Los límites entre la religión y el Estado
La Constitución suiza apenas establece normas en materia religiosa y esas competencias recaen en los cantones. En el marco del 175 aniversario de la Constitución, un foro político organizó un debate para determinar hasta qué punto la religión debe incluirse en el texto fundamental del Estado.
A pesar de que la Constitución federal comienza haciendo una referencia a Dios (¡En el nombre de Dios todopoderoso!), la religión apenas la menciona. Solo dos artículos hacen referencia a la religión de manera específica: uno (art. 15) para establecer la libertad de conciencia y de creencia y otro (art. 72) para precisar que compete a los cantones regular las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Art. 15 Liberté de conscience et de croyanceEnlace externo
1.- Se garantiza la libertad de religión y de conciencia.
2.- Cualquier persona tiene derecho a elegir libremente su religión o sus convicciones filosóficas y a profesarlas de manera individual o colectiva.
3.- Cualquier persona tiene derecho a afiliarse o pertenecer a una comunidad religiosa y a seguir las enseñanzas religiosas.
4.- Ninguna persona puede ser obligada a unirse o pertenecer a una comunidad religiosa, a participar en un acto religioso o a seguir enseñanzas religiosas.
Art. 72 Église et ÉtatEnlace externo
1.- Regular las relaciones entre la Iglesia y el Estado es competencia de los cantones.
2.- En el ámbito de sus competencias, la Confederación y los cantones podrán tomar medidas para preservar la paz pública entre personas pertenecientes a las diferentes comunidades religiosas.
3.- Está prohibido construir minaretes.
El peso de la historia
Para saber si sería conveniente incluir más religión en la Constitución, el Forum Politique Berne, en colaboración con la Iglesia evangélica reformada de Suiza (EERSEnlace externo) y la Conferencia central católica romana de Suiza (RKZEnlace externo), organizó en septiembre el debate ¿Cuánta religión habría que incluir?Enlace externo
Que la religión no esté incluida en la Constitución no le sorprende al secretario general de la RKZ, Urs Brosi, pues esta cuestión hunde sus raíces en la historia. “La antigua Confederación no era un Estado unitario con un monarca, como Francia o Austria. Los asuntos religiosos eran responsabilidad de los cantones, por lo que la relación entre el Estado y la religión se desarrolló de formas muy diferentes”, explica Brosi a swissinfo.ch.
La dimensión religiosa ha tenido su importancia en distintos conflictos armados acaecidos en Suiza, como en la guerra del Sonderbund, que condujo al establecimiento del Estado federal moderno. “En vista de esta situación, cuando en 1848 se redactó la primera Constitución, el nuevo Estado federal no estaba en condiciones de establecer una política federal, por lo que este ámbito quedó en manos de los cantones”, prosigue Brosi.
Igualdad de trato
Introducir más religión en la Constitución podría implicar incluir un nuevo artículo específico sobre la cuestión. Del debate de Berna se desprende que un artículo así sería necesario para establecer una mayor igualdad de trato entre las distintas religiones presentes en suelo suizo.
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Diversidad religiosa
“Aunque en las últimas décadas la inmigración ha diversificado mucho el panorama religioso, la ley sobre religión sigue siendo la misma —afirma Urs Brosi—. Los cantones no han dado prácticamente ningún paso hacia el reconocimiento de otras religiones. Se reconocen las Iglesias reformada y católica y, en cierta medida, las comunidades judía y cristiana católica, pero no otras religiones, lo que cada vez es más difícil de justificar”.
Establecer un nuevo artículo en la Constitución podría hacer que las cosas avancen. “Una solución sería que la Confederación creara un reconocimiento adicional al cantonal. Esto permitiría que otras religiones pudieran participar en servicios de capellanía en hospitales o prisiones, por ejemplo, o en la enseñanza religiosa en las escuelas”, declara Urs Brosi.
Introducir un nuevo artículo también implicaría reconocer la importancia de la religión. “Más de la mitad de la población suiza pertenece a una comunidad religiosa. Es una fuerza en la sociedad que también debe organizarse a nivel político. Creo que es peligroso decir que la Confederación no tiene nada que ver con la religión”, manifiesta la pastora Rita Famos, presidenta de la EERS.
Centro de competencia
Del debate se desprende que también sería bienvenido un centro de competencia a nivel federal en materia religiosa. La forma sigue abierta: podría ser una “comisión federal extraparlamentaria sobre religión” o incluso una “oficina federal para la religión”. Pero lo que es cierto es que sería útil crear un órgano especializado de este tipo, como ya se está haciendo en el cantón de Zúrich.
“Dentro de la Administración federal necesitamos un órgano con experiencia en cuestiones religiosas. Siempre hay leyes que afectan a las comunidades religiosas directamente, pero nadie tiene la experiencia correspondiente. Tenemos que intervenir cuando las cosas ya están hechas o decididas, lo que siempre es un poco doloroso”, argumenta Rita Famos.
Urs Brosi pone un ejemplo: “En enero, el Gobierno sometió a consulta una revisión de la Ley Federal de Asilo, que prevé que la Confederación pueda financiar los servicios de capellanía de las comunidades religiosas que no recauden por sí mismas el impuesto eclesiástico. La cuestión del impuesto eclesiástico, sin embargo, no está regulada para ninguna religión a nivel federal, ya que depende de los cantones. Así que podemos ver que cuando se estaba elaborando la revisión, nadie pensó en este aspecto del problema”.
Sin planes concretos
De momento las propuestas presentadas en el foro de debate son solo buenos deseos. No hay planes concretos para establecer un nuevo artículo constitucional o un centro de competencias. “Hay muchas cuestiones difíciles y muy emocionales, como el reconocimiento del islam —señala Urs Brosi—. Creo que esa es una de las principales razones por las que no podemos encontrar una solución sencilla”.
“Se avanza según los acontecimientos, sin ningún debate de fondo sobre cómo trata la Confederación a las comunidades religiosas. Un estudio ha demostrado, por ejemplo, que un servicio de capellanía ayuda a reducir el potencial de violencia en los centros federales de asilo. Con la idea preconcebida de que el problema afecta a las personas refugiadas musulmanas, sobre todo, creamos una capellanía musulmana a título experimental. Es típico: hay un problema y se busca una solución. Es muy pragmático, pero el resultado es que en estos centros de asilo ahora hay una solución para las personas musulmanas, pero no para el resto de las religiones”.
Texto adaptado del francés por Lupe Calvo
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