Portugal rememora el fallido golpe de Estado de 1975 con críticas cruzadas entre partidos
Lisboa, 25 nov (EFE).- Los partidos políticos lusos conmemoraron este lunes el fallido golpe militar del 25 de noviembre de 1975 con acusaciones cruzadas entre la derecha y la izquierda, y con el llamamiento al equilibrio lanzado por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al señalar que «no hay fin de la historia, se reescribe día a día».
Con motivo del 49º aniversario de ese levantamiento fracasado, el Parlamento decidió organizar por primera vez una sesión solemne, que salió adelante gracias a la derecha.
Sin embargo, estuvo marcada por las críticas, ya que la izquierda considera que los conservadores intentan capitalizar la llegada de la democracia al país con el intento de golpe militar y no tras la caída de la dictadura salazarista, el 25 de abril de 1974, con la Revolución de los Claveles, que impulsó la izquierda.
En medio de la polémica, el Partido Comunista Portugués (fuerza que impulsó el frustrado golpe de Estado en 1975) no se presentó a la sesión y del Bloco de Esquerda solo acudió una diputada, que denunció que esta celebración es un «disparate».
Durante su discurso, Rebelo de Sousa hizo un repaso de las principales fechas desde la Revolución de los Claveles, la inestabilidad de los meses siguientes, el intento de golpe de noviembre y la revisión constitucional de 1982, y sentenció que el 25 de Abril «marcó más».
«No existe contradicción entre el 25 de Abril» y el 25 de noviembre, defendió el presidente portugués, quien ve la primera como el «fin del ciclo imperial de cinco siglos y el fin de una dictadura de cinco décadas».
En nombre del conservador Partido Social Demócrata (PSD, que gobierna en minoría en Portugal) habló el diputado Miguel Guimarães, quien definió esa fecha como «el triunfo de la moderación sobre el extremismo».
«Nadie de buena fe negará que fue el 25 de noviembre el que nos posibilitó una democracia liberal y pluralista, librándonos de una democracia popular, de inspiración marxista», apuntó el parlamentario conservador, con críticas a los que decidieron faltar a la sesión y con un llamamiento a «no olvidar la historia».
El diputado Pedro Delgado Alves, en representación del Partido Socialista (líder de la oposición con 78 diputados), reivindicó el rol que jugó su formación en la paralización del golpe, «la izquierda democrática del Portugal de abril, militar y civil», pero matizó que no se debe «instrumentalizar o reescribir el pasado».
«La mejor forma de homenajear esta capacidad de superar las divisiones es no reabrir las fracturas que sabiamente estas generaciones fundadoras del régimen democrático supieron superar, rechazando revisionismos, voluntades revanchistas o provocaciones», alegó.
El líder del partido de ultraderecha Chega, André Ventura, cuya formación es la tercera fuerza en el hemiciclo con 50 diputados, aseguró que, aunque no olvida la Revolución de los Claveles, ve esta jornada como «el verdadero día de la libertad» en Portugal.
Aprovechó su discurso para denunciar que el país afronta «una nueva amenaza real», que es la «inmigración descontrolada», que lo «destruye» y genera inseguridad, una afirmación habitual en su discurso político. EFE
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