónica. Desde entonces, el consorcio de esos cantones capitaneados por Zúrich y la Confederación se achacan la responsabilidad de este fracaso, lo que deteriora como pocas veces la colaboración entre las dos esferas más altas del federalismo suizo.
Tres sistemas diferentes
En Suiza se han desarrollado tres sistemas de voto electrónicoEnlace externo. GinebraEnlace externo ha optado por un sistema (que utilizan también Basilea-Campo y Lucerna) desarrollado en el mismo cantón cuyo código fuente se publicará próximamente en Internet. NeuchâtelEnlace externo ha recurrido a una empresa española (Scytl), mientras que ZúrichEnlace externo y los otros ocho cantones del consorcio se han decantado por la solución que propone la empresa estadounidense Unisys. Después de probar el sistema ginebrino, el cantón de Berna también ha apostado por Unisys. Debido a problemas técnicos, Berna no ha solicitado autorización para utilizar el voto digital en las elecciones federales del 18 de octubre. “Desde el punto de vista de la gestión del riesgo, interesa disponer de varios sistemas. Nunca es bueno poner todos los huevos en la misma cesta”, señala la experta independiente Ardita Driza Maurer. Además, La Poste (Correos Suizos), que envía cada año 19 millones de cartas en el marco de las votaciones y elecciones, trabaja en el desarrollo de un sistema propio, en colaboración con Scytl, según el dominical ‘NZZ am Sonntag’.
“La decisión del Consejo Federal no solo es incomprensible, sino que pone en entredicho la credibilidad y la confianza de los ciudadanos en el voto electrónico”, denuncia Peter GrünenfelderEnlace externo, canciller del cantón de Argovia y presidente del consorcio que reúne a 9 cantones afectados.
Los reproches de Peter Grünenfelder al gobierno de Berna son graves: “La Cancillería Federal ha hecho todo para encontrar errores en nuestro sistema, en lugar de ayudarnos a resolverlos. La prueba es que lo hemos utilizado 18 veces con éxito en las votaciones precedentes”.
“Ataques inaceptables”
¿Cómo explicar entonces la decisión que privará a una gran mayoría de los 142 000 suizos del exterior inscritos en el censo electoral de poder ejercer sus derechos políticos por vía electrónica? ¿Quiso el Gobierno evitar los riesgos derivados de la protección de datos, al tratarse de un programa informático desarrollado por la sociedad estadounidense Unisys, y privilegiar el desarrollo de un sistema público de voto electrónico como el de GinebraEnlace externo? Es una de las hipótesis que baraja Peter Grünenfelder.
La respuesta del Consejo Federal, por boca de su portavoz André Simonazzi, es contundente: “Semejantes ataques verbales son inaceptables”, declara. “Los cantones conocen las exigencias desde hace cerca de 18 meses y no las han cumplido en los plazos previstos. Se han observado lagunas importantes, sobre todo, en materia de protección del secreto del voto. En caso de un ataque informático, los piratas habrían tenido la posibilidad de conocer las decisiones personales de los electores, lo cual no es tolerable en una democracia”.
Una moratoria sobre el voto digital
Al igual que otros detractores de la generalización del voto electrónico –que existen tanto en la izquierda como en la derecha del tablero político, especialmente en las filas de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora) y los Verdes– el diputado socialista Jean-Christophe SchwaabEnlace externo se congratula de la decisión del Gobierno. “Después de poner el turbo en los últimos años, el Gobierno adopta una posición más prudente, y mejor así. Hubiera sido irresponsable autorizar un sistema que no reúne todas las garantías de seguridad. Pues quienes transigen con la seguridad corren el riesgo de que la democracia desaparezca”, declara.
Jean-Christophe Schwaab se complace que se haya rechazado el sistema informático desarrollado por la empresa privada estadounidense Unisys. “Sabemos perfectamente que las empresas americanas instalan puertas traseras en su software para que la NSA y otras agencias gubernamentales puedan hurgar en los datos. El secreto del voto no debe estar a la merced de un servicio de inteligencia extranjero”.
Peter Grünenfelder está convencido de no haber cometido un error al recurrir a una empresa privada estadounidense y sostiene que los nueve cantones se enfrentan ahora, no a un frenazo pasajero, sino a una auténtica moratoria sobre el voto electrónico.
“Las inversiones, que ascienden a millones de francos, se han esfumado y es muy probable que los cantones afectados no se lancen próximamente en una aventura similar. El voto electrónico se interrumpirá durante muchos meses y será el gran ausente en los próximos domingos de votación”, pronostica.
En el mundo
Suiza es uno de los pocos países que contemplan el voto por Internet. En Europa se han realizado ensayos en Estonia y Francia. Noruega introdujo el voto electrónico, pero suspendió el proyecto en junio de 2014. Quebec hizo lo mismo el año pasado tras varios problemas técnicos importantes.
Verificabilidad individual
No todos los observadores comparten este derrotismo. Ardita Driza MaurerEnlace externo, consultora independiente y experta suiza en voto electrónico para el Consejo de Europa, considera que la decisión del Gobierno demuestra la seriedad con la que intenta desde hace 13 años introducir paso a paso el tercer canal de voto. “Suiza ha desarrollado una de las reglamentaciones más avanzadas y más estrictas en materia de seguridad del voto electrónico. Esta entró en vigor a principios de 2014 y hay que dar tiempo a los cantones para que se adapten”, dice.
La llegada de sistemas de segunda generación y la introducción de la verificabilidad individual marcó este año una etapa importante en el desarrollo de esta tecnología, subraya Ardita Driza Maurer. “No se puede y nunca se podrá garantizar una seguridad al 100%. En cambio, toda intervención no autorizada en el voto o en el sistema puede ser detectada. Una posibilidad que no existe con el voto en la urna o el voto por correspondencia”.
Concretamente, los electores reciben con el material de voto un código de verificación personalizado para cada respuesta. Así, tienen la posibilidad de comprobar que los códigos que aparecen en pantalla son los mismos que han recibido, como vemos en este vídeo de demostración del cantón de Neuchâtel:
Gracias a este avance, Ginebra y Neuchâtel fueron autorizados este año a ofrecer la opción de votar por Internet al 30% de los electores domiciliados en el cantón. Para ir más allá y ofrecer esta opción al conjunto de los electores, los cantones tendrán que asegurar la “verificabilidad universal”: los observadores se basaran en fórmulas matemáticas para controlar si se han registrado y contado correctamente los votos.
Más complicado que por correo
Esto no basta para convencer a Jean-Christophe Schwaab: “La verificabilidad es sin duda un avance, pero esto no cambia el hecho de que el ciudadano delega la supervisión de su voto a un programa informático que puede fallar o ser víctima de un ataque en cualquier momento. En caso de un problema, no se pueden recontar las papeletas manualmente.
Berna, capital del e-voting
La 5ª conferencia internacional sobre el voto electrónicoEnlace externo se celebra del 2 al 4 de septiembre en la capital suiza. Organizada por la Escuela Universitaria Profesional de Berna, la reunión se dedica principalmente a las novedades en materia de verificabilidad y seguridad en relación con este nuevo y controvertido instrumento de voto.
El diputado socialista, quien concibe el voto por Internet únicamente para grupos específicos como los suizos en el extranjero o los invidentes, ni siquiera ve el interés meramente práctico de proponer este canal de voto al conjunto del electorado. “Para conectarse a un sistema de segunda generación como el de Neuchâtel, uno tiene que introducir nada menos que tres códigos personalizados diferentes, cuando una simple firma es suficiente para votar por correo. Es mucho más fácil y rápido”.
Peter Grünenfelder lamenta esta actitud temerosa y considera que por centrarse demasiado en los riesgos se está descuidando las oportunidades que aporta este canal de votación a la democracia directa suiza. “Si se hubieran impuesto los mismos requisitos de seguridad cuando se introdujo el voto por correspondencia a principios de los años 1990, jamás habría visto la luz. Pero en aquella época, teníamos autoridades federales valientes”, anota.
Traducción del francés: Belén Couceiro
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