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Domina el narcotráfico africano en Suiza

La cocaína es latinoamericana, pero llega por África. Keystone

Las detenciones por narcotráfico muestran la creciente influencia de inmigrantes África Occidental, seguidos por dominicanos, en la venta de droga en Suiza. Y las mujeres siguen siendo las encargadas de introducir la cocaína.

En febrero pasado, dos solicitantes de asilo terminaron tras las rejas en Lausana por participar en un grupo criminal togolés dedicado a introducir cocaína en Suiza y realizar operaciones de lavado de dinero.

El arresto se logró gracias a una operación policial a escala europea, denominada ‘Inox’.

En total, 35 personas fueron detenidas. Están señaladas por introducir 15 kilos de cocaína proveniente del Áfica Occidental a Europa entre 2005 y 2008.

La operación ‘Inox’ es apenas una de muchas en las que ha participado la policía suiza en los últimos meses.

La semana pasada, la policía cantonal de Neuchâtel desmanteló otro grupo de narcotraficantes. Con este logro, 30 personas fueron arrestadas en Europa.

También la policía de Lucerna informó de haber desbaratado una red nigeriana de tráfico de cocaína, en la que también había unos 30 implicados. Estos narcotraficantes introducían la droga en Suiza desde Francia y Países Bajos a través de las denominadas «mulitas», quienes viajaban en tren con la droga.

Otros dos casos, en los que estaban implicados ciudadanos nigerianos, fueron señalados en las ciudades de Biel y en el cantón de Vaud.

«Los numerosos casos recientes son resultado de una campaña para terminar con el tráfico de cocaína en el ámbito callejero», explica a swissinfo Roger Flury, experto del narcotráfico en la Oficina Federal de Policía.

«Los africanos del oeste resultan dominar este tráfico ilegal, seguidos por los dominicanos. Son muy visibles y activos. Es sólo cuestión de tiempo», advierte Flury.

Aumento masivo

En años recientes se ha observado un aumento masivo del tráfico de cocaína proveniente de Sudáfrica, a través del oeste africano.

La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC) estima que el 27% de la cocaína consumida anualmente en Europa –40 toneladas, por valor de 2.000 millones de francos suizos-, pasa por el oeste africano antes de llegar a Europa.

La cocaína es normalmente transportada en grandes cantidades por mar, escondida en contenedores. Una vez en África Occidental, la cocaína es almacenada y de nuevo empaquetada para ser enviada, en muchos casos, en el equipaje, la ropa o los intestinos de las «mulitas», quienes viajan en vuelos comerciales hacia Europa.

De acuerdo a la UNODC, ahora los narcotraficantes mandan a sus emisarias en grupo en un mismo vuelo. Tras su llegada, la cocaína es recibida por contrabandistas del occidente africano para distribuirla en Europa.

«Antes entraba a Europa una gran parte de la cocaína por España y Países Bajos, pero ahora se hace cada vez más importante Portugal, debido a que Guinea Bissau y Cabo Verde fueron colonias portuguesas», señala Thomas Pietschmann, de la UNODC.

Base en Togo

En el reciente caso ‘Inox’, se trataba de un grupo de tráfico de cocaína que centraba sus operaciones en el aeropuerto de Bruselas con el empleo de sus emisarias. Las «mulitas» eran recibidas por narcotraficantes nigerianos, que distribuían la cocaína a través de Europa, incluyendo a Suiza, y recolectando los beneficios de sus ventas para enviarlos de nuevo a Togo.

Para obtener los visados para Suiza, los narcotraficantes establecían intereses comerciales con alguna compañía suiza o alemana a fin de solicitarles una invitación comercial para poder viajar a territorio helvético.

Y para transferir el dinero a Togo utilizaban cientos de automóviles de segunda mano, que eran comprados por un taller libanés con sede en el cantón de Berna. Éste embarcaba los autos con los montos hacia el país africano.

De acuerdo con Jean-Christophe Sauterel, portavoz de la policía cantonal de Vaud, en el caso ‘Inox’ «no hay nada de excepcional», pues sólo ilustra la situación del narcotráfico en Suiza.

Batalla sin fin

«Los traficantes provienen de varios países del oeste africano. Una vez que llegan a Suiza son atendidos por la red, que incluso les organiza las solicitudes para obtener asilo», menciona Sauterel.

«Los nigerianos están muy activos y, con frecuencia, encabezan la red. De no ser el caso, se encuentran personas de Togo, Guinea y Guinea Bissau. En algunos casos se organizan en clanes o por país de origen, pero a veces están mezclados».

Pese a los recientes éxitos, la lucha contra el tráfico de cocaína es una «batalla sin fin», admite Sauterel.

«Tan pronto como una red es desmantelada, se establece otra rápidamente. Son muy flexibles, movibles y organizados. No hay una jerarquía permanente, por lo que un traficante, apenas llegar, puede recibir pronto la responsabilidad de una red», precisa el especialista de Vaud.

«La policía no puede erradicar el narcotráfico. No tenemos los medios. En el cantón de Vaud hemos tomado precauciones para limitar la visibilidad del tráfico de la droga y ejercido presión para combatir la venta callejera. Pero los delincuentes se han desplazado a los transportes públicos o a apartamentos. Y no sólo la capital, Lausana, resulta afectada, sino todos los pueblos del cantón», indica Sauterel.

«No pretendemos ser capaces de resolver el problema, que resulta mucho más amplio que las competencias de la policía».

swissinfo, Simon Bradley
(Traducido del inglés por Patricia Islas Züttel)

De acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas para el Combate de la Droga y el Crimen (UNODC, en sus siglas en inglés), el narcotráfico del África occidental es menor al del oeste asiático, el Caribe o Centroamérica; sin embargo, crece exponencialmente y está convirtiendo a la región en epicentro de la impunidad y la inestabilidad.

La caída del mercado de la cocaína estadounidense y el creciente mercado europeo parece instigar a los traficantes sudamericanos a aprovecharse de las condiciones en el África occidental como zona de tránsito.

Por lo menos 46 toneladas de cocaína fueron confiscadas en la ruta para Europa a través del oeste africano desde 2005.

La mayor parte de la cocaína que entra a esa región proviene de Sudamérica y llega a dos puntos principales: Guinea Bissau y Ghana. Después recorren algunos países del oeste africano para llegar a Europa a través de vuelos comerciales.

Cerca del 62% de los casos de detección de cocaína y el 55% de la droga confiscada envuelve a cuatro países: Senegal, Nigeria, Guinea y Malí.

Una «mulita» puede recibir hasta 1.500 francos suizos por transportar la droga a Suiza. Puede transportar cerca de un kilo de cocaína empaquetada en preservativos que traga antes de tomar el avión.

Las cantidades de cocaína dirigida a Suiza son desconocidas. En 2008, las autoridades aduaneras confiscaron 145 kilos. (en 2007 fueron 217 kilos).

Hoy día, la hoja de cocaína cuesta entre 40 y 120 francos. La línea cuesta apenas 8 francos.

En Suiza, el 60% de los traficantes extranjeros presos proceden de países del occidente africano.

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