Calidez humana contra rigor invernal

A shelter installed by an association helping the homeless in Lausanne this past week. Keystone

Las tormentas de nieve y las bajas temperaturas que se han registrado en los últimos días en Suiza, y en Europa en general, han generado una ola de solidaridad ciudadana con las personas más vulnerables, en particular con aquellas que carecen de hogar.

En Ginebra, las autoridades convirtieron un búnker nuclear en un refugio con 200 camas para los ‘sintecho’. Pero muchos ciudadanos fueron más allá con la distribución de mantas, sopa y vino caliente. Una cafetería en la estación de tren ofrece comida y ropa a narcodependientes y exadictos.

En Lausana, la policía y los trabajadores sociales han repartido sacos de dormir.

Caridad pública y privada

Para algunos ciudadanos, según lo han dicho a la prensa, su actitud busca compensar una cierta insensibilidad que perciben con respecto a las personas en situación de indigencia o pertenecientes a los Roma. Pero cualquiera que sea su motivación, subrayan que tales esfuerzos quedan cortos, especialmente cuando las condiciones invernales se recrudecen.

El frente frío, los ventarrones y las tormentas de nieve han llevado a ciudades como Lausana a aumentar la capacidad de los refugios para albergar a las personas sin hogar.

En la Suiza de habla alemana, ciudades como Berna y Zúrich han montado operativos de patrullaje para invitar a los centros de acogida a las personas que pernoctan en la vía pública.

Las autoridades de esas ciudades y de Basilea dicen que sus salas de emergencia y las instalaciones privadas tienen suficiente espacio y no necesitan ser ampliadas, ya que las bajas temperaturas no siempre se traducen en más urgencias.

Sus refugios de emergencia a veces están menos ocupados que en el verano, coinciden. A lo largo de todo el año, las tres ciudades intentan reducir el número de personas sin hogar a través de programas basados en la “seguridad, la intervención y la prevención”.

Estado mental

Hay pocas estadísticas oficiales sobre el número de personas sin habitación en Suiza. Un estudio de hace 12 años sobre la falta de vivienda entre personas con enfermedades mentales severas encontró que el 1,6% de todos los pacientes psiquiátricos ingresados carecían de hogar. Su edad media era de 34 años; el 70% eran hombres.

“Los factores sociales y la psicopatología contribuyen independientemente al riesgo de la falta de vivienda”, concluyó la investigación.

Pobreza

Incluso muchas personas que cuentan con techo luchan para llegar a fin de mes en un país con uno de los más altos estándares de vida en el mundo.

Las últimas cifras sobre la pobreza en Suiza datan de 2014, con una tasa de 6,6% y 530 000 personas afectadas. El umbral de la pobreza país está situado en ingresos mensuales inferiores a 2 200 francos para personas solas o de menos de 4 050 francos para un hogar con dos adultos y dos niños.