El Airbus A380 atrae a las masas
Unas 20.000 personas desafiaron al frío el pasado miércoles para ver más de cerca el avión más grande del mundo en el aeropuerto de Zúrich.
El Airbus A380 efectuó una serie de pruebas antes de convertirse, desde el final de marzo, en un residente habitual del aeródromo.
El alba lechosa y glacial. La bruma todavía no se había disipado cuando la gente aparecía ya en los hangares del aeropuerto de Zúrich. Aglutinados en los techos de los edificios y en los pisos de los aparcamientos, en el perímetro reservado para ellos miles de curiosos esperaban mucho antes de que el elegante monstruo de metal blanco tocará la pista, que finalmente lo hizo a las 8:21.
Incluso visto de lejos, ya es grande. Después se acercó. Al mediodía, hombres, mujeres y niños de todas la edades pudieron deambular por todas las partes del avión, tocarlo, fotografiarlo y grabarlo con intensidad.
Sin embargo, sólo fueron algunos centenares los que pudieron subir a bordo, para recorrer los dos puentes de la cabina más espaciosa del cielo. Y por desgracia, en su interior sólo había grandes bidones de agua para representar el peso de los pasajeros: este aparato está habilitado para las pruebas, no para el transporte. De todas formas había que apuntarse por adelantado y las plazas estaban contadas.
Sea como fuera, predominaba el buen humor, con música en los puestos de alimentos y bebidas. Entre la multitud, el suizo Bertrand Piccard, aviador aventurero y futuro piloto de avión solar, que se dijo “contento de ver a tantas personas fascinadas por la aviación”.
Pruebas
Feliz, Thomas E. Kern, jefe ejecutivo del aeropuerto, no lo está menos. E incluso “muy orgulloso de ser, tras Londres-Heathrow y París-Charles de Gaulle, el tercer aeropuerto de Europa que acogerá al A380”. Desde el 28 de marzo, Singapore Airlines realizará un vuelo diario entre Zúrich y la metrópoli asiática. Y por eso el aeropuerto debe responder a ciertas exigencias, fijadas por la Oficina Federal de Aviación Civil (OFAC).
“Hemos debido habilitar el área para el embarque y el desembarco, explica Thomas E. Kern. Y vamos a probar también los movimientos en la área de aparcamiento y circulación de los aviones, el abastecimiento y el deshielo del aparato –lo que va como anillo al dedo con este frío”.
La OFAC dará su veredicto en algunas semanas, aunque el responsable del aeropuerto no tiene ninguna preocupación al respecto: “Estoy seguro de que pasaremos la prueba”.
El gigante del aire es un avión más sencillo: capaz de aterrizar y de despegar en las distancias más cortas que los otros grandes aparatos. Es además mucho menos ruidoso y las 22 ruedas de sus trenes de aterrizaje permiten un reparto óptimo de su peso, que cuida las pistas.
Económico
Llegado de Toulouse, donde Airbus tiene sus talleres de montaje, el aparato aterrizó ayer jueves (21.01.), a las 11 horas, en el aeropuerto de Ginebra, que pretende también la ‘certificación A380’, en principio, para vuelos de salida.
Respecto a la expectación que despertó desde los vuelos de demostración en 2007 en la India o Japón, Richard Carcaillet, responsable de marketing de A380, no había visto nunca una multitud semejante alrededor del avión, “aparte del Salón Aeronáutico de Bourget”.
Pero ¿es razonable construir un monstruo semejante en estos tiempos de crisis económica y climática? El representante de Airbus ya tiene lista la respuesta: “En relación al Boeing 747-400, que era hasta ahora el avión más grande del mundo, el A380 consume un 20% de carburante menos por asiento. O sea, menos de tres litros a los 100 kilómetros por pasajero”.
Racional
Por otro lado, su talla permite transportar más pasajeros con menos movimientos. “También tendrá consecuencias mucho menores en las necesidades de desarrollo de los aeropuertos», explica Richard Carcaillet, «ya que tener aviones más pequeños que hacen cada vez más vuelos requiere nuevas pistas y nuevas terminales, hasta que el A380 pueda absorber este crecimiento con menos movimientos”.
Y cita el ejemplo de Singapour Airlines, que va a pasar de 12 a 7 vuelos Zúrich-Singapur semanales gracias al A380. Incluso las compañías de bajo coste (‘low-cost’) podrían estar interesadas, en todo caso en las conexiones con un cierto volumen de tráfico. Así, Air Austral, pequeña empresa de la isla de La Reunión, pidió dos modelos del Airbus, que habilitará completamente en clase económica.
¿Y Swiss? “Forma parte del grupo Lufthansa que es un gran cliente del A380″, destaca Richard Carcaillet. «Así que de alguna forma ya es cliente”. Sin embargo, si un enorme Airbus volará próximamente con los colores de Swiss, “eso el algo que tendrán que decidir las dos compañías”.
Marc-André Miserez, swissinfo.ch
(Traducción: Iván Turmo)
Con unas medidas de 73 metros de largo, 79,75 de envergadura, y 24,1 de altura, y un peso al despegue máximo de 560.000 kilogramos, el A380 es el avión de pasajeros más grande del mundo.
Podrá sentar a 555 pasajeros en primera clase, ejecutiva y turista.
Un A380 sólo para clase económica podría transportar 853 pasajeros en lugar de los 568 de un 747.
Suiza figura en el quinto puesto europeo y décimo mundial de los países proveedores del Airbus.
Cada año, el grupo europeo compró productos, sistemas y servicios a una treintena de empresas helvéticas por valor de unos 300 millones de francos. Especialmente para el A380:
Sistema de control de los motores. Realizados por Vibro-Meter en Villars-sur-Glâne (Friburgo), filial del grupo británico Meggitt, analizan los parámetros vitales de los motores: señales de vibración, velocidades de rotación, presiones, temperatura.
Nervaduras y cuadro de abordo de escape de alas, fabricados a partir de bloques de aluminio por RUAG Aerospace en Emmen (Lucerna).
Inspección de utillaje. Las sondas láser de Leica Geosystems (Heerbrugg – San Gall) son utilizadas para los trabajos de rectificación y de modificación de los dieciséis lugares de producción del avión en Francia, en Alemania, en Italia, en España y Reino Unido.
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