The Swiss voice in the world since 1935

Una científica marina suiza se sumerge en el paraíso de las Seychelles

bióloga
Henriette Grimmel sostiene una cría de tiburón punta negra en el atolón de Saint-Joseph, una isla de las Seychelles. Lleva un pañuelo que le cubre la cara como protección del sol. Robert Bullock (c) Save Our Seas Foundation

La científica marina suiza Henriette Grimmel vive lejos de su familia y amigos en una remota isla de las Seychelles. Se pasa el día estudiando la vida en el océano.  

No es fácil dar con el lugar donde vive Grimmel y encontrarlo en el mapa. Para ello, hay que hacer zoom y acercarse al archipiélago de las Seychelles. Después hay que pasar por un montón de islas pequeñas y zonas azuladas antes de dar finalmente con la isla de D’Arros, a unos 250 kilómetros de la isla principal de Mahé. El lugar parece un paraíso turístico y, sin embargo, no está permitido el turismo. Grimmel tampoco está allí por eso.

D’Arros es una isla privada que perteneció al Sha de Irán y luego a la heredera de la marca francesa de cosméticos L’Oréal, Liliane Bettencourt, antes de ser comprada, en 2012, por Abdulmohsen Abdulmalik Al-Sheikh, el fundador saudí de la Fundación Salvar Nuestros Mares (Save Our Seas). Grimmel es científica marina y dirige el centro de investigación de la fundación en la isla junto con su marido.

Trabajo que empezó desde casa durante la Covid-19  

Grimmel, que creció en Alemania y Suiza, siempre se sintió atraída por las ciencias marinas, y en particular por los tiburones y el submarinismo. Tiene dos másteres, uno en biodiversidad marina y conservación y otro en ordenación del espacio marítimo. 

Fue mientras escribía su primera tesis de máster en las Bahamas cuando Grimmel conoció a su marido, un biólogo marino británico. Tras varios años de relación a distancia, en 2019 se toparon por casualidad con un anuncio de trabajo oficialmente dirigido a una pareja: el Centro de Investigación D’Arros, en las Seychelles, buscaba nuevos directivos.

La pareja viajó a D’Arros en marzo de 2020 para echar un primer vistazo. No obstante, tuvieron que empezar su nuevo trabajo desde casa, teletrabajando desde Suiza e Inglaterra, a causa de la pandemia. Finalmente se trasladaron a las Seychelles en diciembre de 2020 para formar del equipo.

Tortugas, tiburones y mantarrayas   

El objetivo de esta pareja de investigadores es estudiar los seres vivos de la isla de D’Arros, el arrecife y sus alrededores. Quieren aprender todo lo posible sobre ellos y las interrelaciones en el océano, para ayudar a proteger la vida marina y los ecosistemas.

Cada mañana, un miembro del equipo recorre la isla por la playa -lo que lleva entre 60 y 90 minutos- para buscar en la arena rastros de tortugas que hayan desovado.

bióloga
Henriette Grimmel utiliza un dispositivo GPS para rastrear una tortuga marina en el atolón de Saint-Joseph. Jeanne Mortimer / Save Our Seas Foundation

La pareja también presta especial atención a los tiburones y a las mantas, que gustan particularmente a Grimmel. «Los tiburones siempre me han parecido geniales, pero las mantas tienen más carácter», afirma. «Comparadas con otros peces, las mantas de arrecife tienen el cerebro más grande en relación con su cuerpo, y eso se nota en su comportamiento». 

Las mantas hembra adultas pueden llegar a medir entre tres y cuatro metros. Cuando se sumerge y bucea bajo ellas, Grimmel puede identificarlas por las manchas negras de su vientre blanco. Algunas son tímidas, otras curiosas, mientras que otras apenas se fijan en ella y pasan prácticamente por su lado.

bióloga
Una manta raya de arrecife en el agua frente a la isla de D’Arros. Entre los peces, las mantarrayas de arrecife tienen el cerebro más grande en relación con su cuerpo. Robert Bullock / Save Our Seas Foundation

Vivir aislado

Es «difícil de explicar» cómo es vivir en D’Arros, dice Grimmel. Ella y su marido se consideran muy afortunados de vivir allí. Pueden centrarse en su trabajo sin que nada ni nadie les distraiga. También hay dos mujeres de las Seychelles en el equipo. En total, entre 30 y 50 personas viven permanentemente en la isla. Los que no forman parte del equipo del centro de investigación se ocupan del mantenimiento de las instalaciones.

D’Arros es básicamente un paraíso de naturaleza virgen, afirma Grimmel: «No hay cafetería ni bar. No hay nada que hacer después del trabajo, salvo un poco de deporte o una partida de cartas». Esa falta de variedad y de salidas sociales puede ser un reto, sobre todo porque también están aislados de la familia y los amigos, aunque mantengan un contacto virtual regular. 

La isla cuenta al menos con una pequeña tienda donde pueden comprar alimentos. Sin embargo, no son ellos quienes preparan la comida, ya que el centro cuenta con un cocinero. Es preferible así, comentan, ya que así pueden centrarse en su trabajo, que fácilmente ocupa hasta 60 horas semanales repartidas en cinco días y medio, dependiendo de la temporada. Sin embargo, también significa que no pueden elegir lo que comen, algo que a Grimmel le resultó difícil al principio. «Pero hago mi propio pan de masa madre», dice. El año que viene quiere empezar a producir su propio yogur.

bióloga
Grimmel observa a las mantarrayas y otros peces en el agua durante su sesión semanal de estudio de las mantarrayas. Robert Bullock / Save Our Seas Foundation

Hay ciertas tareas que tan sólo pueden realizar en condiciones perfectas, por ejemplo, cuando el océano está calmo y llano como el canto de un libro y sus aguas claras y cristalinas permitiendo su visión hasta una profundidad de 40 metros.

En D’Arros hay dos temporadas de monzones al año. Cuando llegan las lluvias, el mar suele estar demasiado agitado para trabajar al aire libre. Es entonces cuando Grimmel y su marido deciden visitar a su familia y amigos en Europa. Cuando llega el monzón del noroeste, la pareja vuelve a casa por navidad. 

Laboratorio dirigido con precisión suiza

Mientras su marido es un «biólogo marino clásico», que dedica su tiempo principalmente a la investigación, Grimmel se describe a sí misma como generalista. Además del trabajo de campo, es responsable de la gestión y administración del centro. Así que cuando se trata de organizar y estructurar el laboratorio, puede dar rienda suelta a su rigor alemán y suizo. Todo tiene su sitio. «Soy estricta al respecto. Y pobre del que meta arena en el laboratorio», dice riendo.

¿Hay esperanza para los océanos? Grimmel se lo piensa. «Sí. Aunque hay muchos problemas para los océanos y los ecosistemas, claro». Pero cuando ve cuánta gente pone su energía en proteger la vida marina, se siente optimista. Uno de los objetivos de la fundación es también formar a gente de las Seychelles, «para que ya no nos necesiten», añade. El centro de investigación ofrece regularmente prácticas, así como un concurso para jóvenes, cuyos ganadores pueden pasar una semana en D’Arros. «Varios de ellos estudian ahora en este campo», afirma Grimmel.

bióloga
Grimmel pesa un pequeño tiburón de arrecife de puntas negras. Los niños y niñas que participan en la Experiencia D’Arros aprenden sobre las criaturas del océano. Dillys Pouponeau / Save Our Seas Foundation

¿Y qué harán Grimmel y su marido, una vez que terminen su trabajo en la isla? Tienen un objetivo a largo plazo. «Queremos vivir en Escocia más adelante», afirma con una sonrisa.

Editado por Marc Leutenegger. Adaptado del alemán por Carla Wolff

Los más leídos
Quinta Suiza

Los más discutidos

En cumplimiento de los estándares JTI

Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI

Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.

Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR