Silveria Cutipa, la química aimara que hace jabones con aceite reciclado
Gina Baldivieso
La Paz, 25 sep (EFE).- La química, la innovación y el cuidado del medioambiente son la pasión de la boliviana Silveria Cutipa, una profesional aimara que recicla aceite de frituras para fabricar jabones artesanales en un emprendimiento con el que también revaloriza el uso de plantas tradicionales y medicinales.
Cutipa recibió a Efe en su casa en Bajo Pampahasi, un barrio en el este de La Paz, donde también funciona el pequeño laboratorio en que la mujer, química industrial de profesión, elabora los jabones y detergentes.
«Más que todo mi objetivo personal y como profesional es contribuir a disminuir la contaminación y preservar el medioambiente que es la casa grande, que es la Pachamama (Madre Tierra) y ese es el interés que mi emprendimiento persigue», sostuvo Cutipa.
Nacida en la comunidad Yaurichambi, en la provincia Los Andes en el Altiplano de La Paz, la emprendedora comentó que emigró a la ciudad a sus cinco años tras la muerte de su madre.
QUÍMICA Y MEDIOAMBIENTE
La pasión por su profesión comenzó en el colegio gracias a un maestro de nombre Humberto que le hizo «gustar la química».
Es una carrera donde «se hacen procesos y me da esta oportunidad de poder hacer mucha investigación, innovar y es mi pasión. La química es todo para mí», manifestó.
Así que tras concluir sus estudios escolares, ingresó a la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y obtuvo su licenciatura en Química Industrial.
Cutipa llegó luego a trabajar en la Alcaldía de El Alto donde «hacía un control de calidad de estos aceites de fritura» y le llamó la atención que las normas sobre el manejo de residuos sólidos mencionaban a las botellas PET o de vidrio, lo orgánico y no orgánico, «pero este tipo de residuos urbanos estaba al olvido».
La química alertó sobre el desconocimiento en cuanto a las «buenas prácticas» para la disposición temporal y final de los aceites de fritura doméstica que se suelen echar a los desagües o se derraman en el suelo generando contaminación.
«Un litro de aceite contamina mil litros de agua, tiene un impacto ambiental en la contaminación hídrica bastante significativo», advirtió.
Otro problema es que en algunos locales de comida rápida o en los mismos hogares el aceite se reusa varias veces, lo que puede «llegar a ser tóxico e incluso con el tiempo cancerígeno», apuntó.
LA EMPRENDEDORA
Así empezó a gestar en 2014 «Suma Qhana Jabones Kolla», un emprendimiento para acopiar y reciclar este aceite y convertirlo en jabón para lavar la ropa, lavavajillas, detergente en polvo y pastillas desinfectantes.
Inicialmente fue difícil convencer a los cocineros de que le vendan el aceite usado e incluso dio capacitaciones para enseñarles que no deben reusarlo varias veces por sus efectos nocivos para la salud.
Por la pandemia de la covid-19 redujo su actividad de acopio, pero si antes ella iba a buscar el aceite, ahora muchos van a su casa a dejarlo.
También tuvo que superar infinitas trabas burocráticas para formalizar su emprendimiento, algo que pudo concretar hace poco más de dos años.
Para trabajar en su laboratorio, Cutipa se coloca una bata blanca encima de su tradicional blusa y polleras parte de la típica vestimenta de las cholitas, las aimaras bolivianas.
La química acopia el aceite en un barril y lo somete primero a un proceso para eliminar sus impurezas, para luego mezclarlo con otros elementos y preparar el jabón que, una vez solidificado, se corta con una herramienta artesanal.
COSMÉTICA Y SUEÑOS
Al margen del reciclaje, Cutipa también elabora jabones cosméticos con productos de la Amazonía boliviana como la manteca de copoazú y cacao y aceites de coco, almendra, cusi y motacú mezclados con plantas medicinales como el romero, la ruda y la retama.
También emplea la saponina hallada en el árbol saponaria que se encuentra en la zona subtropical de Los Yungas paceños que se usa desde tiempos ancestrales para la limpieza y el aseo persona, destacó.
«Tenemos mucho interés de revalorizar todas esas plantas y raíces que tienen bastantes principios activos», destacó.
En 2014 «Suma Qhana Jabones Kolla» obtuvo un premio de la Alcaldía paceña que aún es para ella «como un hermano de apoyo» en momentos en que quiere tirar la toalla «porque en nuestro país es difícil emprender».
Cutipa sueña con tener una empresa grande y vender sus productos en todo el país, además de retomar las capacitaciones dirigidas sobre todo a jóvenes aimaras con ganas de emprender.
«Me gustaría apoyar, enseñar a las madres (…) Si hay una hermana que necesita dinero, yo les doy mis jabones, que vendan y les ayude de alguna forma en la parte económica», agregó. EFE
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