La rabia despertó en Patrick el interés por la política
La primera invitación para el corresponsal de la democracia directa de SWI swissinfo.ch llega desde Cataluña. La inspiración democrática-directa del residente suizo Patrick Renau suscita interés en una pequeña ciudad catalana.
¿Dónde se encuentra Granollers? A pesar de haber viajado como periodista en varias ocasiones a lo largo de las últimas décadas a Cataluña, nunca había oído hablar de esa localidad situada a unos treinta kilómetros al norte de Barcelona.
“Estará en el lugar correcto cuando vea la banderita suiza en el buzón.” Con estas palabras termina Patrick Renau sus instrucciones detalladas para dirigirme a su casa unifamiliar situada en un monte a las afueras de la ciudad, adonde viajo en tren de cercanías y en taxi.
“Venga usted a Granollers y le contaré por qué la democracia directa es tan importante aquí.” Con este enunciado, Patrick Renau había logrado despertar mi curiosidad. Fue uno de los primeros que se había puesto en contacto conmigo después de que hiciéramos un llamamiento a los suizos y suizas en el exterior para que contaran su historia personal de la democracia en sus lugares de residencia.
Nos acercamos hasta esta pequeña localidad, donde vive desde hace casi dos décadas la “Família Renau i Castelló”, es decir, el padre, Patrick (de 53 años), la madre, Lali Castelló (53) y los hijos, Tània (21) y Daniel (18).
Todos ellos poseen la nacionalidad española y, por tanto, la ciudadanía comunitaria. Además, los cuatro nacieron en Cataluña, donde han vivido toda su vida. Cataluña es una Comunidad Autónoma con una población de casi ocho millones de habitantes que hace frontera con Francia.
“Somos suizos al cien por cien”
“Pero al mismo tiempo somos suizos al cien por cien”, subraya Patrick Renau cuando estamos conversando en el jardín de su casa, donde el ingeniero eléctrico graduado levanta un tendedero de la marca “Stewi”, prueba definitiva que demuestra sus raíces helvéticas.
Este texto es el resultado de un llamamiento de nuestro corresponsal de la democracia a la comunidad de los suizos y suizas en el extranjero para que compartan sus experiencias y observaciones interesantes en torno al tema de la democracia en su lugar de residencia. Si usted también tiene una historia interesante que contar, póngase en contacto con nuestro corresponsal para que le vaya a visitar.
Pero al lado de la bandera confederada y del tendedero de fabricación suiza, la familia también ha izado la bandera catalana con sus cinco franjas amarillas y cuatro rojas: “A fin de cuentas estamos en Cataluña, no en Suiza”, explica Patrick Renau, que reconoce que siempre se ha interesado por política en ambos países, pero que en el fondo jamás ha querido dedicarse activamente a ella.
«Volt Tour»
“Soy un aficionado de la movilidad eléctrica y me gusta experimentar”, dice, al tiempo que nos acompaña a su garaje, donde se encuentra el vehículo eléctrico que él mismo ha construido. “Desde principios de este siglo organizo la carrera “Volt-Tour” para vehículos eléctricos en los Pirineos, según el modelo suizo del “Tour de Sol”.
Porrazos de la Guardia Civil
Pero después llegó el 1 de octubre de 2017, el día que cambió su vida: “Vi cómo la gente que quería participar pacíficamente en una votación popular fue reducida a porrazos y detenida por la Guardia Civil, también aquí en Granollers. Me puse muy furioso.”
En aquella fecha hace casi seis años, la Generalitat de Cataluña organizó una “consulta popular extraoficial” que no estaba autorizada por el Gobierno central en Madrid y en la que el pueblo catalán debía decidir si quería que Cataluña fuese un Estado independiente dentro de la Unión Europea.
Renau, que es partidario de la soberanía, al igual que la mayoría de los catalanes y catalanas, percibió la reacción brutal de las autoridades estatales como algo “indigno para una democracia”. El suceso le conmovió tanto, dice, que empezó a preguntarse cómo podía contribuir a una situación mejor.
El Congreso de los Suizos en el Extranjero como momento clave
El segundo momento clave para Patrick Renau se produjo el 20 de agosto de 2022. Esta vez el escenario era otro: se encontraba en Lugano, en el sur de Suiza.
“Participé por primera vez en un Congreso de la Organización de los Suizos en el Extranjero y escuché el discurso inaugural del presidente de la Confederación”, recuerda. “En Lugano, Cassis nos explicó que los suizos del exterior también éramos embajadores de nuestro país en el mundo.”
Entonces se animó y se preguntó a sí mismo: “¿Por qué no permitimos que Cataluña aprenda de la experiencia de Suiza con los derechos populares que emanan de su democracia directa?”
Dicho y hecho. Patrick Renau, que tiene la nacionalidad española y suiza, canalizó su rabia y su intrepidez para buscar a otros suizos y suizas en su entorno: “Desafortunadamente, el Consulado General de Barcelona no quiso ayudarme, probablemente por prudencia política y miedo a Madrid”, añade.
Pero Patrick Renau encontró lo que estaba buscando: ciudadanos nacidos en Cataluña con antepasados suizos y suizos que se habían trasladado al Mediterráneo ya de adultos.
Y así, en una tarde de verano, se reúne delante del Museo de Granollers un grupo de ciudadanos y ciudadanos activos e interesados en la democracia para celebrar una velada de inspiración y un taller sobre la democracia directa según el modelo suizo, evento organizado por Patrick Renau.
Democracia directa en el aula del museo
Casi ochenta personas han aceptado la invitación para congregarse en el aula del museo, que con su forma arqueada se parece a un parlamento. Después de pagar una entrada de dos euros, los invitados reciben una papeleta de voto con la que después votarán con la mano alzada sobre dos asuntos previamente escogidos.
El evento recrea a ritmo acelerado la organización de una iniciativa y las subsiguientes votaciones a la manera de Suiza, un proceso que puede durar hasta cinco años.
“Patrick me preguntó si quería ser presidenta del parlamento esta tarde”, expresa Fidela Frutos en un inmejorable alemán estándar. “Por supuesto, con mucho gusto, le respondí.”
Su padre había inmigrado a Cataluña desde Fráncfort del Meno. Frutos forma parte del equipo de Patrick Renau, que esta tarde se dedica a explicar a los interesados de manera participativa cómo funciona en la práctica la democracia directa: desde la recogida de firmas pasando por el debate parlamentario hasta la votación popular vinculante.
El ejercicio dura tres horas. La gente se ríe mucho, pero también discute y grita. “Después de todo, no somos discretos ciudadanos alpinos, sino un pueblo mediterráneo”, dirá más tarde Patrick Renau, casi como si quisiera exculparse. Entre los participantes también hay muchos políticos locales y regionales.
Elena Pera viene de Cardedeu, una ciudad situada en el norte de Cataluña: “Espero ansiosamente que la democracia en nuestro país continúe desarrollándose y que mi hijo pequeño pueda codecidir algún día sobre asuntos de importancia.”
Durante la cena posterior, que como suele ser habitual comienza pasadas las diez de la noche, Patrick Renau y los suyos se muestran satisfechos, aunque también acusan el cansancio: “¡Ha sido un trabajo agotador!”, comenta.
Otros dos municipios ya han anunciado su interés por participar en una de las próximas tardes democráticas este otoño, confirma el ingeniero eléctrico catalán de Granollers con ascendencia suiza. Después llega la hora de la despedida en esta noche cálida. Como corresponsal de la democracia le doy las gracias por la amable e interesante invitación.
Texto adaptado del alemán por Antonio Suárez Varela
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