Un arquitecto del Tesino que diseñó capitales bolivianas
Las sedes del poder legislativo y religioso en La Paz, el Palacio de Gobierno y el majestuoso Castillo de la Glorieta en Sucre, son algunos de los edificios emblemáticos diseñados por el arquitecto tesinés Antonio Camponovo.
Originarios de Mendrisio, cantón del Tesino, la familia Camponovo es uno de los linajes más prolíficos de arquitectos suizos. Sin embargo, para admirar sus construcciones hay que trasladarse al otro lado del globo, a Bolivia.
Fue a este lejano país al que emigraron los hermanos Miguel (1850-1921) y Antonio (1853-1938) Camponovo a finales del siglo XIX, luego de estudiar arquitectura en Turín y viajar por Argentina. La fuerte oleada migratoria suiza hacia el nuevo mundo ofició de marco perfecto.
Gracias al dinamismo de su sector minero, Bolivia vivía en ese momento un desarrollo económico vertiginoso, con altos precios de las materias primas impulsados por la revolución industrial en pleno apogeo en Europa y América del Norte.
Convocados por el Gobierno
En 1892, el gobierno boliviano recurrió a los hermanos Camponovo para construir algunos de los monumentos más emblemáticos del país. Aunque Miguel pasó la mayor parte de su carrera en la pequeña ciudad de Tarija, al sur del país, ayudó a su hermano Antonio en todos sus proyectos, y viceversa.
En la única capital de esa época, Sucre [NdeR: Actualmente, Sucre es la capital Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia y sede del Poder Judicial; La Paz es la capital política donde puncionan el Ejecutivo y el Legislativo], Antonio Camponovo participó en la construcción del Palacio de Gobierno en 1892. Posteriormente, diseñó y edificó el Castillo de la Glorieta para Francisco Argandoña, un magnate minero boliviano.
El castillo – nombrado Monumento Nacional en 1970- es una mezcla ecléctica de estilos arquitectónicos: el cuerpo central recuerda el renacimiento florentino y el estilo bizantino. Se ingresa a través de un pórtico árabe; en el interior hay una capilla consumada por un campanario gótico, un mirador de cristal y un minarete en forma de bulbo. Por último, una torre que reproduce el Big Ben corona todo el conjunto. A veces criticada y ridiculizada por su aspecto heterogéneo, que recuerda a Xanadú, el palacio de la película Ciudadano Kane, la Glorieta es hoy una parada obligada en toda visita a Sucre.
Encargado de obras públicas
Antonio Camponovo se trasladó más tarde a La Paz, que se convirtió en la sede del gobierno en 1899 tras una breve guerra civil, mientras Sucre seguía siendo la capital constitucional.
Como director de obras públicas, fue el responsable de completar la construcción de la catedral. «Mi deseo es que mañana el gran pueblo de La Paz pueda presumir de tener el templo más suntuoso de Sudamérica», escribió en una carta a las autoridades de la ciudad.
El primer edificio de la catedral se había construido en el siglo XVII y tuvo que ser demolido en 1831 porque corría peligro de derrumbe. La construcción comenzó en 1835, pero sufrió una serie de contratiempos, incluidos problemas financieros y la pérdida de los planos originales.
La planificación fue tormentosa, con numerosas controversias entre el arquitecto y las autoridades religiosas y municipales. Pasaría todo un siglo hasta que la catedral fuera finalmente inaugurada en 1935. Sin embargo, Antonio Camponovo ya había pasado el proyecto al italiano Ernesto Vespigniani para su conclusión. Las dos torres laterales fueron añadidas en 1989, algo apresuradamente, en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II.
Representación del poder político
Después del edificio religioso, Antonio Camponovo se dedicó a la representación del poder político construyendo en la misma plaza el Palacio Legislativo entre 1905 y 1907.
Desde 2014, las agujas del reloj del Palacio giran en sentido contrario como símbolo de rechazo a las prácticas impuestas por el Norte a los Estados del Sur. En este hemisferio, los relojes de sol que inspiraron los relojes marchan al revés. Además, el edificio está ahora coronado por un cubo negro gigante, la cima del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional, terminado en 2021, mientras que la Gran Casa del Pueblo, inaugurada en 2018, domina la catedral desde su imponente altura.
El escritor boliviano Eduardo Machicado, cuyo padre trabajó con el arquitecto suizo, consideró que Antonio Camponovo tomó una decisión que cambió el rostro de la capital política: “Se dio cuenta de que el granito utilizado hasta entonces, extraído del río Choqueyapu, que atraviesa La Paz, era de mala calidad porque contenía hierro. Prefería que le trajeran el granito desde Comanche, una localidad paceña, que era más puro. Muchos edificios históricos y el pavimento de la ciudad fueron construidos con esta piedra”.
El tesinés también remodeló la fachada del teatro municipal Alberto Saavedra Pérez en 1910, que presenta arabescos y motivos florales típicos del estilo Art Nouveau, entonces en boga.
Regreso a Argentina
Además de las grandes obras públicas y las mansiones de millonarios, Antonio Camponovo se construyó una elegante casa en La Paz en 1907. Ubicada en El Prado, hoy está rodeada de una multitud de nuevos edificios. Vivió allí por poco tiempo antes de regresar a Argentina, donde residió hasta su muerte en 1938. Tuvo tres hijas y un hijo, Arnaldo Camponovo, también arquitecto. Su residencia en La Paz, a la que él llamaba “chalet suizo”, se convirtió luego en un hotel. Actualmente es una discoteca y, en la planta baja, un restaurante que vende pollo frito.
Este artículo fue objeto de una publicación anterior, “Homenaje a los arquitectos suizos en
Bolivia”, publicado por la Embajada de Suiza en Bolivia en julio de
2024.
Texto revisado por Emilie Ridard y adaptado del francés por Norma Domínguez / Carla Wolff
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