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«Nadie nos pide que abandonemos nuestra soberanía»

Claridad y precisión: son las dos claves de la diplomacia, según Yves Rossier, el número dos del Ministerio suizo de Asuntos Exteriores. Keystone

Desde hace años, Suiza y su principal socio comercial, la Unión Europea (UE), discuten sobre la naturaleza de sus relaciones bilaterales. De aquí a fines de año, el Gobierno helvético definirá las líneas directrices para las nuevas negociaciones. El secretario de Estado Yves Rossier responde a swissinfo.ch.

Uno de los principales temas que ha desatado encendidos debates en Suiza en los últimos meses es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que sería la instancia competente para zanjar los litigios entre Berna y Bruselas.

Según el número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Suiza conservará su libertad de acción en caso un fallo negativo del TJUE. No obstante, tendrá que asumir las consecuencias.

swissinfo.ch: El Gobierno está dispuesto a negociar con la UE sobre cuestiones institucionales. La libertad, independencia y soberanía son valores muy arraigados en la población suiza. El partido más votado del país se opone a las negociaciones. ¿Por qué quiere negociar el Gobierno?

Yves Rossier: En primer lugar, cabe recalcar que no vamos a negociar nuestra soberanía. Ser soberano significa hacer lo que uno estima justo. Y nosotros actuamos en consecuencia. Pero debemos ver la situación con la UE desde otro enfoque. La UE ha construido un mercado común que funciona. Y ahora la pregunta es: queremos quedarnos fuera o intentar evitar que se nos excluya. Y esta es una decisión soberana.

Podemos decidir quedarnos fuera, lo cual tiene un precio, sobre todo, económico. Ser soberano no significa hacer lo uno que quiere sin tener que asumir las consecuencias.

Nadie nos pide que renunciemos a nuestra soberanía, por mucho que así se represente en Suiza. Por ejemplo, podemos cancelar la libre circulación de personas con la UE en cualquier momento, con las consiguientes consecuencias. La cuestión es si está en nuestro interés hacerlo. Estoy convencido de que no es así.

swissinfo.ch: La Unión Europea es el principal socio comercial de Suiza…

Y.R.: Nuestro interés en la UE no es exclusivamente económico. Pero es verdad: Tenemos el mismo volumen de negocios con Lombardía (Italia) que con China, el mismo con Baviera y Japón y un volumen mayor con Baden-Württemberg (Alemania) que con Estados Unidos. Sin embargo, no se trata únicamente de un tema de libre mercado. Las decisiones de la UE y sus miembros son decisiones políticas de facto. Ya sea en el ámbito de la política medioambiental, social o de educación, son decisiones que nos afectan directamente.

En términos económicos, el intercambio comercial asciende a mil millones de francos por día hábil. Pero también hay un componente humano: 1,2 millones de europeos viven en suelo helvético. Suiza contribuye en gran medida a la movilidad dentro de Europa: el 10% de la movilidad europea afecta a Suiza. Y los trabajadores fronterizos que vienen a diario a nuestro país constituyen una cuarta parte de los fronterizos europeos.

Las relaciones entre Berna y Bruselas son complicadas. Mientras Suiza quiere proseguir en la vía bilateral, muchos en la Unión Europea (UE) opinan que esta opción ya no es factible. La UE desea que Suiza retome lo más rápidamente posible las modificaciones del derecho comunitario. Berna, sin embargo, quiere evitar este automatismo.

Aun así, los dos socios se proponen negociar una vía común. En agosto pasado, el Gobierno suizo adoptó un proyecto de mandato de negociación con vistas a un acuerdo institucional con la UE. Este prevé que en caso de divergencias sobre la interpretación del derecho comunitario en el marco de los acuerdos bilaterales los partidos puedan dirigirse al Tribunal Europeo de Justicia, en Luxemburgo, para obtener una opinión de derecho no vinculante. Un comité Suiza-UE tendría la competencia de buscar una solución de compromiso con base en esa opinión. La Confederación no quiere renunciar en ningún caso a su soberanía.

La Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora), generalmente hostil a las negociaciones con la UE, es el principal partido que se opone al acuerdo. Las críticas provienen también de las filas socialistas que están preocupados por las medidas colaterales que se adoptaron para proteger a los trabajadores. Para Bruselas, varias de estas medidas son discriminatorias y la prueba de que Suiza no aplica ni interpreta el derecho comunitario de la misma manera que los Estados miembros de la UE.

Aún no se ha fijado una fecha para las nuevas conversaciones entre los representantes de Suiza y la UE, pero se espera que comiencen a principios de 2014.

swissinfo.ch: Usted está entre dos frentes; el de la política interior, dispuesta solo a hacer concesiones mínimas, y la Unión Europea, que busca un acuerdo marco y quiere que Suiza adopte automáticamente la legislación comunitaria. ¿Qué margen de maniobra tiene usted?

Y.R.: La UE no nos exige nada. Simplemente nos dice cuáles son las condiciones si queremos seguir en el mercado común.

El único sector en el que Bruselas ejerce presión es el fiscal. En este ámbito las cosas han dado un vuelco. Pero también en materia fiscal podemos decir: No, gracias, lo cual evidentemente tendría consecuencias. En este ámbito coincido con usted, pero en lo que concierne al mercado común, nunca se han puesto en duda los acuerdos bilaterales vigentes. No obstante, si queremos un mayor acceso al mercado y firmar otros acuerdos, tenemos que negociar las condiciones. Y así lo haremos. Pero si no queremos, nadie nos obliga a hacerlo.

swissinfo.ch: El Gobierno se ha decantado por la vía de la negociación.

Y.R.: Sí, es una decisión soberana y estratégica. El Consejo Federal está convencido de que la brecha aumentará si no actuamos y que llegará el momento en que el precio económico a pagar será demasiado elevado. Si uno comienza a negociar cuando se halla en una posición delicada, las negociaciones son mucho más difíciles. Actualmente, estamos en una situación bastante confortable y en condiciones de negociar de tú a tú.

swissinfo.ch: Un tema crucial –al menos para la opinión pública suiza– es la pregunta de la instancia que se encargará de dirimir posibles litigios. Hoy, esta tarea corresponde al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. ¿Cuáles son sus competencias?

Y.R.: Quiero precisar que los litigios se disipan a nivel político, es decir, en una comisión mixta en la que se sientan representantes de la UE y de Suiza. En el caso de cuestiones de principio sobre el derecho que procede aplicar, se recurre al Tribunal Europeo. El TJUE es la única instancia que puede decidir. Tiene una competencia superior de interpretación, equivalente a la del Tribunal Federal en Suiza.

Solemos retomar el derecho comunitario en todo lo que concierne al mercado común, ya que se trata de garantizar las mismas condiciones a todos los actores. La igualdad de trato es la clave para acceder al mercado. El intercambio de mercancías transfronterizo debe ser lo más transparente y libre posible. Las reglas de acceso al mercado se deciden en la UE y en ningún otro lugar. O las retomamos y gozamos de la igualdad de trato, o las dejamos.

En caso de conflicto, tiene que intervenir el único tribunal con competencia en derecho europeo para dirimir el litigio. Corresponde luego, a un órgano mixto determinar cómo se resuelve el conflicto en el ámbito político. No se trata de ninguna manera de un enjuiciamiento de Suiza. Evidentemente, todo veredicto de un tribunal tiene repercusiones, pero disponemos de un margen de maniobra -si fuera necesario desde el punto de vista político- para no atenernos a la interpretación el TJUE. En este caso, debemos asumir las consecuencias.

swissinfo.ch: Los expertos en derecho no coinciden en lo que se refiere a las competencias y la interpretación de los veredictos del TJUE. ¿Cómo se explican tales divergencias?

Y.R.: Suelen ser bastante frecuentes. Hemos esbozado los principios de una solución. Ahora estamos elaborando un mandato y, al término de las negociaciones, tendremos una solución sobre la mesa. Solo en ese momento podremos debatir el resultado. Embarcarnos ahora en discusiones sobre algo que aún no está claro es difícil. Los expertos en derecho no conocen el resultado de las negociaciones ni tampoco el mandato.

swissinfo.ch: El presidente de la Comisión Europea está considerado como un amigo de Suiza. José Manuel Barroso dejará su cargo en otoño de 2014. ¿Tendrá consecuencias para Suiza?

Y.R.: El próximo año, se celebrarán también elecciones europeas. Sería probablemente mejor concluir las negociaciones antes de que asuma sus funciones la nueva Comisión. De lo contrario, tendríamos que volver a explicar nuestra posición a la nueva Comisión, con la consiguiente pérdida de tiempo.

(Traducción del alemán: Belén Couceiro)

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