Pro-europeos se movilizan contra los aislacionistas
Nuevos grupos constituidos con sólido respaldo financiero tratan de impedir que el futuro de las relaciones de Suiza con la Unión Europea quede en punto muerto. La situación no preocupa al mascarón de proa de la derecha conservadora y multimillonario, Christoph Blocher.
La creación de dos movimientos pro-europeos: ‘Suiza en Europa’ y ‘Operación Líbero’ surge tras la decisión del electorado suizo que aprueba la reintroducción de cuotas en la inmigración y desafía así al principio de libre circulación de personas, pilar esencial de la UE.
El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Lausana, George Lutz, califica esa aparición de los movimientos como “un toque de atención, como el punto de inflexión en el debate intelectual sobre Europa”.
Los diarios consideran que se trata de un pulso entre aislacionistas y fuerzas políticas liberales. Algunos comentaristas creen incluso que esta prueba de fuerza podría trazar las líneas de lucha en la política interior de los años venideros. A pesar de ir calmándose los ánimos tras el impacto de la votación celebrada en febrero pasado.
No es coincidencia
Mark Balsiger, asesor político y escritor, también opina que la creación simultánea de dos movimientos distintos ocurre en un momento importante. “No es una coincidencia. Ha tardado un poco, pero estamos a doce meses de las elecciones parlamentarias y a semanas de otra votación que propone limitar la inmigración, recalca. El campo liberal era hasta ahora un montón de colores diversos y rumbos orientaciones distintas”.
La simple presencia de las nuevas agrupaciones no va a transformar el escenario político. Ni siquiera sabiendo que uno de los empresarios más ricos del país: Hansjörg Wyss asegura –casi simultáneamente-, su apoyo financiero a quienes se opongan a los antieuropeos.
“Hansjörg Wyss ha lanzado el movimiento y a otros corresponde el llevarlo adelante. Es un nombre nuevo en la escena política y espero que los medios empresariales reconozcan al menos sus esfuerzos, comenta Mark Balsiger. También ellos deberían seguirle a bordo para ver lo que es posible conseguir entre todos”.
Alejado hasta ahora de los reflectores, Hansjörg Wyss, multimillonario radicado en Estados Unidos y ex presidente de Synthes, fabricante estadounidense -suizo de material médico, rompió su silencio a principios de octubre atacando públicamente a los líderes del movimiento antieuropeo.
El mundo académico, también
Georg Lutz anota por su parte que los miembros de la Conferencia de rectores de las universidades suizas también bajan a la arena. Ellos fueron las primeras víctimas de la votación contra la inmigración, porque la UE marginó a Suiza de los programas de investigación e intercambio de estudiantes.
Las universidades temen que otra votación prevista para noviembre -cuya intención es limitar más la inmigración por razones ecológicas (Iniciativa Ecopop)-, cause más daños a la investigación científica y a la comunidad de científicos suizos.
“Se ha añadido calidad al debate después de haber ido tirando los tratados bilaterales durante veinte años”, comenta Georg Lutz coincidiendo con Mark Balsiger en que a partir de cierto punto, todos los actores deberán trabajar codo con codo.
Grupos nuevos
El grupo ‘Suiza en Europa’ está integrado por figuras políticas, económicas y científicas. Antiguos consejeros federales (ministros), banqueros centrales, jueces federales y jefes ejecutivos, así como por representantes de universidades y hasta un astronauta.
‘Operación Libero’ cuenta con académicos jóvenes que aprovechando las redes sociales de comunicación quieren participar en el debate europeo. En rueda de prensa, sus integrantes han acusado a la clase política de no adoptar una posición clara por razones electoralistas. Su agenda política no se limita a temas sobre las relaciones con la UE, sino que también incluye los de ciudadanía y cuestiones familiares, así como el de facilidades tributarias para las personas de bajos ingresos.
Los dos movimientos comparten un objetivo común que consiste en promover una discusión amplia sobre la posición de Suiza en Europa, aunque siguen siendo vagos sobre si prefieren una alternativa a la actual política de acuerdos bilaterales o la adhesión plena a la UE. “Nuestro objetivo no es una acción política específica, sino la calidad en el debate”, declaró al diario Le Temps Benedikt de Tscharner, antiguo embajador y pro-europeo convencido.
Tomar la agenda de la derecha
Georg Lutz opina que ambos grupos intentan poner fin a la parálisis política y quebrar la agenda de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora). “Durante años, la derecha ha dominado el debate sobre las relaciones con Europa, tanto que el tema casi se ha convertido en tabú”, precisa.
Comités y agrupaciones
El grupo ‘Suiza en Europa’ está integrado por personalidades de la política, economía y universidades. Muchos de ellos desempeñaron funciones de gobierno importantes y provienen de la región francófona de Suiza.
Varios de ellos son también miembros del ‘Club Helvétique’, un foro creado en el 2005 para defender lo que denomina las instituciones del Estado Federal y luchar por una Suiza humanitaria, abierta con sus principios sociales y liberales.
‘Operación Libero’ es un movimiento de académicos jóvenes que tienen lazos con el grupo de reflexión (fábrica de ideas) ‘Foraus’. Su plataforma abarca una vasta gama de temas para una sociedad liberal.
Entre otros grupos pro-europeos figura el “Nuevo movimiento europeísta de Suiza”, fundado en 1998.
El campo anti-europeísta está presidido por el comité de Blocher “NO a una adhesión insidiosa en la en la UE”, “Acción por una Suiza Independiente y Neutral”, fundada por Blocher en 1986. Su primer objetivo fue oponerse al ingreso de Suiza en Naciones Unidas (ONU).
Reconoce que la estrategia es arriesgada porque podría beneficiar al tribuno de la UDC Christoph Blocher, cuya finalidad es atacar públicamente a sus adversarios ante el júbilo de sus partidarios.
Sin embargo, el especialista piensa que el respaldo financiero de Hansjörg Wyss es significativo para los pro-europeos, puesto que Christoph Blocher tiene ese papel en el otro campo. “La UDC podría entonces haber perdido su condición privilegiada de único partido político capaz de contar con los fondos de uno de sus miembros”.
Nada impresionado
Pero a Christoph Blocher, ex ministro de Justicia de 74 años, no parece inquietarle mucho la situación. En una entrevista con el diario Basler Zeitung –del que es propietario-, critica al grupo ‘Suiza en Europa’.
“Me dio mucha risa. No es creíble ver a esas personas (ndlr los antiguos ministros Micheline Calmy-Rey y Pascal Couchepin) involucrarse a favor de los acuerdos con la UE , si se supone que su meta era promover el ingreso en la UE”.
Además resta importancia al apoyo financiero de Hansjörg Wyss: “Jamás faltó dinero a los pro-europeos que defienden la libre circulación de personas. ¿Pero imaginarán que con dinero pueden comprar el aval del pueblo?
Blocher, también empresario y multimillonario, se comprometió a luchar con uñas y dientes contra lo que considera una adhesión disfrazada y progresiva a la UE y, por ende, la pérdida de la soberanía nacional.
Enfoque sereno
Otro nombre notable que se ha sumado al debate es Jakob Kellenberger. En un artículo de opinión publicado por el Neue Zürcher Zeitung, el antiguo secretario de Estado en el Ministerio de Asuntos Exteriores abogó a favor de un enfoque sereno y realista en el debate sobre las futuras relaciones con la UE.
Jakob Kellenberger -quien en su momento fue negociador principal del paquete de acuerdos bilaterales con la UE-, acaba de publicar el libro titulado Wo liegt die Schweiz? (¿Dónde se sitúa Suiza?) sobre las relaciones de Suiza con los veintiocho. “La controversia con la UE y una posible (aunque no obligatoria) adhesión en el futuro constituye asimismo una prueba para la cultura de la tolerancia y la libertad de opinión. El hecho de decir que esos dos valores se hayan reducido en un clima de intimidación, no es realmente nada nuevo”.
Sin citar nombres, Jakob Kellenberger, quien también fue presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), acusa a “medios influyentes” de bloquear un enfoque europeísta desprovisto de ideología. El éxito de este método, que consiste en cavar una fosa emocional entre la UE y Suiza, es sorprendente”.
Suiza y la Unión Europea
Suiza no es miembro de la Unión Europea (UE), pero más de 120 acuerdos bilaterales definen las relaciones entre ambas partes.
En 1992, los electores rechazaron por estrecho margen el Espacio Económico Europeo (EEE), tratado intermedio hacia una adhesión plena a la UE.
El Gobierno dice haber abandona su objetivo de adhesión a largo plazo y sus relaciones con Bruselas se basan en convenios bilaterales.
La política de los acuerdos bilaterales ha sido bloqueada tras la votación de febrero del 2014, cuando el pueblo aceptó en las urnas la iniciativa popular de la UDC que plantea la reintroducción de cotas en la inmigración.
Bruselas ha insistido en un acuerdo marco que agrupe todos los acuerdos con Suiza bajo un solo techo institucional.
Entre las propuestas para desbloquear la situación actual están las de renegociar los principales acuerdos bilaterales, una nueva votación sobre la inmigración o sobre el Espacio Económico Europeo (EEE).
Traducido del inglés por Juan Espinoza
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