Saint Laurent se “cuela” en el desfile de Alta Costura de Dior

Abraham de Amézaga

París, 27 ene (EFE).- La primera colección en 1958 de Yves Saint Laurent (1936-2008) para la casa Dior tras el fallecimiento de Christian Dior (1905-1957), bautizada Trapèze (Trapecio), ha sido este lunes una de las inspiraciones de la Alta Costura para la próxima primavera-verano de esta mítica firma. Los vestidos han sido los grandes protagonistas, junto a las chaquetas, además de las transparencias.

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La directora creativa de las líneas femeninas de Dior, la italiana Maria Grazia Chiuri, ha tomado como referencia esa colección Trapecio, de enero de 1958, así como la silueta Cigale (Cigarra), que el propio Dior había propuesto a principios de esa década.

En este caso, ha sido con la utilización de tejidos originales de moaré y en formatos como, por ejemplo, una falda corta combinada con un frac entallado; o el vestido Cigale, realizado en satén de seda negro bordado.

Compuesto de 68 looks, en el desfile que muchos señalan como el último de Chiuri para la casa, se ha visto un juego de contrastes. Por la combinación de diferentes materiales y las formas que a estos se da, con los vestidos largos y cortos -de algunas de cuyas faldas surgían multitud de cintas- como grandes protagonistas.

En este caso el miriñaque también ha estado bastante presente, y eso remite a la última colección para Loewe de Jonathan W. Anderson, quien se especula que podría ser el nuevo director artístico de Dior, en sustitución de Maria Grazia Chiuri.

Tops, faldas de tul ribeteadas de encaje, abrigos bordados y capas, fruto de las artesanas de la casa Dior, también conocidas como ‘les petites mains’ (las manitas), han sido otras de las prendas que se han podido ver sobre la pasarela, donde no han faltado los brillos.

Los zapatos de salón con ligero tacón han sido el accesorio destacado. Sencillos y de lo más femeninos.

El negro ha abierto el desfile, con varios looks de este color, que ha sido también utilizado para los tocados que portaban las modelos con forma de crestas que podían recordar a la moda punk de los 80 del pasado siglo. El gris, el crema y el blanco han estado presentes, con un discreto rosa como la única aportación de positivo color.

Y es que los colores vivos no estaban en la pasarela, sino en el decorado de ésta con imágenes de flora y fauna, obra de la artista visual india Rithika Merchant, que han tapizado los muros del desfile, gracias a una instalación artística bordada. El desfile ha tenido nuevamente lugar en un gran espacio cerrado instalado en el jardín trasero del museo Rodin.

El de Dior ha sido el desfile más importante del primer día en el que se presentan las colecciones de Alta Costura para la primavera-verano de este año. Mañana será el turno de otro de los grandes, Chanel, con dos pases en el Grand Palais. EFE

aaz/ac/ad