Armas entre tradición y polémica
La iniciativa popular que los suizos votan el próximo 13 de febrero pone en tela de juicio una vieja tradición: los miembros del ejército de milicias suizo guardan el arma de ordenanza en su domicilio. Un análisis histórico-sociológico.
Reposa perfectamente pulida en un armario o escondida y llena de polvo en una esquina del desván. Algunos la guardan con orgullo, otros con indiferencia. El caso es que está presente en numerosos hogares suizos.
Nos referimos al arma de ordenanza que hasta hace poco los suizos debían guardar en su domicilio hasta finalizar el servicio militar obligatorio. Desde enero de 2010 los miembros del ejército de milicias tienen la posibilidad de depositarla en un arsenal cuando no cumplen servicio, pero pocos lo han hecho hasta ahora. Un arma que generalmente pueden conservar después de concluir la conscripción militar.
Debido a esta peculiaridad, en Suiza hay muchas armas militares en circulación y muchas de ellas se hallan en los hogares. «El índice de propietarios de armas de fuego en el país ronda el 25%. Pero si no se contabilizaran las militares, la proporción oscilaría entre el 10 y el 15%, como en Francia o en Alemania. Esta es una media normal si se incluyen los cazadores y los aficionados al tiro deportivo», explica Martin Killias, profesor de Criminología en la Universidad de Zúrich.
Un país de tiradores
La peculiaridad helvética de tener en casa un arma de fuego va intrínsecamente unida al apego a las armas que reina en el país. «La tradición del tiro, tanto con fusil como con ballesta o arcabuz, está arraigada en la historia del país. El tiro no se practica exclusivamente en el contexto militar, sino también en el marco de ceremonias religiosas, sagradas o fiestas tradicionales», anota Pierre Streit, historiador y director del Centro de Historia Militar en Pully (cantón de Vaud). En 1817, cuando se estableció el primer reglamento federal militar, la práctica del tiro constituía tanto un deporte nacional como un símbolo de unidad, agrega el investigador.
«Hasta el fin de la Guerra Fría, dominaba la idea según la cual el ejército suizo era débil, pero los ciudadanos que lo componían eran buenos tiradores, como demuestra el mito de Guillermo Tell», señala Rudolf Jaun, profesor de Historia en la Academia Militar y en la Universidad de Zúrich.
Además, la Fiesta Federal de Tiro, cuya primera edición se celebró en 1824 en Aarau, es hasta hoy un acontecimiento importante en el país. La de 2010, también en Aarau, reunió a decenas de miles de tiradores.
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Ejército de milicias
Ciudadano soldado
En el contexto de un país que solamente ha conocido un ejército de milicias, armar al ciudadano-soldado resulta algo natural. Así, desde el inicio del siglo XVIII se entrega un arma a los hombres de la Confederación. Y ésta adquiere una gran importancia. «En el cantón de Berna, por ejemplo, si un hombre quería contraer matrimonio, debía demostrar al pastor o sacerdote que estaba armado. Y en el cantón de Lucerna, el que era propietario de una casa, tenía que poseer un arma», explica Rudolf Jaun.
A finales del siglo XVIII, prácticamente todo ciudadano-soldado poseía su propia arma. Pero fue solamente en 1848, con la creación del ejército federal, cuando el Estado centralizó y puso a disposición armas estandarizadas.
«La gestión de las armas militares se desarrolló paralelamente al proceso de unificación del país y su evolución política. El Estado presta las armas, que siempre estuvieron en manos de los soldados, pero cuya gestión era inicialmente competencia de cada individuo, luego del cantón y posteriormente del Estado», precisa Peter Streit.
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Iniciativa popular
Armas sin munición
Así, la tradición de regresar a casa con el fusil bajo el brazo se remonta a hace más de 300 años. Sin embargo, no siempre se entregaron municiones a los soldados. La combinación de las dos cosas resultó ser explosiva.
“En los años 1890 se guardaban también las municiones en casa. Pero hubo problemas de suicidio y homicidio. Hasta la Segunda Guerra Mundial se conservaron en los arsenales. Se volvieron a introducir de forma provisional al estallar el conflicto bélico. Y luego oficialmente en 1951 con motivo de la Guerra de Corea. Y esto hasta 2007, cuando el gobierno decidió que había que depositar nuevamente las municiones en un arsenal”, explica Rudolf Jaun.
Un paso que ilustra cómo evoluciona la relación de los suizos con sus armas. Con el cambio de rostro de las amenazas que pesan sobre el país, tanto el ejército como el arma de ordenanza ocupan un lugar menor en los corazones helvéticos. Incluso si en el pequeño país de Guillermo Tell la tradición sigue viva. El debate en torno a la iniciativa ‘para una mayor protección frente a la violencia de las armas’ así lo demuestra.
¼. El criminólogo Martin Kilias señala que según las últimas estadísticas de 2005, una de cada cuatro personas en Suiza tiene acceso a un arma.
236. *Número de homicidios o tentativas de homicidio con armas de fuego cometidos en 2009.
239. *Número de suicidios (264 en 2007) con armas de fuego en 2008. En 1995 se registraron 392. El 18,2% de los suicidios registrados en 2008 fueron con armas de fuego. Esta es la tercera forma más común de suicido, después del envenenamiento (30,1%) y el ahorcamiento (23%).
259. *Número de muertes por arma de fuego en 2008.
2,3 millones. *Número de armas en Suiza, según la policía federal. Se estima que en los hogares helvéticos hay cerca de 1,7 millones de armas militares.
* Fuente: Oficina Federal de Estadística
Se entregó en la Cancillería Federal el 22 de febrero de 2009, avalada por 106.037 firmas válidas.
La promueve una coalición que agrupa a 70 organizaciones: defensa de derechos humanos, sindicatos, prevención del suicidio, iglesias, asociaciones de lucha contra la violencia infligida a las mujeres, movimientos pacifistas, etc.
Principales reivindicaciones:
Creación de un registro nacional de armas, justificación de necesidad y competencias para la posesión de un arma, almacenamiento de las armas militares en sitios seguros, prohibición de poseer armas particularmente peligrosas (armas automáticas, fusil de percusión) a título personal.
Cuenta con el respaldo de la izquierda. El gobierno y la mayoría de la derecha en el Parlamento, en cambio, recomiendan que los ciudadanos la rechacen.
(Traducción: Belén Couceiro)
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