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Silencio y amnesia en el primer día del juicio por el atentado de Niza de 2020

París, 10 feb (EFE).- Refugiado en la amnesia que asegura sufrir, Brahim Aouissaoui apenas habló este lunes en el primer día del juicio contra él por el apuñalamiento mortal de tres personas en la basílica de Niza, al sureste de Francia, el 29 de octubre de 2020 en plena oleada de atentados yihadistas en el país.

El único acusado, de 25 años y que necesitó un intérprete en árabe para comunicarse con el tribunal, se limitó a confirmar su identidad y dijo incluso desconocer la de su abogado, un especialista en la defensa de islamistas contratado en diciembre pasado.

«No me acuerdo de los hechos (…) ¿Cómo he podido matar a tres personas?», dijo Aouissaoui, unas palabras que causaron un gran malestar entre los familiares de los asistentes al proceso abierto en un tribunal penal especial en París.

El presidente de la sala, Christophe Petiteau, ordenó entonces desalojar a algunos de ellos para proseguir con el proceso.

La amnesia aparece como la principal línea de defensa de este refugiado tunecino que había entrado en Francia menos de tres días antes, procedente de Italia, y que pasó varios días en coma tras ser reducido por la policía municipal de Niza después del atentado.

Desde que despertó, asegura que no recuerda nada de los hechos, una versión que choca con los exámenes psicológicos a los que ha sido sometido, que niegan toda pérdida de memoria, y a otras pruebas aportadas por la acusación.

La instrucción sacó a la luz que Aouissaoui recordaba elementos de aquella jornada como ponen de manifiesto algunas conversaciones que mantuvo en prisión preventiva, que según la acusación tiran por tierra su coartada.

«Mantiene su posición de que no recuerda nada. Es un sistema de defensa y un rechazo a colaborar con la justicia muy habitual, pero que priva a los familiares de las víctimas de su derecho a conocer la verdad», aseguró a los medios Philippe Soussi, abogado de Nadine Vincent, fiel de 60 años decapitada en el atentado.

Junto a ella, la franco-brasileña Simone Barreto Silva, de 44 años, a quien asestó 24 puñaladas antes de degollar al sacristán del templo, Vincent Loquès, de 55 años.

Los letrados de la acusación esperan que cambie de actitud el próximo 24 de febrero, cuando está previsto su interrogatorio.

Aunque buena parte de las opciones de que sea condenado a cadena perpetua, pena máxima a la que se enfrenta, pasan por los exámenes psicológicos y psiquiátricos a los que ha sido sometido y que según la acusación desmienten su presunta amnesia.

Porque su participación en los hechos parece demostrada por las imágenes recogidas por las cámaras de videovigilancia de Niza, una de las ciudades que más tiene del país, lo que ha permitido reconstruir su paso por la ciudad desde su llegada en tren procedente de Italia.

En las mismas se le ve acudir a una mezquita de la ciudad, pero también vigilar la basílica donde cometió el atentado. También se han recuperado las conversaciones telefónicas que mantuvo con otro refugiado tunecino a quien dijo que no iría a París: «Tengo otro proyecto en mente, que dios me lo facilite».

A primera hora de la mañana de aquel viernes, tras asistir a un rezo en la mezquita, ingresó en la basílica de Nuestra Señora de la Asunción, situada en el centro de la capital de la Costa Azul.

Las cámaras registran la imagen de una señora que abandona el templo visiblemente afectada tras haber visto el cuerpo de Nadine Vincent decapitado.

Simone Barreto Silva decide acudir al interior y recibe numerosas puñaladas, por lo que sale malherida y se refugia en un establecimiento vecino donde acaba muriendo. El sacristán, que trata de reducirlo, también acaba degollado.

Una patrulla de la policía municipal acude a la iglesia y apunta al agresor que, aún armado con su puñal de 17 centímetros, les ataca al grito de «Alá es grande», lo que provoca su respuesta y cae abatido.

Ese atentado se produjo en un otoño particularmente mortal en Francia, después de que el semanario satírico Charlie Hebdo decidiera publicar de nuevo caricaturas de Mahoma, coincidiendo con la apertura del juicio por el ataque que provocó el 7 de enero de 2015 doce muertos en su redacción.

El 25 de septiembre un paquistaní hirió con un hacha a dos personas frente a los antiguos locales de la revista y, el 16 de octubre, un refugiado checheno decapitó al maestro Samuel Paty en su escuela de la región de París. EFE

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