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«Los suizos saben que el secreto bancario agoniza»

La ministra suiza de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, se entrevistó con el presidente francés, François Hollande, en París en diciembre de 2012. Keystone

El diputado francés Yann Galut, expositor de la iniciativa para una Ley contra el Fraude Fiscal, habla sobre las discrepancias que existen entre Berna y París. Asimismo, saluda la firma, este jueves, de un nuevo convenio bilateral relativo al impuesto de sucesiones.

De acuerdo con el texto que han suscrito este jueves en París la ministra suiza de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, y su homólogo francés, Pierre Moscovici, a partir de ahora los herederos serán gravados por el país en el que residen, y no solo por el Estado donde estaba domiciliado el fallecido, que con frecuencia era Suiza.

A cambio, París acepta deducir a sus contribuyentes los impuestos sucesorios que los herederos hayan pagado en Suiza. Una medida que preservará la soberanía fiscal de los cantones.

Esta firma constituye el más reciente episodio de una saga que ha sacudido las relaciones fiscales y bancarias entre Berna y París. En días previos, el Hexágono había redoblado su ofensiva contra el secreto bancario a través de acciones diversas.

Hervé Falciani – el ex informático que trabajaba en el HSBC de Ginebra hasta que divulgó en Francia una lista de evasores con cuentas en Suiza- fue recibido con bombo y platillos por la Asamblea Nacional gala.

Simultáneamente, el Parlamento francés inició la discusión de una iniciativa que prevé autorizar el uso de coordenadas bancarias robadas y otorgar protección a denunciantes al estilo de Falciani. O del tipo de Nicolas Forissier, el ex director de auditoría interna del UBS Francia que desveló el sistema de evasión que el banco utilizó en este país durante la década pasada –promoviendo la apertura de cuentas no declaradas- lo que le ha valido al UBS una imputación por el delito de captación bancaria ilegal a principios de junio.

El diputado socialista y expositor del proyecto de la nueva ley contra el fraude fiscal, Yann Galut ha convertido la lucha contra el secreto bancario en una prioridad. En junio pasado, se reunió en Suiza con directivos bancarios y representantes de la administración federal.

El experto informático franco-italiano Hervé Falciani sustrajo las coordenadas de alrededor de 130.000 clientes del HSBC en Suiza, la mayoría de ellas con haberes no declarados en su país de origen.

En diciembre de 2008, la justicia helvética abrió un proceso contra Falciani por robo de datos y ese mismo mes fue detenido e interrogado por Suiza,  pero puesto en libertad de inmediato. Durante la madrugada, huyó a Francia.

Entre 2009 y 2010, Francia, España e Italia se beneficiaron de la información que contenían los CD de Falciani.

En julio del 2012, Falciani fue detenido en Barcelona en cumplimiento de una una orden internacional que emitió Suiza, país que pedía su extradición.

No obstante, la Audiencia Nacional en Madrid le acordó la libertad provisional en recompensa por su colaboración con las autoridades españolas para identificar a evasores.

En abril de 2013, la Fiscalía de la Audiencia Nacional confirmó su posición y se rehusó a entregar a Falciani a Suiza.

En junio pasado, se confirmó su “inminente” retorno a Francia. Hace unos días, el experto informático compareció ante la Comisión de Leyes y Finanzas de la Asamblea Nacional francesa para sostener una audición con diversos diputados, entre ellos, los socialistas Yann Galut y Sandrine Mazetier.

swissinfo.ch: ¿Qué impresión le ha dejado su visita a Suiza?

Yann Galut: Mis interlocutores, tanto en la Asociación de Banqueros Suizos, como a escala federal, han comprendido que el secreto bancario vive sus últimos meses. Y desean encontrar soluciones para que todo marche correctamente durante la transición.

Me han señalado que estamos conduciendo un combate que no debe dirigirse exclusivamente contra Suiza sino, en general, contra todos los países que aún mantienen el secreto bancario. Esto es perfectamente comprensible. Y no nos olvidamos de las islas británicas, de Luxemburgo, de Austria o de la City londinense. Pero nuestra insistencia respecto a la Confederación Helvética se debe solo a que el 30% de la evasión fiscal francesa tiene lugar en Suiza.

swissinfo.ch: ¿Comprende usted la voluntad de Suiza por ‘saldar las cuentas del pasado’?

Y.G.: Sí. Y nosotros también queremos saldar las cuentas del pasado de nuestros ciudadanos, pero bajo nuestras condiciones. En ningún caso se concederán amnistías a los defraudadores. No habrá equipos dedicados a negociar las regularizaciones fiscales como sucedió durante el gobierno anterior, pero sí existirán procedimientos para la normalización fiscal.

Los defraudadores están invitados a declarar su situación antes de que entre en vigor la nueva ley (lo que está previsto para el otoño). Se verán beneficiados con penas moderadas que van del 15% al 30%, en lugar del 40% en caso de un control. Una vez que la legislación esté en marcha, las sanciones serán muy altas. Además, la futura ley provee a la Justicia de un  poderoso arsenal que permite las infiltraciones, facilita las órdenes de registro, y también las escuchas telefónicas.

AFP

swissinfo.ch: ¿Por qué la Asamblea Nacional recibió a Hervé Falciani, un hombre perseguido judicialmente en Suiza por haber sustraído datos bancarios confidenciales?

Y.G.: A partir de la información que entregó el señor Falciani, se iniciaron una serie de procedimientos judiciales en Italia, España y Francia. Así que escuchamos su testimonio con gran atención, lo que ha fortalecido nuestro convencimiento de que debemos reforzar el estatuto jurídico de los denunciantes.

swissinfo.ch: Muchas personas se proclaman ‘denunciantes’ hoy en Francia. ¿Crear un estatuto especial para ellas no significa promover la delación?

Y.G.: No se podrá declarar denunciante cualquiera. Un ‘whistleblower’ potencial recibirá protección legal. Su empleador deberá demostrar que no lo sancionó por las informaciones reveladas. Si el patrón le reprocha otros hechos, sí se tendrán en cuenta. Todo esto se realizará bajo supervisión de un juez y se limitará exclusivamente a Francia.

swissinfo.ch: La nueva ley autoriza la utilización de datos bancarios robados. Pero una sentencia del Tribunal de Casación de Francia ha prohibido al fisco utilizar las listas de información sustraídas al HSBC…

Y.G.: Recordemos que un mínima parte (menos de 100) de los aproximadamente 3.000 contribuyentes que figuran en la famosa ‘lista del HSBC’ son objeto de un procedimiento penal. En realidad, existe una diferencia de interpretación entre dos salas del Tribunal de Casación. Será la asamblea plenaria la que decida. Por otra parte, la nueva legislación permitirá utilizar los datos, pero no con carácter retroactivo.

swissinfo.ch: Varias listas en circulación contienen nombres de contribuyentes con presuntas cuentas en Suiza. ¿Qué uso se hará de ellas?

Y.G.: Yo mismo he recibido propuestas de personas que afirman detentar estas listas. Mi respuesta ha sido siempre la misma: No soy la persona competente, transmita la lista a la justicia.

swissinfo.ch: París y Berna firmaron hoy una nueva versión del convenio bilateral relativo al impuesto sobre la herencia, un texto favorece más bien a Francia. ¿Qué opina al respecto?

Y.G.: El Gobierno francés deseaba renegociar este convenio desde hace meses, así como los denominados forfaits fiscales. Pienso que este acuerdo es positivo para ambos países.

El nuevo convenio en materia de sucesiones que firmaron hoy en París la ministra suiza de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, y su homólogo francés, Pierre Moscovici, prevé que de ahora en adelante las sucesiones sean gravadas en el país en el que residen los herederos, y no solo en aquel donde residía el fallecido.

Así, los beneficiarios pagarán el impuesto sobre la herencia en Francia si han residido en este país al menos ocho de los 10 años previos al deceso del dueño original del patrimonio.

Francia se compromete, en contrapartida, a deducir los eventuales impuestos que los herederos estarían en obligación de pagar en Suiza.

Los bienes inmuebles –propiedad directa del fallecido o de alguna de sus empresas- también serán gravados en Francia. Pero el impuesto solo se aplicará si el difunto era propietario de al menos el 50% de las acciones de una sociedad, y si los inmuebles en cuestión representan más de un tercio del valor de los activos totales de la empresa.

Las autoridades del Hexágono aplican actualmente un barómetro tributario progresivo en función del valor de los bienes y del parentesco con la persona fallecida. En Francia, el impuesto puede alcanzar una tasa de 45% para descendientes directos cuando el patrimonio supera los 1,8 millones de euros. Una tasa que aumenta al 60% si no existen lazos familiares.

Para entrar en vigor, el convenio requiere el aval del Parlamento suizo y no es seguro lo apruebe. El pasado 19 de junio la cámara baja respaldó por amplia mayoría una moción para prohibir que los inmuebles ubicados en Suiza sean gravados por otros países.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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