¡Cesen de disparar contra las ambulancias!
Primero en su género, un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja evalúa la magnitud de la violencia contra el personal y las estructuras de salud en países en guerra o en revolución. Entrevista con su autor, Robin Coupland.
“De Colombia a Gaza, de la República Democrática del Congo a Nepal, la neutralidad de las estructuras médicas, del personal de salud y de los vehículos sanitarios es violada, tanto por aquellos que los atacan directamente como por aquellos que la utilizan, de manera abusiva, para obtener una ventaja militar”.
Lo anterior forma parte de un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Asistencia de Salud en Peligro: Exposición de una Urgencia. Un estudio realizado en zonas de conflicto en las cuales el CICR constató tales ataques y restricciones a la administración de asistencia a los heridos.
Cirujano de guerra durante 7 años en el CICR, Robin Coupland habla a swissinfo.ch sobre su investigación.
swissinfo.ch: En Sri Lanka y Somalia, los hospitales han sido bombardeados. En Libia y el Líbano, las ambulancias han recibido tiros. En Bahrein, el personal médico comparece ante los tribunales luego de haber atendido a manifestantes. Y en Afganistán, heridos agonizan durante horas a bordo de vehículos retenidos en los puestos de control.
El tema no es nuevo. Incluso está en el origen mismos de la organización hace 150 años. Sin embargo, no habíamos analizado a fondo el problema. Además, los conflictos recientes y actuales a menudo tienen lugar en zonas urbanas donde existe una infraestructura hospitalaria, mientras que el terreno original de nuestra acción es el campo de batalla con dos ejércitos frente a frente y hospitales de campaña para cada bando.
Cuando el enfrentamiento se lleva a cabo en la ciudad, los heridos son transportados a los hospitales existentes, acompañados la mayoría de las veces por sus familias que ejercen presión o incluso amenazan al personal sanitario. Estas familias también pueden estar entre las víctimas cuando los hospitales, las ambulancias, los trabajadores de salud son blanco de ataques.
En suma, los hospitales civiles y su personal han sido atacados muchas veces en los conflictos entre fuerzas regulares y grupos rebeldes, lo que los especialistas denominan guerras asimétricas.
El objetivo de nuestro informe es recordar que la seguridad es un requisito imprescindible para la prestación de asistencia. Nuestro estudio permite demostrar también que cada ataque que afecta al sistema de salud (secuestros, ataques a ambulancias, bombardeos de hospitales) conduce a una privación constante de atención para muchos civiles o a la interrupción de su tratamiento. Cientos de miles de personas pueden verse afectadas.
swissinfo.ch: Su informe habla de una urgencia. ¿Son más frecuentes los ataques a sistemas de salud?
RC: No tenemos ninguna base para la comparación. Sin embargo, estos actos aparecen cada vez más en los medios de comunicación.
Si observamos nuestras actividades en el terreno, teníamos 13 países afectados por ese problema en 2008, mientras que en 2010, 34 países estuvieron concernidos. Nuestro estudio analiza 16 países y 655 actos de violencia contra los sistemas de salud. También hemos integrado nuevos casos después de los sucesos en norte de África y el Oriente Medio.
swissinfo.ch: ¿Atacar al sistema de salud es también un arma de guerra, como las violaciones?
RC: De lo que estamos seguros es de que los las partes han integrado sistemas de salud al conflicto. Si una de ellas quiere provocar un choque, ataca deliberadamente a un hospital, como en Irak, Somalia o Afganistán.
Además, en este contexto urbano, el personal sanitario se convierte en un testigo creíble y profesional del conflicto, por lo tanto, en un objetivo para las fuerzas armadas o de seguridad.
swissinfo.ch: El respeto a los heridos y a las personas que los atienden se encuentra sin embargo en el origen del CICR y de los Convenios de Ginebra. ¿Está cayendo un tabú?
RC: Lo que podemos decir es que este principio de base no siempre es respetado y los cambios en la naturaleza de los conflictos hacen que este problema sea más agudo que nunca. En los conflictos clásicos, los militares heridos son tratados por militares, cada parte con sus hospitales de campo. Hoy en día, los hospitales civiles se encuentran en medio de los beligerantes.
Tenemos aquí un gran problema. Pero su solución no se encuentra en los sistemas de salud. Los concernidos son los militares, los políticos, los grupos armados.
Por esa razón tenemos un proyecto de cuatro años durante los cuales vamos a efectuar acciones legales, diplomáticas, pedagógicas en dirección de esos medios y un diálogo humanitario en el terreno con todos los actores, incluidos los grupos armados.
Migrantes. “Libia, donde una gran proporción de la fuerza laboral médica estaba constituida por migrantes, no se libró del éxodo de profesionales de la salud desde que estallaron los disturbios a principios de 2011.
Penuria. Cuando en febrero(pasado) los gobiernos extranjeros ordenaron a sus ciudadanos evacuar el país, muchos establecimientos médicos esenciales, incluidos los hospitales de Bengasi y Misrata, se encontraron de súbito en una situación crítica debido a la falta de personal.
Repercusiones. En la actualidad esta escasez de mano de obra tiene repercusiones no solamente para los heridos en los combates, sino igualmente para los enfermos crónicos que requieren cuidados regulares”.
(Extracto del informe Asistencia de Salud en Peligro)
“En el año 2003, en Bagdad, el saqueo de los hospitales y la destrucción de la infraestructura y de los depósitos de material médico se llevaron a cabo en tan gran escala que todo el sistema de salud de la ciudad literalmente se derrumbó. Los hospitales se vieron obligados a cerrar abandonando a su suerte a heridos y moribundos”.
(Extracto del informe Asistencia de Salud en Peligro)
Traducción, Marcela Águila Rubín
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