¿Quién es el mensajero suizo de Trump en Teherán?
Por el momento, un enfrentamiento militar entre Estados Unidos e Irán no parece estar al orden del día. Pero hace unos días, cuando el tono entre los dos países se elevó peligrosamente, fue a través de la misión suiza en Teherán que intercambiaron mensajes. Markus Leitner está a cargo. ¿Quién es este hombre?
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Cómo Suiza hace de “mensajero” entre EE UU e Irán
Nunca se sabe nada de las misiones de “cartero” de Suiza entre Washington y Teherán. Es normal, el país solamente puede cumplir su mandato de potencia protectoraEnlace externo si hay confianza y discreción. Esta misma semana el Ministerio suizo de Exteriores informó que se había producido un intercambio de mensajes entre los dos países enemigos.
Un mandato vinculante
Markus Leitner es el actual embajador de Suiza en Teherán y es responsable de mantener la profesionalidad diplomática cuando los ánimos se caldean. En más de dos años en ese puesto, no es la primera vez que ha sido testigo de una escalada entre Estados Unidos e Irán, aunque esta sea la más peligrosa.
En septiembre había dicho al periódico suizo Neue Zürcher ZeitungEnlace externo que desde que los estadounidenses se retiraron del acuerdo nuclear iraní en 2018, el esfuerzo dedicado al mandato de potencia protectora se había incrementado notablemente, hasta el punto de que ocupaba hasta el 50% de su tiempo. Y ahora mismo, es aún más.
En TwitterEnlace externo, el embajador aparece a veces en vaqueros, sin corbata y con la camisa abierta: una imagen de relajación informal, de cercanía amistosa pero no carente de dinamismo.
Markus Leitner goza de “muy buena reputación” en los círculos diplomáticos suizos, según un antiguo miembro del sector. A sus 53 años, este economista de la Universidad de Zúrich está casado y tiene dos hijos adultos.
Ingresó en el servicio diplomático en 1996, después de haber trabajado en la industria, el comercio y las finanzas. ¿Por qué? “El factor decisivo fue el trabajo internacional”, dice. Sus primeras actividades en el Ministerio de Exteriores fueron de carácter económico y financiero. Trabajó particularmente en lograr que Suiza dejara de ser una plataforma para el comercio de los diamantes de la guerra.
Sus primeras misiones en el extranjero lo llevaron a Sudáfrica y a Chile. A su regreso a Berna, ascendió hasta convertirse en jefe de la Sección de Políticas de Paz y posteriormente de la División de Seguridad Humana.
En 2013 fue designado embajador y enviado a El Cairo en plena crisis política. “Después de una semana en la capital egipcia, presenté mis credenciales al presidente Morsi y 15 días más tarde fue depuesto”, narró a la revista Schweizer Illustrierte. Durante las grandes manifestaciones, pasaba la noche en la embajada en un saco de dormir, por temor a no poder acceder al día siguiente.
Para Leitner, El Cairo fue un verdadero bautismo de fuego. Para el puesto en Teherán, el ministerio exige una gran estabilidad, tanto física como psicológica. En Egipto, Markus Leitner pudo demostrar la “frialdad” indispensable para un diplomático en situaciones de crisis como las que vivió allí. Los embajadores deben estar localizables día y noche. Y en Teherán también debe marcar la normalidad hacia el exterior, porque para la población de la capital, la embajada suiza es un indicador. Si en ella se advirtiera excitación o fuera evacuada, eso se tomaría como una señal de un inminente ataque estadounidense y cundiría el pánico.
Los nervios de acero de Leitner también se pusieron a prueba el pasado mes de diciembre durante las difíciles negociaciones que condujeron a un intercambio de prisioneros entre Irán y Estados Unidos. El embajador suizo fue elogiado por un miembro del Gobierno de Washington que en declaraciones al periódico suizo Sonntagszeitung alabó su “incansable trabajo por la liberación del ciudadano estadounidense”.
Ocho mudanzas en 24 años
El propio Markus Leitner no puede ser localizado en este momento para responder a las preguntas. El año pasado dijo a Radio ZüriseeEnlace externo que apreciaba la diversidad de su trabajo como embajador. “Ningún día es como el anterior”. Uno se ocupa una vez de la política, una vez de la cultura, una vez de la economía. Por supuesto, la carga es pesada, hay que viajar lejos, sacar a los niños de la escuela una y otra vez y “trasplantar” a toda la familia. La suya se ha mudado ocho veces hasta ahora, y sin embargo “se saca mucho más provecho de ello”, dijo el embajador.
La vida en Irán, dice, es “mucho más normal de lo que puede imaginarse desde fuera”. Por las tardes, vamos a restaurantes, a cafeterías y nos movemos por Teherán sin problemas y con mucha libertad”.
Todos los ojos están puestos en Davos
A las cafeterías, sin embargo, no va mucho por el momento. La situación sigue siendo tensa.
Suiza está expuesta en la crisis actual no solamente por su mandato como potencia protectora: dentro de dos semanas se celebrará en Davos el Foro Económico Mundial (WEF). Se ha anunciado la presencia del presidente de Estados Unidos y de su comitiva, así como del ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif. Desde ahora hay que empezar a negociar para planificar la manera de que se eviten o se reúnan. Un caso para Markus Leitner, el diplomático suizo para quien las crisis son un trabajo.
Un trabajo que también puede ser realizado con una sonrisa.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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