La lucha de Suiza contra la pena de muerte
Desde su llegada al frente del Ministerio de Exteriores (DFAE) en 2012, Didier Burkhalter se comprometió firmemente con la abolición de la pena capital en el mundo para el 2025. El objetivo es ambicioso, según el último informe anual de Amnistía Internacional sobre el tema, pese a la continua reducción en el número de Estados que practican ejecuciones.
“Didier Burkhalter se comprometió rápidamente contra la pena de muerte para hacer del tema una prioridad y es muy activo”, opina el jurista Alain Bovard, encargado del rubro en la sección suiza de Amnistía Internacional (AI)
La contribuciónEnlace externo de la diplomacia helvética con el tiempo puede ser retribuida. Es la esperanza que plantea tímidamente el informe anual de AIEnlace externo sobre la pena de muerte, publicado este martes. En 2016, 1 032 personas fueron ejecutadas en el mundo; es decir, 37% menos que en 2015 (1 634), según el texto que no incluye a China, dado el misterio que rodea su número real de ejecuciones.
El número de países abolicionistas continúa en aumento. Según la organización no gubernamental (ONG), 104 países han suprimido por completo la pena capital. En 1977 fueron 16. Queda por convencer a los 23 que aún la mantenían en 2016. Para ello, el DFAE trabaja en diversos niveles, como parte de una estrategiaEnlace externo establecida en 2012.
Se trata de convencer a esos Estados a renunciar a la pena máxima. Si no es posible, la diplomacia helvética los incita a reducir el número de delitos punibles con ella. Suiza emprende ese combate en el marco de sus relaciones bilaterales con los Estados y en los foros internacionales, como la ONU.
Berna trabaja también con estrategias de la sociedad civil como el ‘Death Penalty Project’Enlace externo, dirigido por un grupo de juristas internacionales; la Comisión InternacionalEnlace externo contra la pena de muerte, integrada por personalidades de alto nivel y la Coalición Mundial contra la Pena de MuerteEnlace externo, colectivo internacional de ONG.
En Suiza, la última ejecución de un civil tuvo lugar en 1940. Pero la pena de muerteEnlace externo solamente fue abolida en 1992.
Además del DFAE, la lucha suiza conoce otros frentes. En 2014, Amnistía reunió a unos 15 diputados federales de todas las tendencias. “Este grupo informal ha actuado en diversas ocasiones ante parlamentos y gobiernos extranjeros para pedir la gracia de un condenado o promover la abolición”, afirma la ONG.
El año pasado, algunos de esos parlamentarios se reunieron con legisladores de Malasia. No fue en vano. En respuesta al Parlamento malasio, el Gobierno de ese país proporcionó por vez primera el número de ejecuciones anuales. Un primer paso que aún no ha dado ChinaEnlace externo. Esta última, según Amnistía, “se mantuvo en 2016 como el país con mayor número de ejecuciones. Más que todos los demás países juntos”.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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