Nicaragua: Daniel Ortega se presenta a la reelección
El próximo domingo, 6 de noviembre, los nicaragüenses están llamados a elegir a un nuevo presidente y renovar la Asamblea Nacional. Las encuestas prevén una victoria de la alianza ‘Unida, Nicaragua Triunfa’ actualmente en el gobierno, que encabeza Daniel Ortega.
Dos suizas residentes en el país centroamericano analizan la campaña electoral y el debate político de cara a los comicios.
“No podemos medir todo lo que pasa en el mundo desde la perspectiva única de la historia y vivencias de la democracia directa helvética”, afirma a swissinfo.ch Verónica Pfranger, educadora y especialista suiza en desarrollo que reside en Nicaragua desde 1980.
Según la actual secretaria de la junta directiva de la Fundación para el Desarrollo de las Reservas Silvestres de Nicaragua, “es fundamental reconocer que cada país, cada región, posee una propia dinámica y cultura política. Y que no se pueden trasladar mecánicamente los conceptos de la democracia europea, construida desde siglos, a las nuevas democracias latinoamericanas, novedosas, ricas en potencialidades, y víctimas a veces de inexperiencias y errores de construcción”.
Verónica Pfranger ha participado como observadora o analista en todas las elecciones celebradas en Nicaragua desde 1984. Del actual periodo preelectoral destaca “el clima pacífico de la campaña en todos estos últimos meses”, que en gran medida es el “resultado directo de la voluntad del actual gobierno de impedir cualquier polarización política”.
Sondeos: victoria sandinista
Las encuestas prevén una victoria de la alianza gubernamental ‘Unida, Nicaragua Triunfa’. “Es evidente la fuerte presencia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la fragmentación de la oposición en cuatro alianzas, todas de derecha, que tratarán de arrebatar la presidencia a Daniel Ortega”, opina Pfranger.
“Aunque no soy vidente ni maga, pienso que la alianza encabezada por el FSLN se perfila como clara ganadora, con la apuesta de continuar su actual programa de gobierno durante los próximos cinco años”.
Verónica Pfranger, que asesora desde hace años a numerosas ONG suizas en Nicaragua, atribuye esta confianza en el actual gobierno a “las mejorías tangibles que durante el último lustro han gozado amplios sectores populares, que habían sido olvidados o relegados por los tres gobiernos anteriores desde 1990 hasta 2007”.
Y entre ellas enumera “una nueva preocupación ecológico-ambiental –que todavía debe mejorar considerablemente–, así como avances en el campo, donde miles de campesinos, especialmente mujeres que son cabeza de familia, se han beneficiado de diversos programas sociales y de recuperación productiva promovidos desde el Estado”.
Sin olvidar, agrega, que el actual gobierno volvió a instaurar la gratuidad de la educación y la salud públicas, que en el pasado habían sido privatizadas.
Vida política intensa
Frances Athanasiou, voluntaria suiza, asesora al sector femenino de la Central de Trabajadores por Cuenta Propia (CTCP), que aglutina a unos 59.000 afiliados del sector informal.
La joven politóloga destaca la “intensidad de la vida política en Nicaragua comparada con Suiza”. Se refiere a la gran cantidad de mítines, de movilizaciones políticas y de actividades callejeras de las últimas semanas.
“Además, la gente, en los puestos de trabajo, en los mercados y lugares públicos, discute abiertamente de política”. Y en esta dinámica, “los taxistas de Managua son como un termómetro referencial del debate preelectoral”.
Libertad de prensa y aborto
Respecto a la libertad de prensa, “la única censura que hay en los medios está ligada al poder económico de unos u otros a adueñarse de diarios, radios, o cadenas de televisión”, analiza Verónica Pfranger.
“Hoy los únicos periódicos de cierto peso, La Prensa y El Nuevo Diario, pertenecen a sectores que están en la oposición. No soportan ningún tipo de censura previa y en sus páginas se pueden encontrar las informaciones, editoriales y comentarios más críticos que podemos imaginar”, señala.
Y los múltiples actos y cierres ce campañas “sin ningún tipo de violencia”, son, en su opinión, una “prueba de que no ha habido prohibiciones” y se ha respetado la libertad de manifestación.
La mancha negra en este panorama, según la educadora suiza, ha sido “la abolición del derecho constitucional al aborto terapéutico, que decretó el Gobierno anterior en noviembre de 2006 y que vuelve a estar presente en la campaña”.
En una sociedad profundamente religiosa, y con una iglesia católica institucional de mucho peso, “esta temática no pudo escaparse a las manipulaciones de uno y otro sector político. Gobierno u oposición”.
Una medida política para congraciarse con la iglesia oficial, aceptada por el sandinismo, pero que significa un retroceso evidente de cara a nuestras sociedades modernas, donde salvo escasas excepciones, la mayoría de países reconoce ese derecho ahora prohibido en Nicaragua, concluye Pfranger. Con una perjudicada, “la mujer que por una u otra causa médica, debería tener el derecho de recurrir a la interrupción de su embarazo”.
Cerca de 3 millones de ciudadanos –de una población casi de 7 millones- están llamados a acudir el próximo domingo a uno de los 12.960 centros de votación.
Podrán elegir, para los próximos cinco años, al presidente y vicepresidente; a los 90 diputados de la Asamblea Nacional, así como a los 20 representantes de Nicaragua en el Parlamento Centroamericano.
Cinco alianzas políticas participan de la contienda electoral:
La gubernamental Unida, Nicaragua Triunfa, cuenta como pilar principal al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), actual partido gubernamental.
Según una encuesta de la consultora Siglo Nuevo publicada a mediados de octubre, ganará por más del 58% de los votos.
En segundo lugar, con cerca de 16%, le sigue la Alianza Liberal Independiente, de derecha.
Su candidato presidencial, el empresario Fabio Gadea Mantilla, lleva como compañero de fórmula al sandinista disidente Edmundo Jarquín, uno de los dirigentes del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS).
Más atrás se ubica, según el mismo sondeo, el ex presidente (1997-2002) Arnoldo Alemán (12%).
Cierran los cálculos otros dos candidatos también de derecha que sumados no superarían el 1,5 % de votos.
Las elecciones serán seguidas por centenas de observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), ONG e instituciones internacionales privadas.
Varias organizaciones de la sociedad civil nicaragüense no fueron aceptadas por el Gobierno como observadores nacionales, lo que provocó críticas de la oposición.
Un sector de la oposición señala que la candidatura de Daniel Ortega por la alianza ‘Unida, Nicaragua Triunfa’ viola el principio constitucional de la no reelección.
La Suprema Corte de Justicia del país avaló la candidatura del antiguo dirigente guerrillero.
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