‘Extranjerización’, un debate que perdura en Suiza
El miedo de los suizos a la ‘superpoblación extranjera’ alcanzó su apogeo en las décadas de 1960 y 1970. Pero dos votaciones nacionales contra la inmigración, en febrero y noviembre de este año, muestran que el tema no ha perdido actualidad, señala el historiador Damir Skenderovic.
A principios de 2014, los suizos aprobaron la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’ que llevó a las urnas el partido Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora).
La población helvética se pronuncia el 30 de noviembre sobre la denominada iniciativa Ecopop que exige que la inmigración neta (número de inmigrantes menos número de emigrantes) no supere una media del 0,2% durante tres años y que el 10% de la cooperación pública al desarrollo se destine al control de la natalidad en los países en vías de desarrollo.
Detrás de la iniciativa están algunos defensores del medio ambiente que niegan el reproche de hacer política xenófoba. Su objetivo, según sostienen, es contribuir a una calidad de vida sostenible en Suiza y para ello hay que reducir la presión sobre el medio ambiente (urbanización, tráfico) mediante una limitación de la inmigración y ayudar a la población en los países menos favorecidos del mundo.
Damir SkenderovicEnlace externo, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Friburgo y autor de investigaciones que versan sobre derecha radical, la migración y la política de identidad, considera que la iniciativa convierte a los extranjeros en chivo expiatorio.
Un neologismo
La utilización del término alemán ‘Dichtestress’ (miedo a la densificación) se multiplicó en la Suiza de habla alemana antes de la votación del 9 de febrero de 2014. Se refiere a la creciente urbanización, el transporte público abarrotado y los daños ecológicos.
El término nació en 1976 de la pluma de Frederic Vester (bioquímico alemán) se refiere a las tupayas, un pequeño mamífero prosimio poco sociable para explicar el ‘estrés de la densidad humana’.
swissinfo.ch: El término ‘extranjerización’, aunque aún se utiliza hoy, tuvo su apogeo en los años 60 y 70.
Damir Skenderovic: Sí, pero el debate nunca cesó realmente. El concepto de ‘extranjerización’ (Überfremdung, en alemán) presupone que existe una amenaza, un peligro, contra el que es necesario protegerse. El término incluye el prefijo ‘extra’ (über) que significa ‘demasiado’ tanto en el sentido cuantitativo como cualitativo. Pero deja abierto que se entiende exactamente por ‘demasiado’.
El concepto incorpora además el término ‘extranjero’: el foráneo, el forastero que no pertenece a este lugar y tampoco cabe en su propio mundo. Eso comulga con la idea de que el peligro constante viene de afuera, de “los otros”.
swissinfo.ch: ¿O sea que detrás de esa idea hay miedo?
D.S.: Efectivamente. La intención de la política del miedo es provocar la sensación de que hace falta defenderse. Apela a los sentimientos y las fantasías, en lugar de razonar y citar hechos. Desde los años 1990, la política del miedo ha influido notablemente en algunas campañas y decisiones políticas, especialmente en materia de inmigración y política exterior.
swissinfo.ch: ¿A qué se debe la aparición de discusiones por ese término con relación a la iniciativa Ecopop?
D.S.: La iniciativa exige menos inmigración. Sugiere, en principio, que existen dos categorías de personas: “nativos” y “foráneos”, suizos y no suizos, aquellos con derecho a quedarse y los que deben irse o que carecen de derecho a venir al país. Por otra parte, la iniciativa se remite a la ecología, el medio ambiente y el crecimiento. Trata de actuar con el sentimiento que algunos denominan ‘estrés de la densidad humana’, término que no existe en inglés y que sorprende a mucha gente que ha vivido, por ejemplo, en Nueva York o Japón.
Sin embargo, la iniciativa se salta el objetivo, porque la ecología y el medio ambiente son temas de alcance internacional que no están circunscritos a las fronteras de Suiza. La iniciativa retoma el viejo concepto de Estado-nación que carece de sentido en el ámbito ecológico. Lo mismo ocurre con el crecimiento en relación con la economía y la población. La respuesta, por ende, no puede encontrarse en el nivel nacional.
Además, se tocan aspectos como la congestión del tráfico, los altos precios de alquiler y el ‘boom’ de la construcción que tienen un culpable. En mi opinión, esta es una política de ‘chivo expiatorio’.
swissinfo.ch: ¿Hay en la iniciativa un lado xenófobo?
D.S.: El debate sobre la superpoblación –si hay demasiadas personas, sobrecarga ecológica y destrucción del medio ambiente–, data de hace mucho tiempo y tuvo su punto culminante en las décadas de 1960 y 1970.
Un aspecto del debate tiene que ver con el nacionalismo y las ideas del carácter nacional estatal; la superpoblación se nota dentro de los límites del país. En esta tradición –a la que también han contribuido economistas y demógrafos, para quienes esta iniciativa es un ejemplo–, la inmigración está vinculada con la superpoblación y se confunden los conceptos de ‘extranjerización’ y ‘superpoblación’.
swissinfo.ch: Suiza ya no es la de los años 1970. ¿Por qué este debate sobre extranjerización cuando todo va bien en el país?
D.S.: En la investigación social hay varias explicaciones acerca de por qué alguien se deja llevar por el miedo en sus decisiones políticas o apoya a un partido que evoca constantemente cualquier peligro o amenaza.
Un ejemplo: La gente tiene la sensación de que hoy todo está en orden, pero teme que mañana sea distinto y pueda tener consecuencias negativas para ellos. En la jerga de los expertos existe el término ‘chauvinismo del bienestar social’, según el cual -justamente porque todo marcha bien-, el bien común, el Estado social y otros los logros nacionales deben ser protegidos para garantizar el bienestar individual. Y esto implica que los suizos deben tener más derechos que los otros.
Finalmente, la historia muestra que algunos segmentos de la clase media tienen miedo de que mañana las cosas empeoren y pierdan su estatus, con un buen empleo, una buena formación y una vida familiar estable. Por eso eligen partidos que les prometen un ‘status quo’ social y una protección nacional.
‘Extranjerización’
1900: El término ‘Überfremdung’ aparece por primera vez en un folleto sobre un debate entre intelectuales.
Durante la I Guerra Mundial: El debate se extiende a otros segmentos sociales de la población. Las autoridades comienzan a hablar de aumentar el control de la inmigración.
Tras la I Guerra Mundial: El debate se agudiza a pesar del reducido número de extranjeros. El término adquiere carácter oficial, aparece en textos legislativos, pero sin una definición clara a qué gente se refiere, su número, su influencia económica, cultural o política. Hay relaciones con el antisemitismo.
Tras la II Guerra Mundial: la mano de obra foránea, los denominados temporeros viene del sur de Europa. El debate sobre extranjerización se circunscribe a los aspectos laboral y económico, aunque sin perder su alusión cultural. En 1961 se funda el pequeño movimiento político Acción Nacional (hoy Demócratas Suizos). Paralelamente, una comisión federal aborda el asunto para ver si hay extranjerización en Suiza.
1967: James Schwarzenbach, figura clave en ese debate, es elegido diputado y Acción Nacional llega a al Parlamento nacional. Suiza se convierte en el primer país europeo con un partido populista de derecha.
1970: La iniciativa de Schwarzenbach contra la ‘extranjerización’ fracasa en las urnas (46% votos a favor). Es un momento polémico y movilizador en la historia de Suiza. El término es también empleado en los años 1970. En esta y la siguiente década se lanzan varias iniciativas, entre ellas la de 1974 contra la ‘extranjerización y superpoblación’ que fue rechazada.
Años 1990: El partido Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora) se apropia del debate antiinmigración. Se recupera el término ‘extranjerización’, que había quedado por su connotación exclusivista. La UDC es la fuerza política más votada.
Fuente: Damir Skenderovic
Traducción del alemán: Juan Espinoza
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