¿Por qué en Suiza no hay uniformes escolares?
Un vistazo en cualquier patio escolar de Suiza deja claro que no existen los uniformes escolares. A menos, por supuesto, que consideremos como 'uniforme' el uso de jeans, sudaderas y zapatos deportivos. ¿Por qué?
El único lugar en donde pueden encontrarse uniformes escolares es en los colegios privados de elite, como el Lemania-VerbierEnlace externo, en donde los monarcas daneses, Frederick y Mary, decidieron inscribir a sus cuatro hijosEnlace externo durante un periodo de 12 semanas en 2020 (institución en donde los alumnos deben utilizar pantalones grises y polo blanco).
La conveniencia de utilizar uniformes es un tema que se instala de forma periódica sobre la mesa de debates en Suiza. Por ejemplo, en la primavera 2019, el Parlamento cantonal del Valais rechazó rotundamente una mociónEnlace externo para que los alumnos de las escuelas públicas de este cantón usaran uniformes -en Suiza, la educación es una responsabilidad cantonal- bajo el argumento de que sería “un retroceso”, ya que los alumnos conocen y deben respetar las reglas sobre lo que un plantel educativo considera como una vestimenta aceptable.
Razones históricas
“Los uniformes escolares se utilizan sobre todo en los países anglosajones, antiguas colonias británicas y países asiáticos. Pero jamás se han usado en las escuelas públicas suizas. No tenemos ese antecedente histórico”, explica Beat A. Schwendimann, miembro del consejo de la Federación de Profesores SuizosEnlace externo (LCH) de la Suiza de habla alemana.
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«Vas a la escuela; no, a la discoteca»
Los uniformes escolares tienen sus raíces históricasEnlace externo en los usados por los militares desde el siglo XIX como una expresión de ideales igualitarios, añadió. En las escuelas privadas, son también una forma de distinción entre escuelas elitistas y públicas. “Pero ninguna de estas dos motivaciones concuerda con la educación pública suiza y con la sociedad democrática y plural que tiene”, expresó al respecto Schwendimann a través de un correo electrónico.
La equivalente francófona del LCH, SEREnlace externo, tampoco avala el uso de uniformes.
¿Código vestimentario?
“Los efectos positivos son muy inciertos. Habría una enorme afrenta a la libertad personal y, por otra parte, el costo de los uniforme no está regulado”, refirió el LCH en un pronunciamiento escritoEnlace externo sobre los códigos vestimentarios.
Como en el Valais, en muchos otros sitios las escuelas abordan internamente la forma de vestir de los alumnos estableciendo códigos precisos. Los pañuelos en la cabeza, que en algún momento han generado controversia, están permitidos en las escuelas tras un fallo a favor emitido por el Tribunal Federal.
Intentos por uniformar
En 2006, una escuela secundaria de Basilea intentó que un grupo de alumnos de 14 años usara uniformes a la moda.
“Fue un periodo en el que la moda juvenil se caracterizó por una pronunciada ‘sexualización’: se usaban pantalones de talle bajo, tangas de hilo que resultaban visible, camisetas pequeñas y faldas muy cortas. Lo anterior causó problemas con los profesores y con alumnos de otras culturas. Y tampoco jugaba a favor de los alumnos con respecto a sus gestiones para la vida profesional (entrevistas, experiencias de formación). Se observó también que los alumnos se estaban endeudando y esto también fue un problema”, recuerda Christian Griss, jefe de servicios en el Departamento de Educación Cantonal de la Ciudad de BasileaEnlace externo, quien entonces fungía como director de la escuela WBS Leonhard.
La escuela propuso entonces un uniforme hecho por un diseñador local que incluía novedosos pantalones holgados, sudaderas con capucha y boinas de lana. Una imagen muy distante al tradicional uniforme de otros países. El costo era de 730 francos suizos (unos 740 dólares). Su confección estaba subsidiada, así que los padres solo pagaban una parte.
Lecciones del proyecto
Sin embargo, este proyecto piloto fue abandonado solo seis meses después. Además de la falta de apoyo por parte de las autoridades educativas del cantón, los propios jóvenes no lo consideraban suficientemente clásico para ellos, dice Griss por correo electrónico.
“Los alumnos preferían usar su propio ‘estilo’ y ser notados por ello. Posiblemente, un uniforme clásico como los que se utilizan en Inglaterra habría tenido mayor aceptación”, añade.
Una evaluación externa realizada por el Instituto de Psicología de la Universidad de Basilea no encontró ningún cambio significativo en el comportamiento de los alumnos (en el ambiente de clase) por el uso de uniformes, pero los autores de la investigación dejaron claro que esto podía deberse, en gran medida, a que fue muy corto el periodo de utilización de los uniformes.
La propuesta, no obstante, tuvo una gran difusión, y provocó amplios debates entre los alumnos y la gente sobre los códigos de la vestimenta escolar, así como sobre la presión que ejercen las marcas y los diseñadores sobre los consumidores.
Lo más jóvenes, poco convencidos
¿Qué piensan sobre los uniformes los alumnos de hoy? Una familia helvético-irlandesa ha experimentado ambos sistemas. Las hijas de la escritora Clare O’DeaEnlace externo, antigua colaboradora de swissinfo.ch, hicieron dos cursos en una escuela primaria en Irlanda, el país de su madre.
Acostumbradas a utilizar la ropa que ellos querían cuando vivían en el cantón de Friburgo, las tres niñas tuvieron que habituarse en Irlanda al uso de una falda gris, una camiseta blanca y un suéter azul. Y un atuendo especial para los días que tenían clases deportivas.
El veredicto de las menores es mixto: “Yo jamás uso faldas, pero no me molestaba llevarlas para ir a la escuela dado que los demás también lo hacían. Era realmente práctico saber qué utilizaría cada mañana”, dice Ciara (13 años). Pero su hermana gemela piensa distinto: “Creo que es mejor no usar uniforme y que cada persona se vista según su estilo”, replica Maeve.
Ashley, la hermana más pequeña, pone el acento en la relación que las condiciones climáticas tienen con los uniformes: “algunas veces, (la tela) no es lo suficientemente caliente para los días fríos y, en otras, tampoco es lo suficientemente fresca para los días de calor”.
Su madre, Clare, estima que los uniformes son prácticos: reducen el tiempo de preparación por las mañanas porque los chicos ya saben qué van a usar. Pero son caros, así que destaca que es una suerte que existe ropa de segunda mano.
“Aunque, comparado con lo que usan normalmente, el uniforme resulta bastante anticuado y creo que me gustaba mucho más a mí que a ellas”, puntualiza Clare.
Alrededor del mundo
Los uniformes escolares son una tradición en países como Gran Bretaña, Irlanda, Australia o Chipre. En Estados Unidos son comunes en las escuelas privadas, pero no en las estatales. Japón también utiliza uniformes en las escuelas, al igual que China (que frecuentemente son más bien de tipo deportivo, haciéndolos impopulares entre los jóvenes).
En los países árabes, los uniformes son comunes.
En Túnez, por ejemplo, son totalmente obligatorios. En España, solo se usan en las escuelas privadas. En América Latina se usan en las escuelas públicas, por ejemplo, en Brasil y México.
En Rusia ya no hay uniformes -esta práctica fue abolida en 1994-, excepto en contados y prestigiosos colegios públicos.
Fuente: las distintas redacciones de swissinfo.ch
Traducido del inglés por Andrea Ornelas
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