Aún existen los empleos ‘solo para chicos’
En Suiza todavía es extraño encontrar un maestro de primaria o una programadora informática. Los jóvenes siguen optando por profesiones consideradas típicamente masculinas o femeninas. Y un estudio internacional sitúa a Suiza entre los países con mayor desigualad de género en el ámbito profesional.
Niroja Velauthan es la excepción que confirma la regla. La joven realiza un aprendizaje de dos años en tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), en Zúrich, en la empresa Swisscom.
“Cuando digo que me desenvuelvo en el área de la computación, la mayoría de la gente se sorprende. Quizás piensan que no luzco como un programador informático”, dice sonriendo la joven pulcramente vestida. El entusiasmo que tiene por su trabajo es palpable.
“Siempre me interesó esta profesión, desde que era pequeña. Comencé muy pronto y aprendí yo sola el lenguaje de la web. Tengo además un tío que me ayudó y que sigue pendiente de lo que hago. Seré mujer, pero realmente disfruto este trabajo”, dice a swissinfo.ch la informática de 22 años.
En su clase hay 13 alumnos y Velauthan es una de las tres mujeres que lo componen. Betina Balitzki, jefa de diversidad en Swisscom, afirma que en las TIC cuenta solo con un 7% de mujeres, pero la empresa trabaja con ahínco en diversos programas para acrecentar su número en esta actividad.
“También queremos más ingenieras, pero a veces es difícil porque todos los demás, es decir, Google, Microsoft, buscan ingenieros TIC en el mismo universo que nosotros”.
El estudio sobre la Desigualdad de Género en la Educacióny losPatrones de las Carreras fue publicado el pasado 20 de agosto en el marco del Programa Nacional de Investigación sobre Igualdad de Género.
Las llamadas profesiones feminizadas o masculinizadas son aquellas donde más del 70% de la fuerza laboral pertenece a un solo sexo. Todos las demás actividades son consideradas neutras en términos de género.
Los investigadores analizaron la evolución de 6.000 individuos durante siete años y realizaron 33 entrevistas en profundidad.
El estudio internacional sobre segregación profesional por razones de género fue publicado por Charles and Bradley en 2009. Dicho documento ubica a Suiza en los últimos lugares de la clasificación, cerca de países como Finlandia, Hong Kong y Sudáfrica.
En contrapartida, Colombia, Túnez y Bulgaria se posicionaron como naciones en las que existen muy bajos niveles de segregación de género en el ámbito laboral.
El estudio internacional concluyó que hay una mayor tendencia a la desigualdad en las sociedades más ricas.
También reveló que los sistemas educativos basados en la formación dual (que combina teoría y práctica como aprendices) son más proclives a profundizar esta inequidad, según Karin Schwiter, quien participó del estudio realizado en Suiza.
En general, los países vecinos como Alemania, Francia e Italia obtienen mejores resultados que Suiza en igualdad de género en materia profesional. Pero es destacable que Alemania –que también aplica el sistema de educación dual- tampoco se sitúa en un lugar destacado.
Excepciones
Una investigación sobre segregación profesional por razones de género, publicada en agosto por el Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica (FNS), confina la condición excepcional de Velauthan.
El trabajo analiza la trayectoria profesional de 6.000 jóvenes de ambos sexos que concluyeron sus estudios en Suiza en el año 2000. Según sus conclusiones, solo el 1% de los jóvenes que a los 16 años habían optado por empleos atípicos para su sexo seguían ejerciendo la misma profesión siete años después, confirma Karin Schwiter, investigadora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Basilea.
El estudio se inspira en un trabajo internacional que escudriñó la situación de 44 países en 2009, en el que Suiza se sitúa en la plaza 44 por el porcentaje de mujeres dedicadas a las matemáticas o a las ingenierías. Y ocupa el lugar 41 por el número de mujeres que eligen profesiones consideradas masculinas y de hombres que optan por actividades percibidas como femeninas.
Paradójicamente, entre los primeros lugares del listado -por su equilibrio de género en materia profesional- se encuentran países como Colombia, Túnez y Bulgaria.
¿Demasiado jóvenes para elegir?
En opinión de los investigadores, hay múltiples razones que explican la inequidad que existe Suiza.
Una de ellas, el sistema educativo conduce a los jóvenes a elegir su profesión cuando tienen apenas 14 o 15 años, lo que supone tomar una decisión trascendente a una edad más temprana que en otros países. “Es una edad en la que (muchos) no tienen una visión amplia sobre lo que sería un trabajo apropiado para ellos”, dice Schwiter.
«Esto significa que un joven podría fácilmente pensar: Yo debería ser carpintero, electricista o reparador, mientras las chicas pensarían en trabajar en una oficina, una floristería, o en ser enfermeras”, explica a swissinfo.ch.
Schwiter considera que los trabajos atípicos en términos de género difícilmente aparecen en los radares de la gente tan joven, incluso aunque posean habilidades especiales para desarrollarlos –y pese a los esfuerzos que realizan firmas como Swisscom.
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Grandes logros en un mundo de hombres
Familia y carrera
Otra razón de la segregación profesional por razón de género es el deseo de compaginar en el futuro vida laboral y familiar, lo que lleva a algunas mujeres a elegir empleos en los que saben que podrán trabajar a tiempo parcial si lo necesitan. Incluso sin ser plenamente conscientes de ello, dicho escenario está alojado en lo más profundo de sus mentes.
“Una electricista expresó durante la investigación que era el trabajo de sus sueños, pero que si quería tener niños, tendría problemas: No podré llevar a mis hijos a una obra ni tampoco trabajar jornadas parciales, porque el de la construcción es un campo en el que siempre hay cosas urgentes”, dice Schwiter.
Así que esta mujer piensa: “Si tengo hijos, quizás deberé cambiar el oficio de electricista por un aburrido trabajo de oficina”, relata Schwiter.
Por su parte, los varones jóvenes suelen optar por profesiones u oficios en los que están seguros de que ganarán lo suficiente para mantener a una familia.
La intensa presión que ejercen entre sí los chicos de 14 o 15 años es algo familiar para Carla Mom, jefa de biz Oerlikon, uno de los siete servicios de asesoramiento de carrera que existen en el cantón de Zúrich. Mom explica que frecuentemente está más aceptado hacer algo fuera de lo ordinario a los 18 o 20 años, que cuando se es más joven.
Mom afirma que, en su experiencia, muy pocas veces se ven chicas que quieren ser carpinteras o chicos que eligen actividades como la enfermería, aunque cada vez hay más mujeres que optan, por ejemplo, por la pintura y la decoración –una de las actividades menos exigentes físicamente del negocio de la construcción. “Y tan pronto una mujer se suma a una profesión, el hecho se vuelve más aceptable”, señala.
Los hombres comienzan a dirigirse hacia el sector de la salud, añade Mom.
En Suiza, tras la educación obligatoria (actualmente de 9 años, pero aumentará a 11), los adolescentes emprenden la educación secundaria superior.
En esta etapa, existen programas educativos que preparan a los jóvenes para estudios más avanzados o esquemas de educación y formación profesional (EFP) que les permiten aprender un oficio o profesión.
Los EFP suelen incluir un periodo de aprendizaje dentro del sector productivo y simultáneamente formación teórica en las aulas. Es posible también que los EFP se desarrollen integralmente en las escuelas.
La mayoría de los adolescentes suizos se matriculan en un EFP. La educación secundaria superior suele concluir cuando tienen entre 18 y 19 años.
Para el año 2015, Suiza se ha propuesto aumentar del 90 al 95% el número de menores de 25 años que completa exitosamente la educación secundaria superior.
Fuente: Educa.ch
De la tecnología a la enseñanza
Los comentarios de Carla Mom le van como anillo al dedo a Lars Herren. Tras una jornada de enseñanza, Herren narra que trabajó en el sector informático y como empleado en un casino antes de asentarse, a mediados de la treintena, y decidir que quería ser profesor de primaria. Actualmente cursa el tercer año en la Escuela de Formación de Docentes de Berna y asegura que, a los 15 años, ni en sueños se hubiera imaginado dedicarse a este trabajo.
En la mayoría de sus clases que toma hay alrededor de 30 mujeres y apenas dos hombres. En tanto, en la escuela donde trabaja, los hombres representan entre 5 y 10% del personal docente.
Los bajos salarios, un despegue laboral que suele ser estresante y que los empleos frecuentemente sean de tiempo parcial son factores que alejan a los varones de la docencia, opina Herren.
“Probablemente muchos consideran un problema el que haya muchas más mujeres en la enseñanza, pero no lo es en absoluto. Los hombres somos muy bien recibidos”, apunta.
Apoyo indispensable
El estudio suizo arrojó un dato interesante: los jóvenes –hombres o mujeres- que eligen trabajos atípicos para su sexo suelen tener resultados escolares superiores a la media en prácticamente todas las profesiones y gozan de una elevada autoestima. Asimismo, sus padres poseen un elevado nivel educativo.
Los investigadores concluyeron también que a menudo estos jóvenes debieron echar mano de todos sus recursos para superar la barrera de los prejuicios que existen.
Por ello, el estudio destaca la importancia del apoyo familiar -como sucedió con el tío de Velauthan- y en general, del respaldo de profesores y asesores vocacionales.
Para ir transformando el escenario profesional, los estudiosos recomiendan a Suiza flexibilizar su sistema educativo para que sea más sencillo elegir carreras atípicas. El mercado laboral también debe ser más adaptable y hacer posible que las necesidades familiares y profesionales sean compatibles en las actividades masculinizadas, así como ofrecer mejores salarios en las que están feminizadas.
¿Qué aconsejan a quienes hoy desempeñan profesiones poco convencionales para su género?
“Creo que los hombres deberían simplemente hacerlo”, dice el profesor de primaria Herren. “Es muy enriquecedor para tu vida estar en contacto diario con los niños”.
Velauthan es igual de entusiasta con respecto a la informática, actividad que describe como increíblemente diversa. “No debes sentir que es una profesión para hombres, también es la actividad perfecta para las mujeres”, puntualiza.
(Traducción del inglés: Andrea Ornelas)
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