Ceilandeses exigen justicia en Suiza
Once mil niños nacidos en Sri Lanka fueron adoptados por parejas occidentales en la década de 1980; algunos, bajo identidad falsa. Cientos de esos niños llegaron a Suiza y ahora tratan de averiguar si fueron introducidos en el país de manera ilegal.
En Sri Lanka se robaba bebés para luego venderlos o adoptarlos, según el programa de actualidad ‘Rundschau’ de la televisión pública suiza en lengua alemana (SRF). Aunque el escándalo ya fue denunciado en su momento, un reciente reportaje de la televisión holandesa ha provocado una conmoción internacional.
La directora de la Agencia Central de Adopciones Internacionales de la Oficina Federal de Justicia, Joëlle Schickel-Küng, ha confirmado que el gobierno ha puesto en marcha sus propias investigaciones sobre lo que parecen haber sido prácticas ilegales, pero las pesquisas llevarán mucho tiempo porque hace demasiado que ocurrió.
“Granjas de bebés”
Muchos de los niños adoptados han buscado información sobre sus orígenes en Sri Lanka. Romy Walcher tuvo la suerte de encontrar a su madre biológica, que le explicó que en una relación extramatrimonial se quedó embarazada. Y, en contra de los deseos de la madre, su marido vendió a Romy a una “granja de bebés”.
Se dice que en la “granja de bebés” los niños vivían en condiciones precarias. Un tribunal en Colombo tramitaba las adopciones, pero intermediarios privados ayudaban a las parejas occidentales con los trámites. Al parecer, se pagaba a mujeres extranjeras para que simularan ser las verdaderas madres, y así los padres adoptivos europeos no sospechaban nada.
‘Rundschau’ ha reunido a algunos de aquellos niños traídos a Suiza en adopción. Jóvenes que hoy son adultos y han creado su propia asociación. Piden apoyo para investigar sus orígenes y saber quién estaba al corriente de qué (respecto a prácticas ilegales).
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Polémica intermediaria de adopciones suiza
En la década de 1980, Alice Honegger, de San Galo, fue una figura clave en la compra de bebés de Sri Lanka para su adopción en Suiza. La abogada Rukmani Thavanesan, una conocida mediadora en Colombo, era su socia en Sri Lanka, que se convirtió en el centro de este escandaloso tráfico ilegal. Thavanesan murió en 2010.
El cantón de San Galo le retiró a Honegger la licencia para organizar las adopciones esrilanquesas, pero junto con los padres adoptivos formó una asociación, a la que se permitió adoptar de manera legal niños de Sri Lanka.
Cuando dejó la agencia, su lugar lo ocupó el extrabajador social Pedro Sutter, ya jubilado. En 1984 Sutter viajó a Sri Lanka para reunirse con Rukmani Thavanesan. Tras lo cual aconsejó a la asociación suiza de adopciones dejar de trabajar con ella. Dijo que parecía que nadie quería saber cómo hacían las agencias privadas de adopción para dar con los niños que enviaban al extranjero. En aquel momento no existían leyes que protegieran a los menores en las adopciones internacionales. Al preguntarle si pensaba que Alice Honegger era una traficante de menores, contestó: “No. Pero no creo que primaba el interés de los niños”.
Alice Honegger murió en 1997. Rudolf Honegger, su hijo adoptivo, contó a ‘Rundschau’ que “ella tenía una buena relación con la Sra. Thavanesan y creo que ambas siempre respetaron la ley”. Rudolf Honegger dice que está contento de entregar a las autoridades los 250 expedientes de adopción de este período. Algo que puede arrojar luz sobre lo que parece otro oscuro capítulo de la historia suiza.
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La adopción en Suiza, ¿un modelo rebasado?
Traducción del inglés: Lupe Calvo
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