El boom evangélico, también en Suiza
En Suiza, las iglesias evangélicas reúnen cada domingo al doble de fieles que los templos protestantes tradicionales. El sociólogo y pastor de una iglesia carismática de Neuchâtel, Olivier Favre, analiza los engranajes del éxito de los evangelistas.
Eran 52 millones de fieles a inicios del siglo XX. Actualmente son casi 500.000. En un siglo, los evangelistas han conquistado el mundo. Y su fulgurante desarrollo no parece que se detendrá pronto. El entusiasmo es de dimensión mundial y hace sombra a las Iglesias tradicionales en todos los continentes. No obstante, los evangélicos abren también nuevos horizontes para el cristianismo. Se estima en cerca de 100 millones el número de chinos convertidos en los últimos años.
En Suiza también se registra una progresión evangélica. Tal como en el exterior, hace furor la corriente pentecostal o carismática, importada de los Estados Unidos, y que pone el acento en los milagros y la inmisión de Dios en la vida cotidiana. Olivier Favre, que reparte su tiempo entre el puesto de pastor en una iglesia carismática y el de su trabajo de sociólogo de religiones en la Universidad de Lausana, ha sido el primero, en 2006, en haber escrito una obra completa sobre los evangelistas en Suiza.
El autor no observa contradicción entre sus papeles de observador y de hombre de fe comprometido. “Los investigadores tienen por regla general un contexto religioso, o están en conflicto con la religión y desarrollan un discurso muy crítico hacia las Iglesias”, defiende.
swissinfo.ch: Los movimientos pentecostales han conocido un progreso fulgurante desde la década de los años 70 en Sudamérica y África, aprovechándose de un terreno social y económico extremadamente favorable. ¿Cómo explicar su éxito en países ricos como Suiza?
Olivier Favre: La primera fuerza del pentecostalismo, es la idea de que Dios interviene en la vida cotidiana de la gente. Es cierto que las personas en situación precaria pueden resultar más atraídas con esta noción que aquellas con medios suficientes.
En nuestra sociedad muy individualizada -marcada por la soledad-, la idea de tener una relación personal con Dios, de que responda a las plegarias, que sane enfermedades y haga milagros, responde a una necesidad espiritual. Además, la manera moderna de celebrar el culto atrae a los jóvenes.
Esta progresión se debe también en mucho a la migración y al impulso de las iglesias étnicas, sobretodo, presentes en las ciudades. Estas iglesias funcionan como esclusas de ingreso esenciales. También allí los seguidores encuentran la música y el idioma que les recuerdan a su país de origen.
swissinfo.ch : Cada quien busca respuestas inmediatas y concretas a sus preocupaciones de orden metafísico, psicológico, físico o material. ¿Estas iglesias practican un modo de individualización o, dicho de otra forma, de mercantilización de la religión?
O.F.: Sí, en un cierto sentido. Estamos en una sociedad individualizada, basada en la emoción y que concede una gran importancia a la búsqueda de la identidad. El discurso evangélico evalúa y se adapta a las necesidades actuales. Se ocupa menos del pecado o del arrepentimiento, y más de la plenitud y el desarrollo interior. Y esto lo hace en base a ciertos textos bíblicos que consideran que la explicación sobre el ser humano proviene del ámbito espiritual y de la psicología.
swissinfo.ch: Su colega Jörg Stolz compara gustoso a la religión con un mercado donde es necesario tener un perfil claro para venderse mejor. ¿Las iglesias evangélicas están mejor paradas en ese sentido que las otras?
O.F.: No se puede comparar al mercado de los religiosos con el mercado económico. Los religiosos no son una preproducción de la sociedad, de lo contrario perderían su esencia. Los evangelistas han logrado construir, un discurso crítico de la sociedad, integrado a la vez experiencias de ese terreno. Por ejemplo, los evangélicos insisten mucho en los dones individuales y espirituales. El individuo se puede expresar con sus talentos, sus capacidades y tomar la palabra durante las asambleas. En ese sentido, se puede hablar de una adaptación a la modernidad.
Para que un movimiento religioso resulte exitoso, debe ser a la vez estricto y no fundamentalista. Si se adapta demasiado a la sociedad ambiente se enfriará, socavará la moral de los más fervientes y será difícil sobrevivir sin el apoyo del Estado. Por el contrario, si el movimiento es demasiado fundamentalista, se excluirá del resto de la sociedad y carecerá de atractivo. Esto es válido para todas las religiones.
swissinfo.ch: Mensaje simple, algo reductor; distanciación de las Iglesias tradicionales, conservadurismo asumido: las Iglesias evangélicas son el pendiente de los movimientos populistas en política?
O.F.: Con frecuencia, a los evangélicos se les ha reprochado la simplificación de su mensaje o la realidad. En parte es verdad en lo que se refiere a la comprensión del Evangelio. El enfoque es simple, el mensaje, claro y directo: para salvarse, hay que creer en Jesucristo. En la composición sociocultural de los evangelistas, se encuentran también intelectuales y personas altamente cualificadas, gente que reflexiona y que devuelve complejidad a la vida humana.
swissinfo.ch: En Norteamérica, las Iglesias evangélicas se confunden con la derecha ultraconservadora. ¿Es el caso en Suiza?
O.F.: La comparación con los Estados Unidos es delicada. Los evangélicos europeos han sido hostiles a la política de la administración Bush y a la guerra en Irak.
En Suiza, hemos constatado con resultados de encuestas al respecto, que los evangélicos votan como el ciudadano promedio, es decir, más bien hacia la derecha. Un voto de cada dos es dirigido a los dos partidos evangélicos suizos, es decir, la Unión Democrática Federal (UDF), muy de derecha, y el partido Evangélico (PEV), al centro.
Desde el punto de vista de la moral individual, los evangélicos son conservadores, pero son muy progresistas sobre cuestiones de sociedad como la ecología, por simple respeta a la Creación.
swissinfo.ch: Los evangélicos están muy implicados en la política. ¿Se trata de un fenómeno reciente?
O.F.: Históricamente, los evangélicos estaban marcados por una tradición de desconfianza con relación al Estado y al mundo exterior. Ciertos movimientos, como el de los anabaptistas fueron durante mucho tiempo perseguidos y la libertad religiosa fue difícil de adquirir.
Veinte años después, están presenten en varios parlamentos y no solamente en el seno de los dos partidos evangélicos o en la Unión Democrática de Centro (UDC / derecha dura). Varios diputados socialistas de la parte germanófona de Suiza forman parte de las comunidades evangélicas. Esta idea de que el cristiano debe implicarse en la sociedad es nueva.
swissinfo.ch: Este crecimiento de las iglesias evangélicas, que marca también a la política, frena la secularización de nuestras sociedades?
O.F.: El evangelismo se desarrolla enormemente en los países del sur, donde la religiosidad es elevada. En África y en Sudamérica, el fervor evangélico ofrece dinamismo a la iglesia católica. Pero es necesario hacer la distinción de los diversos contextos. La sociedad estadounidense ha sido siempre muy religiosa. En Europa, los evangélicos tienen dificultad para desarrollarse y no logran revertir la tendencia a la secularización. Tampoco estoy seguro de que toda la población retorne a los valores tradicionales
Según un reciente estudio realizado en el marco del Programa nacional de Investigación ‘Colectividades religiosas, Estado y sociedad’ (PNR 58), 690.000 personas, es decir, uno de once suizos, participa cada fin de semana en un rito religioso:
38% en las iglesias católicas,
29% en las iglesias evangélicas libres,
14% en los templos protestantes y
11% en el seno de las comunidades musulmanas.
La investigación muestra que en las iglesias evangélicas acude el doble de fieles que en las protestantes, y solamente 25% menos que en las católicas. Por tanto, solo 2% de los suizos son miembros de una iglesia evangélica libre.
Los responsables de las comunidades de las iglesias libres indican que reúne más fieles que miembros, con una tasa de participación de 11%.
La tasa de participación en las celebraciones religiosas entre católicos es de 4%, entre los protestantes, 3%; entre los musulmanes, 18%; y entre los judíos, 10%.
Existen grandes diferencias en el seno de las iglesias evangélicas. Son las agrupaciones carismáticas o pentecostales que observan el principal auge en su seno.
Traducción: Patricia Islas
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