En Sochi, violaciones a derechos de trabajadores
Incluso antes de iniciar los Juegos Olímpicos de Invierno, la prensa -rusa y extranjera- no ha escatimado palabras refiriéndose a la ciudad sede de esta cita. Uno de los problemas principales a observar es la violación de los derechos laborales.
Los Juegos Olímpicos de Sochi prometen ser los más “compactos” jamás vistos o, al menos, eso es lo que los organizadores aseguran. Este adjetivo se debe a que las citas olímpicas se desarrollarán en dos espacios concretos: uno en la costa, y otro en las montañas, donde se han construido las sedes principales.
La celebración de los Juegos Olímpicos es parte de la meta general de Sochi para su desarrollo como ciudad de acogida del turismo.
En 2007, el gobierno adoptó un «Programa para la construcción de las instalaciones olímpicas y para el desarrollo de Sochi como un sitio de recreo de montaña», que contempla la construcción de 206 instalaciones, incluyendo 30 para las competiciones deportivas.
Los otros complejos son parte de las infraestructura necesaria para el desarrollo de la ciudad y, específicamente, para el sector turismo. Todo esto ha cambiado la economía de la ciudad y ha creado nuevos puestos de trabajo. Sochi ha atraído a trabajadores de otras partes de Rusia y del extranjero.
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Juegos Olímpicos entre palmeras
¿En Rusia, Sochi se considera tradicionalmente como una ciudad rica, pero es realmente el caso? Tiene los mismos problemas que el resto del país: bajos salarios, precios de los insumos muy altos, instalaciones públicas a punto del derrumbe, malas carreteras. Hace seis años inició la implementación de los ambiciosos planes de la sede olímpica.
Por supuesto, no es fácil vivir en medio de las obras durante tanto tiempo. Pero el ruido y la suciedad no son los únicos problemas aquí: otro es la falta de pago de los salarios de los trabajadores de la construcción.
Human Rights Watch indica en su informe que los trabajadores inmigrantes en Sochi han sido engañados por sus empleadores. Han debido trabajar hasta 12 horas al día, sin posibilidad de días libres y con pagos salariales irregulares. La ONG denuncia que aquellos que osaron quejarse de esta situación, fueron expulsados del país.
El informe se basa en entrevistas con cerca de 70 trabajadores migrantes en Sochi entre 2009 y 2012, venidos de Armenia, Kirguistán, Serbia, Tayikistán, Uzbekistán y Ucrania. Casi todos ellos habían realizaron trabajos poco calificados con bajos salarios. De acuerdo a sus declaraciones, recibieron entre 55 y 80 rublos (1,80-2,50 dólares) por hora.
Violaciones de los derechos
Los derechos del trabajador están siendo violados y «la falta de pago de los salarios a los obreros es un fenómeno generalizado», según Semyon Simonov, coordinador del Centro Migración y Derecho en Sochi.
Existen otras violaciones a la ley que se producen con frecuencia, tales como la ausencia de documentos que avalen las obligaciones de los subcontratistas o, incluso, simplemente, los obreros no tienen contratos de trabajo.
En este contexto, la historia de Robert Kesyan, un graduado en Ingeniería Municipal de la Universidad de Sochi, no parece nada fuera de lo común. Desde agosto de 2012 ha sido contratado por la empresa Q-tec, que construye hoteles para los visitantes olímpicos en el valle de Imeretin. En noviembre de 2012 fue nombrado ingeniero en jefe del departamento de soporte técnico de esta compañía.
Kesyan proviene de Sochi y trabaja de acuerdo con las reglas laborales rusas. El inconveniente es otro: afirma que en la unidad que dirige, con siete ingenieros y cerca de 100 trabajadores, no se han recibido salarios desde julio de 2013.
El 2 de octubre de 2007 se constituyó el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Sochi. Sus miembros fundadores son el Comité Olímpico Ruso y el Ministerio de Deporte, Turismo y Juventud de la Federación Rusa.
Los escenarios están repartidos en dos sitios. El sitio de montaña en Krasnaya Polyana incluye las áreas de esquí, trineo, luge y skeleton, la aldea olímpica y los hoteles. Con la nueva línea férrea se requiere solo de una hora para llegar al Parque Olímpico, sobre la costa.
El sitio de la costera cuenta con varias pistas de hielo y un centro ultra moderno para los medios de comunicación, que los organizadores afirman, es siete veces más grande que la Plaza Roja de Moscú.
También es el lugar principal de la Villa Olímpica.
Prohibidas las manifestaciones
Los empleados no tardaron mucho en descubrir que la falta de pagos no era su único problema: sus registros laborales –un documento personal de color gris, del tamaño de un pasaporte-, fueron transferidos a la sede de la empresa en Moscú. Sin este librito, reliquia de la era soviética, es imposible conseguir un trabajo decente en Rusia. Algunos de los colegas de Kesyan provienen de otras partes de Rusia y ahora, incluso, no tienen el dinero para comprar su billete de vuelta a casa.
Su caso lo han llevado a la Fiscalía, pero aún no han recibido una respuesta. A todo esto se suma la imposibilidad de manifestaciones o realizar paros laborales que puedan ocasionar disturbios, pues se corre el riesgo de ir a prisión, una medida establecida durante el periodo previo a los Juegos Olímpicos.
Simonov indica a swissinfo.ch que ha recibido más de 90 quejas por impago de salarios. Su organización ha estado trabajando en la región desde julio de 2012.
La ONG internacional Human Rights Watch (HRW) utilizó datos del centro como base para su informe sobre las violaciones de la legislación laboral en la construcción de las sedes olímpicas. Gracias a los periodistas y al público ahora se discute el problema, afirma Simonov: «La situación ha cambiado un poco: al menos las autoridades reconocen que el problema existe”.
Informe crítico, y criticado por las autoridades
Human Rights Watch publicó el 6 de febrero su informe Carrera hacia el abismo: explotación de migrantes trabajadores de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno 2014 en Sochi.
En el documento, además de los retrasos salariales o su impago, se enumeran violaciones como jornadas laborales de 12 horas y el hecho de que en muchos casos los empleadores retienen los documentos de identidad de los trabajadores.
El informe está basado en entrevistas con 66 trabajadores migrantes de la construcción que Human Rights Watch llevó a cabo en algunos de los sitios olímpicos claves: el estadio central, la principal villa olímpica y el mayor centro de prensa.
Konstantin Romodanovsky, jefe del Servicio Federal de Migración, respondió a la agencia de noticias Interfax sobre estas críticas, que el informe de HRW había exagerado la situación de modo «desproporcionado». Dijo, además, que el modo de haber presentado este documento fue “erróneo y deshonesto».
Su oficina estaba monitoreando la situación muy atentamente, dijo. Y admitió que se han presentado contratiempos y complicaciones de modo aislado, pero que las autoridades no habían recibido ninguna queja seria, ni se había recibido indicación alguna de grandes retrasos en el pago de los salarios en los sitios olímpicos.
El diario Vedomosti afirma que el costo de los preparativos para los Juegos Olímpicos de Sochi ya superó los 40 mil millones de francos, cinco veces más que las previsiones iniciales.
Los Juegos Olímpicos XXII se realizarán en Sochi del 7 al 23 de febrero y los Paraolímpicos del 7 al 16 de marzo.
11 nuevas instalaciones deportivas han sido construidas para la cita, con una capacidad total de 120.000 plazas.
En siete disciplinas se entregarán, en total, 98 sets de medallas.
La ciudad rusa recibirá 6.000 deportistas y miembros de los equipos de entrenamiento y atención de los atletas.
25.000 voluntarios apoyarán la organización de los Juegos.
Alrededor de 13.000 periodistas y fotógrafos están acreditados.
Se espera que alrededor de 3 mil millones de personas en el mundo vean los juegos a través de los medios de comunicación.
Traducido del inglés por Patricia Islas
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