Brigada de Suiza en Nicaragua
Me parece una idea maravillosa la de haber organizado una brigada con ocasión de los treinta años de la solidaridad entre Suiza y Nicaragua, y también para enfatizar los enormes sacrificios del pueblo de Nicaragua para oponerse entonces, y durante más de una década, a la agresión de los contras, financiados y dirigidos por la CIA.
Esta brigada representa también un emotivo homenaje a nuestros compañeros asesinados en Nicaragua y El Salvador por el terrorismo de Estado con sello estadounidense.
También para mí, que acudí con Sergio Ferrari a Somotillo pocas horas después del ataque terrorista contra Maurice Demierre, en el que perecieron varias mujeres y niños, este episodio quedó profundamente marcado en mi memoria y todavía sigue siendo uno de los resortes que me empujan a no rendirme en el trabajo de solidaridad con Nicaragua.
Esta brigada es apoyada con entusiasmo, también por AMCA (Asociación de ayuda médica a América Central), a la que represento, y que recientemente celebró 30 años. Al principio, siguiendo un poco el ejemplo de Maurice Demierre y de otros cooperantes suizos, habíamos enviados sobre todo a muchos voluntarios, que trabajaron en diferentes funciones en varios hospitales, especialmente en Managua. El objetivo era sobre todo solventar la falta de personal calificado, ya que una parte de los cuadros de salud habían sido reclutados por el ejército sandinista, que los necesitaba para hacer frente a la cada vez más feroz agresión de los contras.
Después de los acuerdos de paz, cambiamos la modalidad de nuestros proyectos de ayuda, porque nos dimos cuenta que la anterior no era óptima. Cuando partían los voluntarios, dejaban a menudo un vacío difícil de colmar. Nos concentramos entonces, principalmente, en la formación del personal local, para ayudar a los nicaragüenses a desarrollar sus propios proyectos en los sectores de salud y educación, para los cuales proporcionábamos básicamente supervisión y financiamiento.
Durante el período de los gobiernos neoliberales, AMCA tuvo que reducir el volumen de los proyectos de ayuda, principalmente porque esos gobiernos estaban menos interesados en la cooperación solidaria y sobre todo después de la privatización casi total de los sectores sanitario y educativo.
Así, por ejemplo, tuvimos que suspender nuestro exitoso proyecto para la detección temprana del cáncer de cuello uterino, que es desde hace muchos años el cáncer más frecuente entre las mujeres nicaragüenses y que puede ser curado fácilmente si se diagnostica a tiempo. Pero el seguimiento no es posible sin la cooperación de las autoridades y los gobiernos neoliberales no estaban interesados, ya que después de la privatización de los hospitales servía de poco un diagnóstico precoz, si luego la paciente no tenía los recursos económicos para tratarse.
Tras el regreso al poder del movimiento sandinista, gracias a la victoria electoral, AMCA ha aumentado considerablemente sus actividades de solidaridad. Estas se concentran principalmente en dos hospitales (el Hospital Infantil La Mascota y el Hospital Bertha Calderón, de ginecoobstetricia), en la creación de casas maternas en las montañas y en la gestión, junto con el gobierno sandinista, de una escuela (Barrilete de Colores) con casi 400 niños.
En forma breve, solamente los dos logros más espectaculares: en el Hospital Bertha Calderón, donde se atienden cerca de 15 000 partos por año, logramos reducir a la mitad la mortalidad de los recién nacidos, teniendo en cuenta que casi el 25% de los neonatos son tan débiles que requieren cuidados intensivos. En el Hospital La Mascota rehicimos todo el sector de los laboratorios y desarrollamos los departamentos para el tratamiento de enfermedades de la sangre y tumores: Antes de 1985 todos los niños con esos males morían, mientras que ahora podemos curar a alrededor del 60%.
Para mí, estos resultados se deben, sobre todo, a que nunca hemos tenido una “actitud imperialista”, sino que siempre hemos intentado desarrollar todos los proyectos trabajando de manera fraternal e igualitaria con los compañeros nicaragüenses.
Por tanto, estamos muy orgullosos de que AMCA, después de más de 30 años, no solamente siga presente, sino que aumente el volumen de sus proyectos de ayuda. Sobre la base de esos logros, luego de algunos años de ausencia en diversas regiones, dada la situación en el terreno, ahora estamos de nuevo, con proyectos importantes, también en El Salvador e iniciamos una intensa colaboración con otras ONG democráticas en Guatemala.
Para nosotros, la solidaridad internacionalista no solamente sigue siendo un valor importante, sino que parece que hoy es más necesaria que nunca. De hecho, asistimos a una ofensiva reaccionaria en todo el subcontinente: después de los golpes de Estado “aparentemente legales” en Honduras y Paraguay, los círculos reaccionarios internacionales están siguiendo el mismo patrón, pero elevando el nivel de agresión y se concentran ahora en Venezuela y Brasil. Las consecuencias de esa intensificación de la agresión imperialista está a la vista de todos: personalmente temo que la ofensiva pueda ser aún más violenta.
Punto de vista
swissinfo.ch reúne en esta columna una selección de textos escritos por personas ajenas a la redacción. En ella publicamos los puntos de vista de expertos, líderes de opinión y observadores sobre temas de interés en Suiza con el fin de alimentar el debate.
Toda esa realidad es manipulada en gran medida por los medios de comunicación occidentales, controlados ahora casi totalmente por algunos magnates reaccionarios que dominan el mundo de la comunicación. Nuestro trabajo de contra-información es muy importante y debe representar el aspecto principal de nuestro trabajo de solidaridad política con los pueblos de América Latina.
Pero las palabras no son suficientes: siempre tenemos que hacer más con proyectos concretos, con los cuales podamos demostrar a los pueblos de esos países que estamos realmente de su lado y que vamos a hacer todo lo posible para apoyarlos en su difícil lucha por el progreso y la justicia.
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