Sacerdote nicaragüense Manuel García es acusado por violencia hacia una mujer
Managua, 7 jun (EFE).- El sacerdote nicaragüense Manuel Salvador García Rodríguez, de 57 años, fue acusado este martes por presunta violencia en contra de Martha Candelaria Rivas Hernández, informó el Poder Judicial.
El religioso, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, también conocida como El Calvario, en el municipio de Nandaime, departamento de Granada (sureste), fue acusado ante el Juzgado Distrito Penal de Adolescentes de Granada Circunscripción Sur de Nicaragua.
Según la acusación presentada por la abogada Cristhian Katiela Huete Zeledón -la cual consta de cuatro folios-, en representación de Rivas Hernández, como ofendida, el sacerdote no ha sido detenido, como ha informado la prensa local.
La semana pasada la mujer, de 43 años, denunció a través de medios oficiales que el sacerdote la golpeó en su pómulo derecho con un candado.
Según su relato, el pasado 30 de mayo, Día de la Madre Nicaragüense, ella acudió junto a sus dos menores hijos a la parroquia de Nandaime a visitar al sacerdote, a quien conoció dos años antes, según dijo, en el municipio vecino de Diriá.
«Entramos (a la parroquia), comimos algo ahí y tomamos algo de licor», afirmó la mujer en el video en el que apareció con los pómulos morados y donde aseguró ser «amiga íntima» del sacerdote.
«Tuve el atrevimiento que le cogí el celular (teléfono móvil) y le miré un chat (mensaje) y lo malinterpreté. Le eché eso en cara a él y me dijo que qué barbaridad el atrevimiento porque los celulares son privados. Él mencionó a mi ex pareja», continuó.
Posteriormente se inició una discusión entre ambos y el religioso se levantó para abrir el portón con el fin de que la mujer saliera de la parroquia con sus hijos, según contó.
«Como voy detrás (del religioso), entonces él pensó que el candado lo había dejado en la argollita (cerradura del portón). Como iba detrás y estaba algo oscuro, él dice: ideay, a eso venis a visitarme, a reclamarme (por el mensaje), en eso hizo así (levanta la mano) y fue cuando me dio con la mano izquierda donde llevaba el candado y fue cuando me reventó ahí», en el pómulo derecho, sostuvo.
El sacerdote no ha ofrecido su versión, tampoco la diócesis de Granada, ni la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Según la prensa local, tanto el cura como el sacristán, de nombre Guillermo Potosme, fueron detenidos por la Policía Nacional, que no ha confirmado ni negado esa noticia.
¿DÉJA VU DE LOS AÑOS DE 1980?
Antes de conocerse la denuncia, vecinos de Nandaime grabaron el sacerdote exaltado, cargando un machete en el atrio del templo y discutiendo con los que lo filmaban, quienes a su vez lo retaban a los golpes, lo amenazaban con apedrearlo, y le gritaban «asesino», «payaso», padre de mentira» y que andaba bien «drogado».
Hasta el 25 de mayo pasado, la Policía Nacional mantuvo vigilancia sobre dos parroquias donde se encontraban recluidos un obispo y un sacerdote, quienes calificaron de asedio y acoso la presencia de los agentes del orden.
Eso llevó al obispo Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno del presidente Daniel Ortega, a comenzar una jornada de ayuno, oración y exorcismo indefinidos hasta que finalizara el asedio policial del cual -dijo- sufría.
La oposición nicaragüense ha condenado lo que considera una campaña de difamación del Ejecutivo y de los sandinistas en contra de la iglesia Católica, y han recordado la persecución que los religiosos sufrieron durante el primer régimen sandinista (1979-1990) donde un obispo fue desterrado, un sacerdote desnudado y otros diez expulsados, y uno acusado de «contrarrevolucionario».
El presidente Ortega ha tildado de «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018. EFE
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