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¿Es bueno sustituir el azúcar por edulcorantes?

Una chica poniendo edulcorante en el café
En julio, la agencia de investigación del cáncer de la OMS clasificó por primera vez el popular edulcorante aspartamo como "probablemente cancerígeno para el ser humano". Lea Paterson / Keystone

Los edulcorantes artificiales ofrecen una alternativa baja en calorías al azúcar, pero varios estudios han cuestionado su seguridad para la salud. Dos científicas suizas están probando alternativas que podrían aportar más beneficios que riesgos.

Millones de personas diabéticas –500.000 sólo en SuizaEnlace externo– o simplemente cansadas de luchar contra la omnipresente tentación del azúcar creían haber encontrado una alternativa más sana al azúcar. Hemos confiado en los edulcorantes artificiales para endulzar nuestras comidas y bebidas sin afectar demasiado a nuestros niveles de azúcar en sangre ni a nuestra ingesta diaria de calorías. En la última década, la industria alimentaria se ha subido a esta ola, añadiéndolos a un número cada vez mayor de productos. Ya en 2019, la cantidad de edulcorantes no nutritivos consumidos por persona en comparación con 2007 había aumentado a nivel mundial un 36% en bebidas y un 3% en alimentos envasados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó a muchos consumidores con un sabor amargo en la boca al publicar unas nuevas directricesEnlace externo que desaconsejan el uso de edulcorantes. En julio, la agencia de investigación del cáncer de la OMS clasificóEnlace externo por primera vez el popular edulcorante aspartamo como «probablemente cancerígeno para el ser humano».

Varios estudios han sugerido que, a largo plazo, los edulcorantes podrían provocar lo mismo que prometen combatir: obesidad y enfermedades crónicas, incluida la diabetes. Sin embargo, la fiabilidad de estos estudios es fuente de debate.

Mientras tanto, en Suiza, dos científicas realizan estudios clínicos sobre dos tipos de edulcorantes que parecen muy prometedores: el eritritol y el xilitol.

Un dulzor que salva los dientes 

Bettina Wölnerhanssen, una doctora mitad suiza mitad noruega, recuerda sus primeros años de infancia en Suecia. En los años 50 se impuso en el país una tradición llamada Lördagsgodis o «Sábado de dulces». «Era el día en que las niñas y los niños podíamos comer dulces y caramelos», recuerda la científica. El ‘Sábado de dulces’ surgió como un intento de limitar el consumo de azúcar y reducir así la incidencia de la caries dental, muy alta en Suecia en aquella época. Luego, en los años 70, entró en juego el xilitol. Unos científicos finlandeses habían descubierto que este alcohol del azúcar, presente en algunas frutas y verduras, no sólo no provocaba caries, sino que las prevenía.

Otro alcohol de azúcar, el eritritol, era ya conocido también por su poder edulcorante, su bajo contenido calórico y el hecho de que no afectaba negativamente a la salud dental. Pero mientras que el xilitol ya se producía y utilizaba como sustituto del azúcar desde hacía tiempo, sobre todo en los países nórdicos, el eritritol no se autorizó para su comercio hasta 1990 en Japón. A partir de ahí, más de sesenta países lo aprobaron -la Unión Europea no lo hizo hasta 2006- y su popularidad fue rápidamente en aumento.

Además de tener prácticamente cero calorías, el eritritol tiene mayor tolerancia intestinal que el xilitol. Estas características lo hacen fácilmente adaptable a diversas preparaciones dulces.

Con el tiempo, los estudios sobre estos alcoholes del azúcar se multiplicaron, demostrando efectos positivos en animales, como propiedades antidiabéticas y reducción de la glucemia tanto en ratas sanas como diabéticas. “Fue entonces cuando pensé que tal vez se podría comprobar si esto también ocurría en el ser humano y mediante qué mecanismos», explica Wölnerhanssen. Éste es el objetivo de su grupo de investigación en el hospital Claraspital de Basilea.

las dos investigadoras
Bettina Wölnerhanssen y Anne Christin Meyer-Gerspach dirigen juntas el grupo de investigación sobre enfermedades metabólicas del hospital Claraspital de Basilea. Claraspital

Saciedad sin calorías

En Suiza, el eritritol y el xilitol no se han introducido en el mercado hasta hace pocos años. “Nuestro grupo de investigación es probablemente el único interesado en estos edulcorantes en Suiza», afirma Wölnerhanssen. Junto con su colega Anne Christin Meyer-Gerspach, se dio a conocer internacionalmente en 2016 al publicar la primera investigación sobre ambas sustancias. Además de estudiar los efectos de estos alcoholes del azúcar en los niveles de insulina y azúcar en sangre, las dos científicas se centraron en la liberación de hormonas de la saciedad, que nos indican cuándo debemos dejar de comer.

De hecho, cada vez que consumimos azúcar, los niveles de hormonas de la saciedad aumentan: nos sentimos satisfechos y recompensados, y experimentamos una sensación de «plenitud». Esto no ocurre con la mayoría de los edulcorantes artificiales. Sorprendentemente, las dos científicas observaronEnlace externo por primera vez en un pequeño grupo de personas que la ingesta de eritritol y xilitol provoca la liberación de hormonas de la saciedad. “En el cerebro se estimula el centro de recompensa, de forma similar al azúcar», afirma Meyer-Gerspach.

Esto puede ayudar a las personas obesas, que suelen producir menos hormonas de la saciedad, a reducir el hambre y el aumento de peso. A diferencia del azúcar, el eritritol y el xilitol tienen muy pocas calorías.

Actualmente, Wölnerhanssen y Meyer-Gerspach están realizando dos estudios clínicosEnlace externo en adultos y adolescentes para investigar los efectos del eritritol y el xilitol en la forma en que el organismo asimila el azúcar. Varios estudiosEnlace externo realizados en los últimos años han observado que el uso de edulcorantes artificiales populares, especialmente la sucralosa y la sacarina, estaría asociado a una alteración de la flora intestinal. Esto podría conducir a un aumento de los niveles de azúcar en sangre y, por tanto, a un mayor riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades.

Los resultados preliminares obtenidos por Wölnerhanssen y Meyer-Gerspach parecen excluir estos efectos indeseables en el caso del eritritol y el xilitol. «Hasta ahora, no hemos detectado ningún impacto negativo sobre el metabolismo del azúcar y la flora intestinal», afirma Wölnerhanssen.

Edulcorantes alternativos en el punto de mira   

Al igual que otros sustitutos del azúcar, el eritritol y el xilitol también han entrado en el punto de mira de algunos estudios. Recientemente, unos investigadores examinaron la salud cardíaca de más de 4.000 pacientes de EE.UU. y Europa y descubrieron que unos niveles elevados de eritritol en sangre estaban asociados a un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus. Los resultadosEnlace externo se publicaron en febrero.

Según Wölnerhanssen, el estudio ofrece algunas ideas importantes, pero deja muchas preguntas abiertas. La científica cree que es muy difícil demostrar una relación causal directa mediante estudios en los que simplemente se observan los efectos de sustancias químicas en un grupo de personas. Los resultados pueden verse influidos por demasiados factores, sobre todo porque el cuerpo humano también produce eritritol», afirma Wölnerhanssen.

Por las mismas razones, su colega Meyer-Gerspach cuestiona la validez de las investigaciones científicas según las cuales las personas que consumen muchos edulcorantes artificiales tienen más probabilidades de sufrir sobrepeso y diabetes. Actualmente no hay estudios que demuestren claramente que los edulcorantes artificiales son perjudiciales», afirma.

Se necesitan más estudios sobre la seguridad de los edulcorantes

La polémica sobre los efectos de los edulcorantes continúa, sobre todo después de que la OMS desaconsejara su consumo. Las organizaciones que representan a los fabricantes, como la Asociación Internacional de Edulcorantes, sostienenEnlace externo que las recomendaciones de la OMS no son científicamente rigurosas ni se basan en pruebas sólidas. La Oficina Federal Suiza de Salud Pública (OFSP) no se ha pronunciado aún sobre las recomendaciones de la OMS, pero sigue considerando «seguros» los edulcorantes.

Magali Rios-Leyvraz, experta en epidemiología nutricional y autora principal del análisisEnlace externo que la OMS utilizó como base para su evaluación, señaló en un correo electrónico que “el documento analiza las pruebas científicas más actuales (más de 283 estudios) disponibles sobre estas sustancias. Se trata de la revisión más exhaustiva jamás realizada sobre el tema», señalaba en su correo. Sin embargo, cree que es necesario seguir investigando para confirmar las conclusiones, sobre todo en lo que respecta a los efectos en los jóvenes y las mujeres embarazadas.

El análisis de la OMS no incluye alcoholes del azúcar como el xilitol y el eritritol. Por ello, Ríos-Leyvraz cree que sus efectos sobre la salud deberían examinarse más a fondo.

Aunque aconseja cautela a la hora de evaluar las investigaciones sobre edulcorantes, Wölnerhanssen sostiene que sería ilusorio creer que no tienen ningún efecto en nuestro organismo. «Como todas las sustancias químicas, no son inanes», afirma. ¿La solución que propone la científica? «Beber más agua y menos bebidas dulces».

Texto adaptado del italiano por J.Wolff

Informaciones adicionales por Carla Wolff y José Kress

Contenido externo

El cada vez mayor consumo de azúcares ha provocado un aumento de obesidad en buena parte del mundo, siendo los países en desarrollo los más afectados. La acumulación excesiva de grasa corporal puede incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes o presión arterial alta.

Una de las razones por las que ha aumentado la obesidad en los países en desarrollo es la marcada diferencia de precios entre los alimentos saludables y los no saludables que va en detrimento de una alimentación sana, según un informe publicado por el Fondo para el Desarrollo Agrícola (FIDA).

“Es alarmante observar cómo tres millones de personas en todo el mundo no puede permitirse una dieta saludable”, señalaba recientemente Joyce Njoro, experto en nutrición del FIDA.

Cerca del 30% de la población adulta en México y Argentina es obesa. Las cifras tampoco son esperanzadoras en el área infantil con más de seis millones de niños y adolescentes obesos de cara a 2030 en México y Brasil, advierte un informeEnlace externo publicado por Statista Research Department el 20 de junio de 2023.

Por su parte, México decidió en 2014 implementar una serie de medidas preventivasEnlace externo. Algunas de ellas han sido la restricción de publicidad de alimentos procesados en horario infantil televisivo y la obligación a las empresas de proporcionar información clara y visible sobre el contenido de azúcares y grasas saturadas en alimentos y bebidas.

Otra opción para reducir consumo de azúcares ha sido el uso de edulcorantes. En muchas ocasiones han tenido la función de reemplazar el azúcar y no sólo no ayudan a bajar de peso, sino que tienen un impacto negativo en la salud cardiovascular e incrementa entre un 18% y un 24% el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 y hasta un 44 % de síndrome metabólico. Así consta en un estudio publicado en la revista Current Opinion in CardiologyEnlace externo.

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