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Scholz intenta salvar la cara y el líder de la oposición exhibir dotes de canciller

Céline Aemisegger

Berlín, 13 nov (EFE).- El canciller de Alemania, Olaf Scholz, intentó este miércoles salvar su cara y la del Partido Socialdemócrata ante las elecciones anticipadas que el país celebrará en febrero próximo tras romperse la coalición de Gobierno, mientras que su gran rival, el líder de la oposición conservadora, Friedrich Merz, trató de exhibir dotes de jefe de Gobierno ante el electorado.

El canciller -que ocupa el penúltimo puesto entre los 20 políticos alemanes más populares y su SPD el tercer puesto en intención de voto con un 15,5 %, según la última encuesta de INSA para el diario BILD- intentó mostrarse como un líder que ha buscado el compromiso y que es capaz de tomar decisiones difíciles.

Ninguna autocrítica

«No me arrepentiré de haber ofrecido compromisos a esta coalición de Gobierno todos los días y hasta el final, hasta el último día juntos», sostuvo Scholz en su declaración ante la Cámara Baja, en la que también confirmó que se someterá el 16 de diciembre a una moción de confianza, a sabiendas de que la perderá, para que el país pueda celebrar elecciones el 23 de febrero.

La coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que Scholz encabezaba desde 2021 se rompió hace una semana por diferencias sobre cómo financiar las medidas para sacar a Alemania de la recesión y costear a la vez la ayuda a Ucrania con un proyecto presupuestario para 2025 que ya antes de llegar al Parlamento acusaba un agujero de más de 12.000 millones de euros.

Scholz, que quiere postularse de nuevo como candidato a canciller, justificó su decisión de cesar al ministro de Finanzas, el liberal Christian Linder, quien se negó a declarar una emergencia para poder esquivar el freno de deuda que impide al Estado endeudarse por encima del 0,35 % del PIB al año.

«¿Debe financiarse el apoyo a Ucrania con más de 12.000 millones de euros del presupuesto federal alemán a costa de decisiones necesarias para el futuro de nuestro país? Mi respuesta es no», dijo en referencia a las inversiones necesarias en la infraestructuras y para modernizar la economía.

Scholz apeló a la oposición para que ayude a aprobar en lo que queda de legislatura proyectos encaminados a aumentar los ingresos netos de los ciudadanos, incrementar las prestaciones por hijo, apuntalar el crecimiento y proteger al Tribunal Constitucional de eventuales intentos de «extremistas y populistas» de debilitarlo.

¿El futuro canciller?

El líder de la oposición, el cuarto político más querido en Alemania y con un partido -la Unión Cristianodemócrata (CDU)- detrás que lidera las encuestas con un 32,5 % de intención de voto junto con su hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU), le respondió que su fuerza «no es el suplente» de una coalición rota, si bien se mostró abierto a aprobar algunas medidas antes de las elecciones anticipadas.

Merz intentó posicionarse como político responsable frente a un canciller alejado de «toda realidad», al dejar claro que él está dispuesto a liderar desde la Cancillería un «nuevo Gobierno que pueda asumir la responsabilidad» del país y que «deje de discutir».

Alemania, aseguró, necesita «una política fundamentalmente diferente», especialmente en temas migratorios, en seguridad exterior y política europea y en política económica.

«Esta política fundamentalmente diferente sólo es posible con un nuevo Gobierno que esté a la altura de sus responsabilidades nacionales, europeas e internacionales, que recupere el control de la inmigración mediante rechazos en las fronteras y recupere el control de la inmigración y que se ocupe sobre todo de que en Alemania haya más inversiones y se mantengan los empleos», aseveró.

La ultraderecha ataca a los conservadores

Todas estas tareas son ahora «más urgentes que nunca» ante la llegada en enero a la Casa Blanca de Donald Trump, subrayó Merz, quien se mostró en varias ocasiones molesto por los gritos de la bancada de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

La AfD es la segunda fuerza en los sondeos con un 19,5 % y, de mantenerse esta tendencia, se convertiría en las elecciones en el principal partido de la oposición si la CDU llegase a gobernar.

«Quiero decirles una cosa, ni antes ni después, ni en ningún otro momento, habrá cooperación alguna entre mi grupo y su gente, no importa con cuántas personas se sienten aquí en la próxima legislatura», indicó.

La candidata de la AfD a canciller, Alice Weidel, intenta arañar votos a la CDU y sostuvo que, después de dieciséis años de gobierno de la canciller conservadora, Angela Merkel y tres años de Merz como jefe de la CDU, los conservadores ya no son el contrapeso a «la locura izquierdista y verde», sino más bien su «colaborador». EFE

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(foto)(vídeo)

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