De un proyecto antiinmigración a una medida contra el desempleo
Desde hace casi tres años, la puesta en práctica de la iniciativa ‘contra la inmigración masiva’ domina la agenda política en Suiza. Este lunes, el Parlamento aprobó la correspondiente ley tras varios vaivenes entre las dos cámaras. El texto prevé aprovechar mejor la mano de obra nacional y frenar así indirectamente la inmigración.
“Si un arquitecto me entrega un proyecto que hará que la casa se derrumbe, no podré llevarlo a cabo siguiendo estrictamente el plano de construcción”. Con esta imagen, el senador liberal radical (derecha) Philipp Müller intentó ilustrar durante los múltiples debates en la cámara alta que la aplicación al pie de la letra de la iniciativa contra la inmigración masivaEnlace externo (IIM) conduciría a un desastre.
Según la iniciativa de la Unión Democrática de Centro (derecha conservadora) que los suizos aprobaron en la votación popular del 9 de febrero de 2014, Suiza debe poder gestionar de forma autónoma la inmigración a través de cupos máximos y contingentes anuales. Pero esta exigencia viola el acuerdo sobre la libre circulación de personas entre Suiza y la Unión Europea (UE), por lo que habría que renegociarlo. Pero Bruselas no está por la labor.
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¿Quiénes son los dos millones de extranjeros que viven en Suiza?
Para resolver el dilema y tras cinco debates que duraron varias horas en ambas cámaras, el Parlamento ha decidido aprobar una ley que sea eurocompatible y gracias a la cual, en el mejor de los casos, la inmigración se podrá controlar de forma indirecta.
Las nuevas disposiciones deben contribuir a mejorar las oportunidades laborales de los suizos sin empleo. Concretamente, si el paro en determinados grupos profesionales o regiones económicas supera la media nacional, los patrones tendrán la obligación de comunicar las vacantes a los centros regionales de empleo. Su deber será convocar a una entrevista a los candidatos inscritos en las oficinas de empleo cuyo perfil corresponda al puesto. En caso de no contratarlos, tendrán que comunicar su decisión, pero no justificarla.
Durante el debate parlamentario, los diputados de la UDC no cesaron de criticar lo que consideran una “solución ficticia”, una “traición de la voluntad popular”, “un engaño” y otros términos menos elegantes. Intentaron en vano imponer una aplicación con contingentes y cupos máximos, pero sin formular una solución que fuera compatible con los acuerdos internacionales que ha suscrito Suiza. Al contrario, reprocharon al Gobierno haber asumido una actitud de sumisión en las negociaciones con la UE, que no quiere saber nada de renegociar la libre circulación de personas, y menos aún después del Brexit.
Aun así, la UDC no prevé lanzar un referéndum. El Parlamento, que ahora ha demostrado estar dispuesto a “violar la Constitución”, no aplicaría correctamente la IIM, ni siquiera en el caso de que el referéndum ganara la prueba de las urnas, declaró el presidente de la UDC Albert Rösti a la televisión suiza de expresión alemana. Pero si la inmigración aumentara ulteriormente, advirtió, la UDC lanzará una iniciativa para denunciar el acuerdo sobre la libre circulación de personasEnlace externo.
Derecha de izquierdas e izquierda de derechas
Otros diputados de la derecha, entre ellos Kurt Fluri y el citado Philipp Müller, en esta ocasión dejaron de lado sus principios “liberales” y se manifestaron a favor de una intervención en el mercado de trabajo a favor de los desempleados nacionales.
El pueblo tiene la última palabra
¿Era necesario recurrir a la iniciativa contra la inmigración masiva (IIM) para llegar a algunas intervenciones en el mercado de trabajo? Es lo que se preguntarán algunos ciudadanos cuando en 2017 sean convocados nuevamente a las urnas para pronunciarse sobre la iniciativa RASA. Bajo el lema ‘Salir del callejón sin salida’, la iniciativa pide que se elimine de la Constitución federal el artículo 121 aEnlace externo, es decir, el que se introdujo tras la aprobación de la IIM de la UDC. El Gobierno ha anunciado que presentará un contraproyecto a la iniciativa RASA. Su contenido dependerá de las decisiones en el Parlamento sobre la aplicación de la IIM.
Cuando hay más de 10 000 parados en la construcción y más de 17 000 en la hostelería, es inaceptable que se contraten 10 000 trabajadores extranjeros en esos dos sectores, según Fluri y Müller. Las medidas contra esta evolución en el mercado de trabajo no tienen nada que ver con la xenofobia, sino con la protección de la mano de obra en Suiza, recalcó Philipp Müller.
Las propuestas de los dos diputados liberales radicales contaron con el apoyo del campo rojiverde, que también invocó argumentos económicos. Confiamos en que un empleador pueda contratar a un suizo en paro que tiene más de 50 años, si la ley lo obliga a convocarlo a una entrevista de trabajo y, por tanto, a mirarle a los ojos, afirmó el ecologista Baltharsar Glättli. El socialista Cédric Wermuth, por su parte, preguntó a sus adversarios si realmente pretendían abolir el mercado de trabajo liberal con sus ideas.
Limitar los daños
También la ministra encargada del expediente, Simonetta Sommaruga, cree que la ley de aplicación de la IIM evitará que Suiza tenga que renunciar a los acuerdos bilaterales con Bruselas.
El Gobierno helvético sostiene, además, que a partir de 2017, el país podrá sumarse nuevamente al programa de investigación europeo Horizonte 2020, del que quedó parcialmente excluido tras la votación del 9 de febrero de 2014.
Una condición para ello es que Berna ratifique de aquí al 9 de febrero de 2017 el protocolo para extender la libre circulación de personas a Croacia. Para el Parlamento, sin embargo, solo podrá ratificarse, si se encuentra, junto con la UE, una solución a la cuestión de la inmigración que sea conforme al derecho helvético.
Traducción del alemán: Belén Couceiro
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