La frontera suiza no es presa de afluencia masiva
En Chiasso, en la frontera de Suiza con Italia, poco se siente aún de lo que acontece en el África septentrional y en la isla italiana de Lampedusa. La situación no es comparable a lo visto en el pasado, por ejemplo, durante la guerra en los Balcanes.
Se ha registrado un ligero aumento de las personas que ingresan al territorio suizo de modo ilegal o para solicitar asilo.
Constata Mauro Antonini, comandante del Cuerpo de la Guardia Fronteriza en el Tesino, aunque advierte “no somos inmersos en una ola de prófugos como algunos lo hacen creer”.
Nos encontramos en la estación de Chiasso, en las oficinas de los agentes que controlan los cerca de 200 km de frontera entre Suiza e Italia. Es el momento en que se reúnen por la tarde para hacer un balance, en el que también participan algunos refuerzos de Berna.
“La cifra actual no representa una emergencia: registramos cerca de un centenar de entradas ilegales y unas setenta más para solicitar asilo a la semana. Para comparar, durante la guerra de los Balcanes se registraban cerca de doscientos ingresos al día”, precisa Antonini.
Septiembre, en abril
La situación que se ha verificado en estas semanas en la frontera de Suiza, agrega el comandante, “es muy similar a la que acontece durante el periodo otoñal. Generalmente, en septiembre y octubre el número de tentativas de ingreso ilegal y de ingreso para solicitar asilo crecen, mientras disminuyen otoño, pues en esa época es más fácil encontrar una ocupación temporal en Italia”.
Ante el ligero incremento visto en estas semanas, “Probablemente, el número de ingresos permanecerá constante durante todo el año. Pero, repito, nada de preocupante. Basta con darse una vuelta para darse cuenta que no se trata de una emergencia”.
No se observa en la zona ni en los alrededores afluencia alguna de personas llegadas de lejos. Entonces, ¿Por qué motivo y cuántos refuerzos han llegado de Berna?, preguntamos a Antonini:
“No podemos dar cifras, pero podemos decir que la comandancia ha decidido desplazar temporalmente personal de una región a otra a título preventivo”, responde.
Trabajo facilitado
Más que trabajar ante una ola de personas provenientes de Túnez, Egipto o Libia, los refuerzos “proporcionan una ayuda preciosa para mejorar la calidad de la documentación necesaria para los proceso de readmisión simplificada en Italia para aquellos que se encuentran ilegalmente en Suiza”, indica Davide Bassi, responsable de la comunicación en la guardia fronteriza. Y los resultados son evidentes: “Prácticamente todas las solicitudes de readmisión, a excepción de una, fueron aceptadas”.
Esto, debido a que “ningún Estado acepta retomar a una persona con la simple base de una suposición. Se necesitan elementos concretos”, explica Bassi.
Otras condiciones
Aunque la decisión de Italia de conceder permisos temporales de tres meses en el espacio Schengen no cambia mucho la situación, “porque para obtenerlo, los refugiados deben, de cualquier modo, ser registrados por la autoridad italiana; su proveniencia, por consiguiente, ha sido confirmada.
Por otra parte, “el permiso por si solo no basta. Deben ser respetadas otras condiciones, entre ellas, la posesión de un documento de identidad válido y medios financieros suficientes para garantizar su sobrevivencia [cerca de un centenar de francos al día]. En caso contrario se procede al procedimiento de readmisión, tal y como lo está haciendo Francia”.
Inicio de la expectación
En la habitación cercana, los agentes interrogan a una familia que apenas ha hecho parada en un tren proveniente de Italia y ha solicitado asilo a Suiza.
“Se trata de personas de origen afgano. Una vez terminados los controles y habiendo verificado que no tienen armas u otros objetos peligrosos, los acompañamos al centro de registro de solicitantes de asilo. A partir de ese momento, y a condición de que esas personas no hayan ya presentado una solicitud de asilo en otro país del espacio Schengen, inicia el procedimiento en la Oficina de Migración de Suiza, que comunica la decisión en un periodo de sesenta días”, explica Mauro Antonini.
“Si, por el contrario, la familia decide no solicitar asilo, iniciará el proceso de readmisión hacia Italia, que deberá evaluar el caso”, añade Bassi.
Problema humanitario
El centro de registro –que puede hospedar a cerca de 130 personas- está a pocos pasos de ese puesto fronterizo. Al hacer ese recorrido nos encontramos delante de un edificio protegido por grandes rejas de hierro. Al interior, un jardín, también cerrado. A parte de las voces de algunos niños, reina la calma. Sólo dos adultos están en el patio.
Al pensar en las consecuencias de lo que ocurre a algunos kilómetros más al sur, Antonini hace una última observación: “La situación actual en la frontera puede ser considerada como normal; no obstante, esto puede cambiar, y, en se caso, hay que entender que un flujo migratorio no se trata como si fuese un simple problema de orden público, sino que se trata de un problema humanitario.”
De hecho, “se trata de personas que huyen de zonas en riesgo, en busca de una vida digna. Y nuestro deber –coordinando esfuerzos a nivel suizo y europeo- es el de ayudarles”.
De enero a marzo de 2011, 4,371personas han solicitado asilo en Suiza. Estos datos, proporcionados por la Oficina Federal de Migración, corresponden a un aumento del 18% con respecto al mismo periodo del año precedente.
Solo en el mes de marzo, 1874 personas han solicitado asilo en Suiza, 612 más con relación a marzo de 2010. Entre las causas de este incremento se encuentra la situación en los países norafricanos.
Las solicitudes de la África septentrional han aumentado 153 unidades, es decir, 124%. El incremento más significativo es de la gente proveniente de Túnez ((+111, 231%).
En total, en el primer trimestre de 2011, la mayor parte de las solicitudes han sido presentadas por personas de Eritrea (724, +35%), de Nigeria (428, -32% y de Túnez (251, +77%).
A título comparativo, unos 20.000 refugiados tunecinos han llegado a las costas de Italia.
Suiza ha indicado que está dispuesta a dar protección a los prófugos de guerra que huyen de los combates en Libia, pero no será el caso para los refugiados económicos tunecinos.
Traducción: Patricia Islas
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