Una subida del 10% para todas las prestaciones del seguro de vejez, es lo que exige la iniciativa ‘AVSplus’: por una AVS fuerte’, sobre la que deben pronunciarse los suizos el 25 de septiembre. Sus defensores dicen que es una solución perfecta para combatir “la masacre de las pensiones”, mientras que sus adversarios la consideran “una medida insensata de consecuencias nefastas”.
Impulsada por la Unión Sindical Suiza (USS), la iniciativa ‘AVSplusEnlace externo’ cuenta con el apoyoEnlace externo del Partido Socialista y los Verdes. Por el contrario, las organizaciones patronales, así como los partidos de derecha y de centro la rechazanEnlace externo. Con un aumento del 10% los promotores de la iniciativa pretenden compensar la erosión que durante los últimos años han sufrido las pensiones en Suiza, debido sobre todo a la disminución de las prestaciones del seguro profesional (PP), segundo pilar del sistema suizo de jubilación.
Los tres pilares
El sistema de jubilación suizo descansa sobre tres pilares. El primero es el ‘Seguro de Vejez y Supervivencia” (AVSEnlace externo, por sus siglas en italiano), obligatorio para todos los trabajadores y que garantiza el mínimo necesario para sobrevivir.
El segundo pilar es la previsión profesional (PP), obligatorio para los trabajadores por cuenta ajena, y que tiene por objeto mantener el nivel de vida anterior a la jubilación.
El tercer pilar lo constituye la aseguración privada, facultativa y destinada a cubrir necesidades personales adicionales.
“En la Constitución Federal se establece que los seguros AVS y PP deben permitir mantener de manera adecuada el nivel de vida anterior a la jubilación. Pero como las rentas de las cajas de pensiones no dejan de empeorar es preciso, para respetar la Constitución, mejorar las de la AVS”, afirma Paul RechsteinerEnlace externo, presidente de la USS y senador socialista.
Una votación en un momento delicado
La iniciativa se somete a votación popular en plena revisión de la reforma ‘Seguro de vejez 2020’Enlace externo, que prevé importantes modificaciones de la AVS y de la PP. Su objetivo es garantizar la financiación y mantener el nivel de las prestaciones después de 2020, momento en que llegará a la edad de jubilación la generación del ‘baby boom’, lo que se traducirá en un importante aumento del número de beneficiarios.
A esto hay que añadir un contexto marcado por el aumento de la esperanza de vida, es decir, el pago de las prestaciones AVS y PP durante un mayor número de años, y de la disminución de las dos fuentes principales de financiación, esto es, la población activa y las rentas del capital.
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Desafíos del retiro en una Suiza que envejece
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El 2016 es un año importante para el futuro del sistema de pensiones suizo. El Parlamento discute la reforma de la previsión para la vejez 2020Enlace externo, presentada por el Gobierno Federal, mientras que, en septiembre, el pueblo está llamado a decidir el futuro de la iniciativa AVSplusEnlace externo, que propone un aumento del 10%…
El próximo 25 de septiembre, cuando el electorado acuda a las urnas para pronunciarse sobre la iniciativa AVSplus, el Parlamento aún no habrá aprobado el proyecto ‘PV2020’. No obstante, hará de telón de fondo en la campaña previa a la votación.
La iniciativa AVSplus
Fue presentada en diciembre de 2013 con casi 112 000 firmas válidas, recogidas en menos de un año (el plazo son 18 meses). Esta iniciativa propone subir un 10% las pensiones del seguro de vejez y tendría que entrar en vigor a partir de 2018 como muy tarde.
Actualmente, la renta mínima de vejez (exenta de cotizaciones) es de 1 175 francos mensuales y la máxima exactamente el doble, es decir, 2 350 francos al mes. Para una pareja la renta máxima es de 3 525 francos mensuales. Por lo tanto, el aumento del 10% oscilaría entre el mínimo de 117,5 francos y el máximo de 352,5 francos mensuales.
Tanto el Gobierno como el Parlamento han recomendado rechazar la iniciativa. La cámara baja la rechazó por 139 votos contra 53 y 1 abstención. La cámara alta por 33 votos contra 9 y también 1 abstención. Socialistas y Verdes apoyan la iniciativa, mientras que los partidos de derecha y de centro la rechazan en su totalidad.
El enfoque general del gobierno “para adecuar el sistema de pensiones a las necesidades actuales de la sociedad” es “el punto medio entre la ampliación y la reducción de las prestaciones, que permitiría una financiación a largo plazo”, señaló el ministro del Interior, Alain Berset, durante una rueda de prensa celebrada con motivo de la votación. Una medida equilibrada que, según el ministro socialista, se vería comprometida en caso de aprobación de la iniciativa, que no obstante cuenta con un fuerte apoyo en su partido.
Para unos, un enorme agujero…
A pesar de no conocerse aún la forma definitiva que adoptará la ‘PV2020’ tras su análisis en el Parlamento, entre los adversarios del AVSplus el argumento es unánime: “En la práctica, esta iniciativa torpedea el proyecto de reforma”, afirma Isabelle MoretEnlace externo. La diputada liberal-radical recuerda que sin reforma el seguro AVS entrará en cifras rojas en 2020. Según distintos cálculos, el déficit estructural se elevará a 800 millones de francos y podría alcanzar los 7 000 millones en 2030.
Si la iniciativa AVSplus fuera aprobada, habría que sumar desde 2018 cerca de 4 000 millones de francos de gastos que llegarían a convertirse en 5 500 millones en 2030. “En ese momento el agujero del seguro de vejez alcanzaría los 12 700 millones de francos. Una suma enorme”, señala Isabelle Moret, que teme una “subida masiva del IVA que nos perjudicaría a todos”.
…para otros, un precio módico
“Es lógico que si mejoran las prestaciones tengamos que pagar algo más. Pero es un precio muy modesto”, replica Paul Rechsteiner. Según los cálculos de los promotores de la iniciativa, bastaría con aumentar las cotizaciones sobre los salarios en un 0,8% –compartida a medias entre empleadores y trabajadores– para financiar la subida del 10% de las pensiones.
“No hay que olvidar que la tasa de cotización AVS que pagan a partes iguales trabajadores y empresarios está establecida en el 8,4% desde 1975. Es algo menos de la mitad de la cotización salarial para el PP, que sobrepasa el 19%. Y eso a pesar de que las pensiones AVS han sido actualizadas al índice del coste de la vida regularmente, al contrario que las del segundo pilar, que se han reducido de manera drástica”, recalca el presidente de la USS.
En cuanto al aumento de las pensiones AVS debido a la jubilación de la generación del ‘baby boom’, los partidarios de la iniciativa consideran que bastaría con aumentar un punto el IVA para cubrir ese gasto.
Efecto bumerán
Otro argumento de los opositores a la iniciativa es el principio de la distribución indiscriminada, que podría tener consecuencias negativas. Una subida del 10% de las pensiones para todo el mundo significaría pagar más incluso a aquellos que no tienen necesidad. “En la práctica, se beneficia solo a las personas que no tienen derecho a las prestaciones complementarias (PC), o que son ricas, mientras se penaliza a los más desfavorecidos”, subraya Isabelle Moret.
“La subida de las pensiones AVS tendrá como consecuencia directa una reducción igual de las prestaciones complementarias”, asegura la diputada liberal-radical. El Gobierno cree que para las dos terceras partes de los actuales beneficiarios de las prestaciones complementarias esto no cambiaría la suma que perciben a finales de mes y que para el 7% se traduciría incluso en un empeoramiento financiero.
“Las prestaciones complementarias, al contrario de las pensiones AVS, están exentas de impuestos. Tienen además otros derechos, como la exención del pago del canon de radio y televisión y la disminución de las primas del seguro médico”, recuerda Isabelle Moret.
El seguro más social
“La Constitución Federal establece que las pensiones AVS deben cubrir las necesidades vitales. El objetivo tiene que seguir siendo este. Normalmente no deberían ser necesarias las prestaciones complementarias”, afirma por su parte Paul Rechsteiner. Además, la AVS “es extraordinariamente social: la solidaridad de los grandes salarios con los más bajos es mayor que en cualquier otro seguro social. A fin de cuentas, los principales beneficiarios de una subida del 10% de las pensiones son las personas que tienen unos ingresos menores”, sostiene el senador socialista.
Las mujeres obtienen también una gran ventaja de la estructura social del seguro AVS, señala Paul Rechsteiner, ya que de media ganan menos que los hombres. “El AVS es el único seguro que ofrece créditos para la educación de los menores y el cuidado de los más próximos”.
El 25 de septiembre sabremos qué argumentos han convencido al electorado suizo. Al tratarse de una iniciativa popular, para ser aprobada, la AVSplus tendrá que obtener el apoyo de la mayoría del pueblo y los cantones (doble mayoría).
AVS alcanza casi la paridad entre hombres y mujeres
Un estudio de la Oficina Federal de Seguros Sociales y la Oficina para la igualdad entre hombres y mujeres, publicado el pasado 12 de julio, pone de relieve que, de media, en Suiza las pensiones de las mujeres son un 37% inferiores a las de los hombres. Esta diferencia varía considerablemente entre los tres pilares del sistema de pensiones: es inferior en un 3% para la AVS, mientras que alcanza un 63% para el segundo pilar y un 54% para el tercero (seguro privado).
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Los gestores de las cajas de pensiones suizas están preocupados
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Parecía una mañana de enero normal en Zúrich, cuando el director ejecutivo de una aseguradora suiza presentaba los resultados financieros de su compañía. Súbitamente, los móviles de los presentes comenzaron a vibrar. Muchos miembros del auditorio se precipitaron hacia la salida.
Perplejo, el directivo continuó con su presentación y solo desistió cuando casi no quedaban asistentes en la sala.
El Banco Nacional Suizo (BNS) acababa de anunciar – en lo que ha sido calificado como la intervención de un banco central más dramática en décadas – la eliminación del tipo de cambio mínimo de 1,20 francos por euro, mientras el directivo desglosaba cifras de su aseguradora. Y además, el banco central impulsaba tasas de interés negativas del –0,75%.
Las implicaciones serían considerables para los 800 000 millones de francos (830 000 millones de dólares) invertidos en los fondos de previsión profesional, conocidos en Suiza como ‘segundo pilar’. Recursos que son complementarios al ‘primer pilar’ integrado por las pensiones básicas estatales (AVS). En unas horas, el franco suizo se apreciaba un 39% frente al euro, y el principal índice bursátil del país, el SMI, caía un 10%.
Peter Zanella, director de Soluciones de Jubilación de la consultora Towers Watson, en Zúrich, declara: “La apreciación del franco tuvo un impacto negativo inmediato (sobre los fondos de pensiones nacionales). Se registró una caída en el mercado de la renta variable y las inversiones extranjeras sin cobertura que hay en los fondos de pensión cayeron en picado”.
Los administradores y otros negociantes internacionales de estos fondos intentaron actuar lo mejor que pudieron para minimizar las pérdidas y la exposición al riesgo implícito en los fondos de renta variable. Por su parte, los responsables suizos de fondos de pensiones iniciaron una intensa labor de cabildeo para convencer al BNS de exentar de tasas negativas a este tipo de depósitos para mitigar los daños.
Pero el BNS rechazó la petición. "La industria de los fondos de pensiones se encuentra en una posición crítica desde que se adoptó esta decisión. Y todos los administradores de pensiones están preocupados por lo que está pasando” en Suiza, dice Zanella.
¿Quiebra dentro de 10 años?
Los profesionales de los fondos de pensiones en Suiza estiman que la inestabilidad monetaria y las tasas negativas están creando un problema crítico dentro de un sistema de jubilación que ya estaba bajo presión. Algunos sugieren incluso que el esquema de pensiones actual terminará en la bancarrota antes de 10 años debido a los recientes acontecimientos.
Y eso pese a que, según las normas internacionales, hoy el sistema suizo de pensiones profesionales luce bastante robusto en términos financieros.
El problema es que los gestores de los fondos de jubilación dudan sobre su capacidad para pagar en el futuro a los pensionados el índice de conversión del 6,8% al que están obligados por ley (una renta anual que equivale al 6, 8% del valor de los fondos totales que tiene invertidos un jubilado, que deberá pagársele en mensualidades hasta que llegue el día de su deceso).
Dicho índice de conversión genera un acalorado debate político en Suiza porque es insostenible. Se estableció en 2003, en un momento en el que la esperanza de vida era menor y las perspectivas económicas mucho más atractivas.
Pero el nerviosismo de los administradores sobre el segundo pilar se tornó en miedo cuando el banco central hizo su anuncio en enero.
Los mercados de renta variable suizos ya se han recuperado, pero uno de los problemas hoy son los fondos que se mantienen en efectivo.
Para evitar el pago de intereses negativos sobre las cuentas en efectivo, los fondos de pensiones están examinando alternativas extremas, que van desde la transferencia de dinero a bóvedas o búnkeres hasta el arrendamiento de equipo médico, o la oferta de hipotecas baratas para jubilados.
Venta de bonos
Para exacerbar aún más la presión que pende sobre este sector, en abril pasado, el Gobierno suizo se convirtió en el primero en la historia en vender deuda a 10 años a una tasa de interés negativa. Jérôme Cosandey, economista del laboratorio de ideas Avenir Suisse, asegura que “la situación ya era mala antes de enero y que desde entonces solo ha empeorado”.
Todos estos desafíos son punto de partida de un intenso debate sobre el tipo de activos en los que deben invertirse los fondos de pensiones. Zanella afirma que “todos estos factores generan un gran desafío. ¿Deberían los fondos de pensiones mantener (en su portafolio de inversión) bonos gubernamentales a 10 años cuando ofrecen rendimientos negativos? Más aún, me pregunto si es legal tener estos bonos del Gobierno suizo. Pero, ¿qué alternativas hay?”
Aunque, en general, parece que no existe demasiada prisa por adquirir otro tipo de instrumentos o por vender los bonos suizos, algunos fondos de pensiones han comenzaron a tomar acciones. Por ejemplo, Axa Winterthur ha vendido bonos gubernamentales para sustituirlos por fondos de cobertura y bienes raíces.
El Migros Pensionskasse, caja pensiones de la cadena de supermercados que administra fondos por 21 000 millones de francos suizos, también vendió los bonos suizos y europeos que le reportaban rendimientos negativos, tras el anuncio del BNS. Y la Pensionskasse Stadt Luzern, que administra 1 300 millones de francos, ha aumentado la proporción de recursos que destina a adquirir propiedades hasta el 38% de sus activos totales, desplazando con ello a los bonos.
Zanella considera que, aunque con reservas, hay otros fondos que están asumiendo riesgos al invertir más en los bienes raíces, a pesar de que “todos los administradores de las pensiones dudan sobre el verdadero valor del mercado inmobiliario”.
El BNS está “muy preocupado” sobre un potencial sobrecalentamiento del mercado nacional de los bienes raíces, refiere Cosandey.
Aunque el mercado de valores suizo ha recuperado desde enero, añade, hay una creciente inquietud por la posibilidad de que "la fortaleza del franco suizo contraiga la producción económica y repercuta negativamente en la renta variable“.
Martin Eling, profesor de Economía en la Universidad de San Gall, se muestra muy escéptico sobre las bondades de olvidarse de los bonos en favor de activos alternativos.
Por ello, pide al Gobierno que reduzca la tasa obligatoria fijada para la renta vitalicia del Segundo Pilar, y aumente las cotizaciones sociales que aportan los empleados y eleve la edad de jubilación, propuestas que los suizos podrían votar en 2018. Eling estima que sin dichas reformas, las pensiones de la previsión profesional corren el riesgo de quebrar en los próximos 10 años.
"Los nuevos tipos de activos en los que invierten los fondos de pensiones son potencialmente más rentables, pero también más arriesgados. Esta es mi principal preocupación“, añade el académico.
“No estoy al 100% seguro de que [un mayor riesgo] es lo óptimo para los clientes cuando se trata de fondos de jubilación. Creo que la gente va a pagar cara la decisión del BNS”.
Copyright The Financial Times Limited 2015
El segundo pilar
La seguridad social en Suiza se sustenta en tres pilares que buscan garantizar un nivel de vida conveniente a los jubilados. El seguro de vejez y supervivencia (AVS/AI o primer pilar), el plan de previsión profesional (o segundo pilar) y planes de inversión privada (tercer pilar).
El primer pilar corresponde a un esquema estatal de pensiones que protege a los suizos al alcanzar la jubilación y en caso de invalidez o desempleo.
El segundo pilar se sustenta en planes de previsión profesional y comprende un seguro de accidentes. Actualmente genera controversia la forma en la que se invierten estos fondos, ya que cuenta con activos por 800 000 millones de francos suizos.
Desde que se estableció en 1985, el segundo pilar se financia con las aportaciones del empleador y el empleado. Tras la jubilación, el ahorro acumulado se convierte en una renta vitalicia anual que se calcula a partir de una tasa de conversión del 6,8%. Esto es, el 6,8% de los activos totales que se tienen en este fondo se dividen entre 12 mensualidades. El resultado es la renta mensual que el beneficiario recibirá hasta el fin de su vida.
Pero consultores, actuarios y administradores de fondos de pensiones han sostenido durante mucho tiempo que esta tasa de conversión es demasiado alta y amenaza la estabilidad del sistema. Los temores se han acrecentado en los últimos meses debido a las tasas de interés negativas.
En un intento de mejorar la situación, el ministro del Interior Alain Berset ha lanzado un paquete de reformas de las pensiones, llamado Previsión para la Vejez 2020, lo que reduciría la tasa de conversión al 6% y aumentaría a 65 años la edad de jubilación para las mujeres.
El Gobierno está afinando la propuesta que los suizos votarán, previsiblemente, en 2018. Muchos expertos dudan que los suizos respalden un paquete de esta índole en las urnas, pues en los últimos 15 años han rechazado todas las propuestas para reformar el sistema de pensiones.
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