Nuevo programa en Suiza de protección de testigos
La policía suiza estableció un programa especial para salvaguardar el bienestar de testigos especiales en casos relacionados con trata de blancas, terrorismo o crimen organizado.
Si bien pareciera obvio, esta protección no es un hecho en diversas partes del mundo. En Suiza, no había nada oficial hasta ahora para proteger a testigos cuyo testimonio puede ser de vital importancia para una averiguación.
«Nos dimos cuenta en los últimos años de que para determinados tipos de delitos es muy importante hablar con algunas personas clave, y esas personas no están dispuestas a dar su testimonio si tienen la impresión de que su vida o integridad física están amenazadas”, indica el director de la Oficina Federal de Policía, Jean-Luc Vez.
Así, este servicio recién creado por la Policía Federal cierra un vacío legal y permite a Suiza cumplir las obligaciones contenidas en el Convenio del Consejo de Europa para la Lucha contra la Trata de Seres Humanos, documento que Berna ratificó el año pasado.
Se espera que unas diez a quince veces al año, los fiscales cantonales y federales presenten este tipo de solicitudes de protección, lo que significará costos de alrededor de 2 millones de francos suizos ($2,1 millones). Este presupuesto será cubierto por los cantones y las autoridades federales.
La Oficina Federal de Policía también asesorará a los cantones en este tema y la decisión final de protección estará en manos de su director. “Una gran responsabilidad”, subraya Vez. “Sé que la persona concernida podría ser asesinada”.
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¿Quién realmente se beneficiará de esta protección? El propio testigo y también podría incluirse a su pareja o a sus hijos.
En un escenario policial ficticio, este servicio podría otorgarle este beneficio, por ejemplo, a una madre que proviene de Cuba, que haya sido obligada a prostituirse en Suiza por un grupo de traficantes de seres humanos. Ella solo aceptaría comparecer si está bajo protección.
A cambio de su testimonio, la Policía Federal podría darle una nueva identidad, un lugar para vivir, dentro o fuera de Suiza, y podría también ofrecerle reunirse de nuevo con su familia en ese nuevo destino.
Un informe reciente indica que en el caso de sospecha de trata de blancas no es fácil para las víctimas, por la presión que sus traficantes ejercen, dar testimonio de lo que les ocurre.
Las asociaciones de ayuda a estas personas ven con buenos ojos la implementación de este programa, al considerar que se trata de un primer paso en el sentido correcto.
“Creemos que debería ser un programa de protección de víctimas y no solo uno para proteger a los testigos”, sentencia Doro Winkler, del FIZ, una asociación que proporciona apoyo a las mujeres inmigrantes y a las víctimas de tráfico de seres humanos. “No todas las mujeres afectadas son testigos, quieren presentar cargos o conocen información determinante, pero también requieren de protección”.
Winkler reitera que hasta ahora la protección a estas víctimas se ofrece de las manos de la sociedad civil y de los cantones. “Lo que hacemos no es muy diferente de lo que se incluye en el programa de protección al testigo, pero nosotros tenemos posibilidades y recursos limitados para hacer este trabajo”.
El Parlamento de Suiza aprobó en 2011 la ley para el programa de protección de testigos, en vigor desde enero de 2013.
Costos previstos: 2 millones de francos suizos anuales, divididos a partes iguales entre las autoridades federales y cantonales. Cada cantón contribuirá financieramente al programa con relación al número de su población.
Los fiscales son los encargados de solicitar a la Policía Federal la protección de un testigo.
La protección concluye si se considera que ha desaparecido el riesgo que provocó la decisión o si la persona concernida viola los términos del acuerdo, haciendo imposible que las autoridades puedan garantizar su protección o la de los miembros del cuerpo de seguridad. La protección también puede finalizar si el testigo lo solicita.
Los cambios legislativos incluyen la posibilidad de protección en otro cantón que no sea el de residencia para testigos extranjeros en Suiza. También es posible que testigos de programas de protección foráneos obtengan el aval para establecerse en Suiza.
Con la mira en la mafia
Suiza es un destino preferido para una la mafia italiana, tal es el caso de la ‘Ndrangheta, que en calabrés significa coraje u hombría.
De acuerdo con la Procuraduría Federal, Suiza se ha convertido en una suerte de base logística para este tipo de organizaciones, donde lavan dinero a través de bancos, otros intermediarios financieros o inversiones inmobiliarias.
La ‘Ndrangheta parece haber ampliado su esfera de influencia en los años recientes, un hecho que ocupa a las autoridades y que les hace seguir la pista de estas organizaciones criminales.
En este sentido, las autoridades esperan que el nuevo programa contribuya a que estas investigaciones no terminen tan solo en sentencias menores, como ha ocurrido en los últimos años, gracias al testimonio de personas clave.
Para Vez, este programa podría marcar la diferencia. Y si bien se garantizará la protección a testigos determinados, estas personas, por sus propios delitos, no recibirán inmunidad.
Se trata de que, pese a la protección otorgada, nadie escape de sus obligaciones legales.
Los costos son otro factor en juego para decidir si proteger o no a una persona. La Policía Federal indica que cada caso podría significar gastos de entre 5.000 y 150.000 francos.
“Y habrá situaciones en las que debamos rechazar un caso”, admite Vez.
El programa completo de protección a testigos es extremadamente complejo en su aplicación, pues se requiere la colaboración de las policías federal y cantonales, los fiscales, las autoridades civiles y, a veces, la de gobiernos extranjeros.
Considera Vez que uno de los mayores desafíos será mantener oculto el proceso de investigación. “Es importante que cada una de las partes implicadas en este proceso comprenda que la información debe mantenerse secreta. Una fuga de información pondría en peligro al testigo”.
Traducción del inglés: Patricia Islas
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