Portugal conmemora el centenario de su gran maestro de la guitarra, Carlos Paredes
Lisboa, 16 feb (EFE).- Portugal conmemora este domingo el centenario del nacimiento de su gran maestro de la guitarra, Carlos Paredes (1925-2004), apodado ‘el hombre de los 2.000 dedos’.
Para celebrar esta fecha, el Ministerio de Cultura luso ha lanzado un programa, bajo el título ‘Variaciones para Carlos Paredes’ de conciertos, exposiciones y otras actividades para poner en valor esta leyenda de la música en el país.
Las conmemoraciones se iniciaron el pasado 5 de febrero con un concierto en el Teatro Municipal São Luiz y se prolongarán a lo largo de 2025 y llevarán el legado del músico por todo Portugal, incluidos los archipiélagos de Madeira y Azores, y por el extranjero.
Más allá de las fronteras del país, están previstos 40 conciertos en 24 localidades, como Madrid, Barcelona, Sevilla, Ciudad de México, Ciudad de Panamá, Bogotá, Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires.
Paredes nació el 16 de febrero de 1925 en Coimbra, en el seno de una familia muy vinculada a la música y a la guitarra portuguesa: Fue hijo, nieto y bisnieto de grandes intérpretes de este instrumento.
En 1934 se mudó con su familia a Lisboa, donde a los nueve años comenzó a hacer de acompañante musical de su padre, Artur Paredes.
La guitarra portuguesa terminó por convertirse en su gran pasión y una que durante la mayor parte de su vida compaginó con su trabajo en el archivo de radiografías del Hospital de São José, en Lisboa. Grabó su primer álbum, ‘Carlos Paredes’, en 1957.
Miembro del Partido Comunista Portugués, en 1958 su oposición a la dictadura le llevó a permanecer bajo arresto de la policía política de Salazar durante 18 meses.
Aprovechó su estancia en prisión para componer música de cabeza, lo que hacía caminando de un lado a otro de la celda, hasta el punto de que algunos de sus compañeros pensaban que estaba loco por sus movimientos.
Está considerado, además, como uno de los grandes divulgadores de la guitarra portuguesa y tuvo un desempeño importante como compositor.
Los últimos once años de su vida no pudo tocar la guitarra debido a una mielopatía, una enfermedad que afecta a la médula espinal y por la que se pierde movilidad en las manos. EFE
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