¿Por qué los molinos de viento generan tanta inquietud?

Cuando se proyecta un parque eólico cerca de un pueblo, los residentes locales suelen esgrimir argumentos emocionales contra los molinos de viento. KEYSTONE/© KEYSTONE / CHRISTIAN BEUTLER

Matan pájaros y estropean el paisaje: estos son algunos de los argumentos habituales contra las turbinas eólicas. En la actualidad hay 47 aerogeneradores en Suiza, pero con la nueva Ley de la energía esta cifra podría aumentar hasta 200 ó 300.

Nos reunimos con el hotelero y activista contra la energía eólica Elias Vogt en la cima del Chasseral, en el cantón de Jura. Con su asociación “Freie Landschaft Schweiz” (Paisaje Libre Suiza) lucha contra la nueva Ley de suministro eléctrico. Principalmente, contra la expansión de la energía eólica.

“Existen planes para construir aerogeneradores de 250 metros en Suiza. Es enorme, casi inimaginable», explica. Vogt también critica el hecho de que la nueva ley permitirá también la instalación de aerogeneradores en zonas boscosas. “Eso sería malo para nuestra naturaleza y también para los bosques”, asegura Vogt.

La Ley de suministro eléctrico facilitará la construcción de molinos de viento en zonas claramente delimitadas. Esto incluye también los bosques, bajo ciertas condiciones. Los árboles talados deben ser sustituidos.

Energía eólica en Suiza

En Suiza hay un total de 47 grandes aerogeneradores. Según el ministro de Energía, Albert Rösti, con la nueva ley habrá unos 200 aerogeneradores en 2035. Elias Vogt cree que se instalarán entre 750 y 1.000 aerogeneradores. En Austria, por ejemplo, hay más de 1.400 molinos de viento.

A las empresas energéticas les gustaría construir más aerogeneradores. Alpiq sólo explota un parque eólico, muy cerca del Chasseral: Le Peuchapatte. El director del proyecto, Raynald Golay, confía en la nueva ley: “La energía eólica nos proporciona una energía que necesitamos urgentemente en invierno. Esperamos que los trámites sean un poco más cortos y que podamos impulsar la transición energética”.

Golay explica que antes de construir una turbina eólica se realizan numerosos estudios sobre el impacto ambiental, pero también sobre el impacto que puede tener sobre las aves y los murciélagos de la zona.

Cuando se habla con los habitantes de los pueblos donde está previsto construir un parque eólico, a menudo se escuchan argumentos de carácter emocional. En Sonvilier, en el Jura bernés, por ejemplo, se escuchan comentarios como el siguiente: “Enajena el paisaje, preferimos los árboles a los aerogeneradores”, o como éste: “Estoy a favor de las nuevas energías, pero más a favor de la solar que de la eólica”. E incluso los que están a favor de la energía eólica no quieren aerogeneradores demasiado cerca de sus casas.

Una exdirectora de Energía, a favor de las turbinas eólicas

Nos reunimos con una partidaria de la energía eólica en Montreux. Jacqueline de Quattro fue directora de Energía del cantón de Vaud hasta hace cinco años. Allí aprendió lo emotivo que es este tema.

De Quattro escuchó muchas afirmaciones estrambóticas: “Los hámsteres mueren en sus aspas, la leche se echa a perder, la gente se vuelve loca por culpa de esas sombras”. Si las aves migratorias vuelan por determinadas zonas, hay que ser considerado y apagar las turbinas durante cierto tiempo, explica.

Pero no se puede decir que una turbina eólica acabe con las aves. “Lo siento, pero un gato doméstico es mucho más peligroso para las aves”, dice de Quattro. Durante su etapa como directora de Energía se utilizaron folletos para hacer campaña contra los aerogeneradores y también contra ella misma.

Hoy, la consejera nacional del FDP (Partido Radical Democrático) está a favor de la Ley de suministro eléctrico. Suiza necesita seguridad; seguridad de suministro, pero también seguridad de inversión. “Es importante saber en qué zonas se pueden construir aerogeneradores y en cuáles no”, explica. En las zonas donde no está prevista la construcción de molinos de viento, la naturaleza estará mejor protegida que ahora.

“Suiza no es un país eólico”

De vuelta al Chasseral. Elias Vogt, adversario de la energía eólica, tiene también una explicación para la emotividad del tema: “Suiza no es un país eólico”. Sólo hubo un molino de viento en toda la historia del país, en la Edad Media. “Es una tecnología que no es propia de Suiza”, afirma Vogt.

Los aerogeneradores son una tecnología relativamente nueva. Esta podría ser también una razón por la que despiertan tantas emociones. Además, son visibles desde lejos debido a su tamaño. En la actualidad, la energía eólica sólo representa el 0,3% de la producción eléctrica suiza, pero el tema sigue siendo muy emotivo.

Texto adaptado del alemán por J. Wolff / Carla Wolff