Presidente de Ruanda acusa a su homólogo sudafricano de mentir sobre el conflicto en RDC
Kigali, 30 ene (EFE).- El presidente de Ruanda, Paul Kagame, acusó a su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, de transmitir mensajes en los medios de comunicación con «distorsiones, ataques deliberados e incluso mentiras» sobre las conversaciones que ambos líderes han mantenido esta semana sobre la escalada del conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
«Lo que han dicho los funcionarios sudafricanos y el propio presidente Ramaphosa sobre estas conversaciones en los medios de comunicación contiene muchas distorsiones, ataques deliberados e incluso mentiras», dijo Kagame en la madrugada de este jueves a través de su perfil de la red social X.
«Si las palabras pueden cambiar tanto de una conversación a una declaración pública, eso dice mucho sobre cómo se están gestionando estas cuestiones tan importantes», añadió.
Ramaphosa difundió un comunicado en sus redes sociales el miércoles donde lamentó la pérdida de trece soldados sudafricanos en varios enfrentamientos entre el Ejército congoleño y el poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
En él, aseguró que la intensificación de los combates en el este de la RDC era el resultado de una escalada del conflicto entre las Fuerzas Armadas congoleñas -apoyadas por las misiones de paz de la ONU y de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC)- y el M23, apoyado por la milicia de la Fuerza de Defensa de Ruanda (RDF).
Frente a estas acusaciones, Kagame aseguró que la Fuerza de Defensa de Ruanda «no es una milicia, es un ejército» y que el propio Ramaphosa le aseguró, durante una de sus conversaciones, que el M23 no mató a los soldados sudafricanos sino que «fueron las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC)».
Además, dijo que el mandatario sudafricano no expresó ningún tipo de «advertencia» hacia Ruanda, «a no ser que lo hiciera en su idioma local, que no entiendo», y aseguró que Ramaphosa sólo pidió apoyo al Gobierno ruandés para asegurar que los militares sudafricanos tengan un «acceso adecuado» a la electricidad, comida y agua, «algo que ayudaremos a comunicar».
«Está muy bien que Sudáfrica quiera contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas, pero no está en condiciones de asumir el papel de pacificador o mediador. Y si Sudáfrica prefiere la confrontación, Ruanda tratará el asunto en ese marco cualquier día», advirtió el mandatario ruandés.
Al mismo tiempo, frente a la declaración de Ramaphosa, que aseguraba que las Fuerzas Armadas de Sudáfrica estaban presentes en la RDC como parte de la misión de paz de la SADC, conocida como SAMIDRC, para «lograr la paz y proteger miles de vidas», Kagame aseguró que el despliegue de esta misión «contribuyó al fracaso de los procesos de negociación».
«La SAMIDRC no es una fuerza de mantenimiento de la paz y no tiene cabida en esta situación. Fue autorizado por la SADC como fuerza beligerante que participa en operaciones de combate ofensivas para ayudar al Gobierno de la RDC a luchar contra su propio pueblo», dijo.
También denunció que la SAMIDRC trabaja «junto a grupos armados genocidas como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), que atacan a Ruanda, al tiempo que amenazan con llevar la guerra a la propia Ruanda».
La escalada del conflicto en la RDC, con la toma del M23 de varios territorios en los últimos días, como la estratégica ciudad de Goma, ha generado un aumento de la tensión entre este país y la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido confirmada por la ONU.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE
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