Apoyo a prensa suiza en cumbre europea
La Federación Europea de Periodistas (FEP) se solidarizó con los trabajadores del diario ‘Le Matin’ y de la Agencia Suiza de Prensa (ATS), que enfrentan un sensible recorte de personal.
Durante su asamblea anual, celebrada esta semana en Lisboa, la FEP analizó los retos actuales del periodismo europeo, desde el radical cambio tecnológico, hasta las amenazas al servicio público, pasando por situaciones de inseguridad.
Representantes de 42 asociaciones y sindicatos de comunicación de 32 países -incluidas las organizaciones suizas de SYNDICOM e Impressum- aprobaron en la capital portuguesa una veintena de resoluciones. Entre ellas, el apoyo a los trabajadores del periódico suizo en francés, ‘Le Matin’, cuya versión impresa desaparecerá a partir del 22 de julio, lo que pone en riesgo 41 puestos de trabajo.
La FEP se solidarizó igualmente con los periodistas de la Agencia Telegráfica Suiza (ATS), que protagonizan un conflicto con el Consejo de Administración desde enero por la supresión de más de 30 empleos.
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La entidad europea manifestó también su apoyo a los trabajadores del servicio público de la Radio y Televisión que a pesar de la votación favorable del 4 de marzo (rechazo a la iniciativa No-Billag), podrían sufrir recortes significativos en los próximos meses.
Satisfacción suiza
“Estas tres resoluciones aprobadas por nuestros colegas europeos son señales muy positivas” que refuerzan el ejercicio de la profesión en nuestro país”, señaló Roman Berger a swissinfo.ch, otrora corresponsal del diario suizo ‘Tages-Anzeiger’ y actual miembro del comité de prensa de SYNDICOM.
Subrayó las diversas muestras de simpatía por el resultado de la votación del 4 de marzo. “Nuestros colegas de otros países, como Alemania, nos confirmaron que el rechazo a la No-Billag tuvo importante repercusión mediática en la prensa nacional. Les inquietaba que una eventual aceptación de la iniciativa, sirviera luego como modelo para la privatización de medios en Alemania”.
Las amenazas contra la profesión
Los temas tratados en Lisboa son un termómetro de la realidad de la profesión periodística en Europa. La importancia del audiovisual público, moción sostenida por una quincena de sindicatos de otros tantos países, apareció en un primer lugar.
Caracterizado por los promotores como “piedra angular de la democracia”, el servicio público sufre amenazas de distinta índole en numerosos países. De ahí el apoyo a esta resolución de parte de sindicatos de España, Italia, Austria, Irlanda, Alemania, Serbia, Austria, Noruega y Suiza, entre otros.
La violencia, cada vez más sistematizada, que afecta al libre ejercicio de la profesión en Europa, apareció como otro tema toral. Agresiones en una amplia diversidad: desde las que soportan los periodistas deportivos, hasta las presiones recibidas por mucho redactores y analistas políticos. Incluyendo, también, censuras internas a redactores cuando pretenden tratar problemas referentes a los accionistas y propietarios del propio medio.
“Si bien dicha violencia no alcanza los niveles que sufren colegas en otros continentes, como Latinoamérica o África, aparece cada vez con más insistencia también en Europa”, indicó a swissinfo.ch el periodista belga Philippe Leruth, presidente de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), la organización del sector más importante a nivel mundial.
Los delegados abordaron igualmente la marcada desigualdad salarial entre hombres y mujeres periodistas, así como el creciente deterioro de las condiciones laborales a nivel general en Europa.
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En ese contexto, analizaron la situación en el país sede del encuentro con base en un estudio elaborado en 2016 y que revela que un tercio de los trabajadores recibe “salarios indignos”, de menos de 700 euros mensuales, (el salario básico en Portugal es de 800 euros).
Casi el 80 % de los encuestados por los autores de la investigación manifestaron su descontento con las condiciones de trabajo y el 90 % consideró que el futuro del periodismo será cada vez “más precario e incierto”. Un tercio carece de un contrato laboral regulador.
La preocupante radiografía portuguesa no es única en el continente. La realidad en varios países balcánicos y del Este europeo, es igualmente alarmante si no es que más.
La precariedad atenta contra la libertad de prensa
“Si uno de nuestros objetivos principales es la defensa de la calidad de la información, debemos estar conscientes que la precariedad de las condiciones de trabajo de las y los periodistas atenta directamente contra la misma”, subrayó Philippe Leruth.
Un periodista que no recibe un sueldo decente no puede hacer correctamente su trabajo, ni ofrecer una información de calidad, enfatizó.
Leruth, quien durante 9 años ocupó la vicepresidencia de la FEP, comentó que si bien la defensa del audiovisual público es importante, “debemos entender al periodista en sí mismo como un bien público”, considerando la trascendencia de su trabajo para la consolidación de la democracia.
Y ese ejercicio, añadió, debe comenzar en las propias empresas, “para asegurar la democracia interna, exigiendo, por ejemplo, una representación, presencia y observación de los trabajadores y periodistas, en los órganos de decisión”.
Inquietante concentración
En su opinión, todo ello es particularmente necesario merced a que actualmente no solo se produce una creciente concentración de los medios, sino que “grandes empresas, que en muchos casos no se dedican exclusivamente a la información, tienen en sus manos buena parte de los mismos”.
La propia esencia del periodismo está en la mira, alertó el presidente de la FEP. “No debemos olvidar que nuestra principal razón de ser es asegurar una información de calidad que el público esté dispuesto a pagar”.
La abundancia de información en los sitios web, -en gran parte no profesional- lleva a la confusión entre la “verdadera información con la falsa, o no profesional”, recordó para volver a la decisión del pueblo suizo:
“Si algo importante dejó como lección la votación suiza de marzo pasado contra la iniciativa No-Billag, fue justamente eso: demostró que el público helvético reconoce la calidad de su radio y televisión y está dispuesto a pagar para mantenerla”, concluyó.
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