Salvar las estaciones de esquí de una expansión incontrolada
Fiona Pià tiene una idea radical para evitar que las estaciones de esquí crezcan de forma desordenada y se saturen. Un proyecto que, además, mejorará la atención al turista y protegerá el paisaje natural. Para explicar su teoría, la investigadora invitó a swissinfo.ch a visitar Verbier, uno de los destinos turísticos más famosos de Suiza.
Como muchas otras estaciones alpinas, Verbier creció sin planeación y de forma fragmentada desde los años 50. Jamás existió una visión unificada del diseño urbano y sistema de transporte que necesitaba. Pero las vistas que ofrece al turista siguen siendo impresionantes. El pueblo luce un festivo decorado incluso en un día gris de finales de noviembre. A pesar de que la temporada de esquí no está aún en su apogeo, el tráfico es denso.
«Verbier tiene una superficie de 5 kilómetros cuadrados. Se necesita tiempo para recorrerlo a pie. Es una localidad que se planeó esencialmente para los coches”, explica Pià, investigadora de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).
Los autobuses utilizan las mismas calles que los coches y no existen alternativas eficientes para los conductores. La gente está harta del problema que suponen el ruido y la movilidad.
«Verbier jamás fue objeto de planificación. Se desarrolló a partir de la edificación de chalets individuales que gustan a la gente y que se asocian con la montaña. El problema es que esto es viable en pueblos pequeños, pero cuando una localidad alcanza los 30 000 habitantes y usa este modelo, el desenlace es el caótico desarrollo urbano que vemos aquí”, dice Pià, mientras señala una larga línea de automóviles que serpentea a lo largo de una de las principales calles de Verbier.
Con el paso de los años se han construido más y más residencias de vacaciones, siempre a partir del modelo del chalet individual. Así, muchas estaciones de esquí en Suiza se han convertido en desordenadas aglomeraciones conectadas por carreteras saturadas que alteran el paisaje que los turistas internacionales esperan disfrutar en estos lugares.
El problema de Verbier, y cómo resolverlo, son el tema central de la tesis doctoral de Pià.
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El problema con el chalet suizo
Infraestructuras habitadas
El argumento de Pià es simple: Verbier necesita abandonar el modelo del chalet individual y sustituirlo por lo que ella llama «infraestructuras habitadas», es decir, espacios que en el futuro combinen vivienda, servicios públicos y buenas alternativas de movilidad y transporte.
Este modelo, dice, mitigaría los problemas asociados con la expansión y la congestión, al tiempo que preservaría el entorno natural, asegurando el futuro económico de estas estaciones turísticas alpinas.
«Hemos llegado a un punto en el que debemos pensar en un nuevo modelo de transporte y densificación. Es peligroso continuar con el modelo del chalet, porque este engullirá todo el territorio suizo si seguimos así”, advierte.
Pero ¿cómo funcionaría la propuesta de la investigadora? En Verbier, en concreto, Pià propone cinco estaciones de teleférico «ampliadas» que se ubiquen en distintos rincones del pueblo, pero que estén bien intercomunicadas.
Una zona de construcciones de 500 metros de largo podría combinar hospedajes y apartamentos con zonas peatonales, transporte público, tiendas, restaurantes y, por supuesto, habría acceso directo a los teleféricos.
Así, el turista podría desplazarse a pie desde el punto en el que desciende de un teleférico hasta su hotel, ir a un concierto o restaurante, o incluso dar un paseo por una ruta peatonal sin abandonar en ningún momento la zona de infraestructura habitada concebida por Pià. En tanto, las distancias mayores, para ir a las pistas de esquí o para visitar el centro del vecino pueblo de Le Châble, por ejemplo, podrían realizarse en funicular.
“En invierno, una de las cosas que genera más tráfico es cuando la gente quiere ir en coche hacia los teleféricos para esquiar. Con mi sistema, la gente podría esquiar directamente hasta el punto de partida del teleférico, sin necesidad de utilizar el automóvil”, dice Pià.
Según su modelo, estas infraestructuras habitadas podrían construirse utilizando solo el 10% de la superficie pública construible que aún queda en Verbier, lo que supondría utilizar seis veces menos superficie de suelo que con los chalets individuales.
Una “notable paradoja”
Los suizos son conscientes desde hace mucho tiempo del problema de expansión urbana desordenada que existe. Pero Pià argumenta que la solución que intentó el Gobierno con la Ley del 2012, que limita la construcción de residencias secundarias a un máximo de 20% por municipio, está resultando contraproducente.
Es una “notable paradoja” que la llamada iniciativa ‘Lex Weber’Enlace externo satanice las nuevas construcciones –a causa del crecimiento descontrolado que provocan–, cuando el gran problema que enfrentan localidades como Verbier es justamente que su densidad poblacional es muy baja, sostiene Pià.
En su opinión, construir el tipo de infraestructura habitable que ella propone posiblemente no requeriría modificar la legislación Weber. Y aunque el modelo que la investigadora desarrolló fue pensado expresamente para Verbier, es adaptable para otras estaciones alpinas suizas.
¿Una visión utópica?
A pesar de la solidez que tienen los argumentos de Pià sobre la necesidad de conseguir una mayor eficiencia y movilidad en las estaciones alpinas, ¿considera que la investigadora que la gente aceptará renunciar a los entrañables chalets para decantarse por un modelo de infraestructura habitada?
«Creo que a la gente le gustan los chalets por su arquetipo y por lo que simbolizan: el contacto con la naturaleza, una vista privilegiada sobre las montañas y la oportunidad de encontrarse en una especie de capullo. Sin embargo, seguirían gozando de todo esto con las nuevas infraestructuras habitadas que propongo. Simplemente será una nueva forma de vivir en las montañas que, además, será respetuosa de la naturaleza», dice.
Pià presentará formalmente su plan al municipio Verbier en enero de 2017. Pero André Guinnard, fundador de una agencia inmobiliariaEnlace externo de Verbier –con 50 años en el mercado– estima que habrá resistencia ante el innovador modelo.
«Es muy difícil densificar más en este momento. Tenemos que convencer a la gente local y se requerirían además presupuesto, permisos de construcción, modificaciones a las regulaciones, etc. No es tan fácil, tomaría al menos 15 años lograrlo. Por eso pienso que esta propuesta es más bien utópica», dice.
Eloi Rossier, presidente del municipio de Bagnes, al que pertenece Verbier, se hace eco de las inquietudes de Guinnard. En noviembre, expresó al periódico la ‘Tribune de Genève’ que el proyecto de Pià podría ayudar a las autoridades de Bagnes a «ampliar su perspectiva», pero dejó claro que el municipio ya tiene sus propios problemas y prioridades, como la renovación de los edificios existentes y la creación de más áreas de estacionamiento.
«Verbier se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial y se concibió para ser recorrido en coche. Es difícil decir ahora a la gente que renuncie a ello. Si cuando tomamos una decisión, como cambiar un tramo de autopista, ya nos enfrenamos a una enorme avalancha de oposiciones”, advirtió Rossier.
Tiempos difíciles
Pese a los problemas de saturación de infraestructura que viven muchas estaciones alpinas suizas, muchas de ellas están desesperadas por atraer más turistas. De acuerdo con la organización paraguas de los teleféricos suizos, Seilbahnen Schweiz, las visitas a los centros turísticos alpinos cayeron alrededor del 20% en la temporada 2014-2015 respecto a la década previa.
Seilbahnen Schweiz subraya que el declive se observó en gran medida porque ese invierno fue clemente y soleado, con escasas nevadas, una situación a la que las estaciones de esquí tendrán que adaptarse cada vez más debido al cambio climático.
Otro factor que hizo mella ese invierno y que afecta desde entonces al turismo de invierno fue la crisis del franco suizo de enero del 2015, cuando el Banco Nacional Suizo (BNS) eliminó el tipo de cambio mínimo entre el franco suizo y el euro. El resultado fue la apreciación del franco que encareció súbitamente el costo de pasar vacaciones en los resorts alpinos suizos para los turistas extranjeros. De acuerdo con Seilbahnen Schweiz, el precio promedio de un forfait diario (por adulto) para esquiar en cualquiera de las 39 estaciones alpinas suizas es de 58 francos suizos.
Verbier en breve
Hoy, Verbier cuenta con alrededor de 2 160 chalets en una superficie construible de 1 350 000 metros cuadrados. En 2013, Verbier tenía alrededor de 3 000 residentes permanentes, que representan alrededor de 40% de la población total del municipio de Bagnes. Poco más de la mitad de los residentes permanentes son suizos, y el 45% restante son extranjeros. Verbier puede recibir hasta 30 000 personas durante el pico de la temporada turística.
Cuando usted sale de vacaciones, ¿lo más importante para usted son el transporte público y la proximidad con la naturaleza o hay otros aspectos a los que concede más valor? Comparta con nosotros sus comentarios.
(Traducción del inglés: Andrea Ornelas)
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