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En Suiza, la cienciología atemoriza menos que el Islam

Mayo de 2007 en Zúrich: cientólogos en acción. Keystone

Mientras que en Francia, un proceso en curso podría conducir a su interdicción, la Iglesia de la Cientología vive días apacibles en Suiza. Menos agresivo que en los años 90, este movimiento apenas despierta la atención, contrariamente a la religión musulmana.

«Después de los atentados del 11 de septiembre, las discusiones y los temores suscitados por las sectas en Suiza han sido reemplazados por aquellos sobre la religión musulmana», asienta René Pahud de Mortanges, director del Instituto de Derecho de las Religiones en la Universidad de Friburgo.

De hecho, los suizos se pronunciarán – sin duda antes de finales de año – sobre una iniciativa tendiente a prohibir la construcción de alminares en Suiza. Una votación y un debate que ha mostrado los miedos y los fantasmas que suscita el Islam en el seno de una parte de la población suiza.

Bajo los reflectores en Francia, con ocasión de un proceso que podría conducir a su disolución, la Iglesia de la Ciencilogía no parece desatar polémica en Suiza.

Una «espiritualidad» muy material

Era muy diferente en los años 90. René Pahud de Mortanges cita un caso emblemático en el cantón de Basilea-ciudad. «Para vender sus cursos, la cienciología recurría a métodos bastante agresivos. El gobierno de Basilea-ciudad acabó por prohibir a los cienciólogos utilizar sus métodos en el espacio público».

El asunto concluyó ante el Tribunal Federal (Corte Suprema), con esa organización agitando la bandera de la libertad religiosa. «La instancia suprema de la justicia suiza reconoció a la cienciología el derecho a invocar la libertad religiosa, subrayando que la normativa de Basilea-ciudad no violaba esa libertad», recuerda el investigador.

En aquella época, Suiza estaba todavía bajo el choque de los exacciones de la Orden del Templo Solar, una secta que había asesinado a 74 de sus miembros en Quebec, en Suiza y en Francia de 1994 a 1997. Por esa razón el Parlamento suizo quiso actuar en contra de los fenómenos sectarios.

«En 1999, una comisión del Consejo Nacional (Cámara baja) pidió al Consejo Federal formular una política al respecto. El Gobierno se negó a entrar en materia con el argumento de que tal política no era necesaria. En su respuesta, el Consejo Federal subrayó también que la investigación sobre las sectas era competencia del mundo académico», subraya René Pahud de Mortanges.

En esa ocasión, el Gobierno federal no quiso poner en tela de juicio su neutralidad con respecto a los fenómenos religiosos y su débil influencia sobre lo divino, rubro de competencia de los cantones.

Un peligro para sus miembros

Por eso, Suiza tiene muchas defensas frente a las derivas sectarias. «Con la actual legislación es perfectamente posible luchar contra toda una serie de abusos. Pero aún hace falta que los miembros de tal o tal secta denuncien. Sus familias no pueden hacerlo por ellos. Entonces, movimientos como la cienciología pueden representar un peligro, sobre todo para sus miembros», subraya René Pahud de Mortanges.

Un peligro que detalla Jörg Stolz, director del Observatorio de las Religiones de la Universidad de Lausana: «Para colocar sus cursos, los cienciólogos se ponen allí como los vendedores de seguros de los años 50, ejerciendo presión para que usted compre otros. Como esos cursos son muy caros, la cienciología ofrece la posibilidad de trabajar en sus centros para obtener reducciones. De esa manera, usted queda verdaderamente bajo la influencia de la organización».

El investigador añade que «frente a este género de movimientos, tenemos siempre la elección, pero si usted ha vivido durante años en un movimiento semejante, como tiene allí a sus amigos, como invirtió tiempo y dinero en el marco de una formación, se vuelve muy difícil salirse».

La ausencia en Suiza de quejas de miembros de la cienciología en contra de su Iglesia, no significa pues que esa organización sea perfectamente inofensiva.

Una mirada

Sin embargo, el movimiento fundado en los años 50 por el autor estadounidense de ciencia ficción, Ron Hubbard, comparte la suerte reservada a los recién llegados a la escena religiosa. «La cienciología es un movimiento muy reciente y coincide con las preocupaciones del hombre moderno occidental. Propone una búsqueda muy individualizada del éxito, de la realización y del perfeccionamiento de sí mismo. Pero sus embrollos con la justicia frenaron por supuesto sus ambiciones», destaca Jörg Stolz.

«Comprobamos, añade el sociólogo de las religiones, que muy a menudo esos movimientos espirituales empiezan de manera muy efervescente y son percibidos como raros e inaceptables por la sociedad. En sus inicios, el Ejército de Salvación era considerado como la peor de las sectas». Podríamos decir lo mismo de los primeros cristianos.

En el curso de los años, según Jörg Stolz, la inmensa mayoría de esos movimientos tienden a normalizarse y comprenden que deben hacer compromisos con el resto de la sociedad si quieren durar.

Alegato de los cienciólogos

Francine Bielawski, portavoz de la Iglesia de la Cienciología para la Suiza francófona, asegura que esta normalización ya se hizo: «adoptamos reglas muy estrictas para nuestros miembros que podrían mostrar un exceso de celo, en respuesta a procesos que tuvieron lugar en el pasado».

«En países dónde hemos sido reconocidos como religión, nuestras cuentas fueron limpiadas. En Alemania, durante 12 años estuvimos sujetos a una investigación que, a finales del año pasado, concluyó que no había nada que reprocharnos y que éramos (una entidad) de utilidad pública».

Una afirmación que matiza René Pahud de Mortanges: «la cienciología está aún bajo la vigilancia de las autoridades alemanas.

«Luego de los procesos de los años 90, los cienciólogos comprendieron que debían cambiar de actitud. Más aún, cuando esos procesos les hicieron perder adherentes», reconoce este especialista de la historia del Derecho y del Derecho Canónico.

Por su parte, Jörg Stolz se muestra prudente sobre los cambios en la Iglesia de la Cienciología. «Es difícil saberlo verdaderamente, pero tengo la impresión de que hubo cambios. En Estados Unidos, investigadores consideran que la cienciología se convierte poco a poco en un movimiento más respetable. En Suiza, parece ir en la misma dirección. Pero esta evolución, si se confirma, se hace muy lentamente».

De hecho, ciertas obsesiones se mantienen. «La cienciología mantiene su fobia a los psiquiatras, constata Jörg Stolz. Para ellos, esta profesión escondería una organización secreta que encarnaría el mal absoluto. Una percepción bastante extraña. Vemos mal que una organización que se considera respetable diga cosas semejantes».

Frédéric Burnand, Genève, swissinfo.ch
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

Merced al «prolongado combate» entre admiradores y detractores de la cienciología, la enciclopedia en línea Wikipedia decidió bloquear, a finales de mayo, las intervenciones procedente de ordenadores «en posesión o utilizados por la Iglesia de la Cienciología y sus socios».
A un determinado número de internautas participantes en esta guerra de imagen dentro de esta página web -basada en las contribuciones de los usuarios-, también se les ha negado el acceso a todo lo que tiene que ver con la cienciología.

Un proceso por «estafa en banda organizada» contra la cientología se abrió el 25 de mayo en París y se prolongará hasta el 17 de junio.

Seis responsables -incluidos el dirigente francés, Alain Rosenberg- y sus dos principales ramas francesas, la Asociación Espiritual de la Iglesia de la Cienciología (ASES-CC-Celebrity Centre) y la librería SEL (Cienciología Espacio Libertad), enfrentan tres demandantes – de dos ex adeptos y de la Orden de farmacéuticos.

Los acusados habrían obtenido miles de euros de cuatro antiguos adeptos, sacando provecho de su vulnerabilidad.

Corren el riesgo de siete años de prisión y una multa de un millón de euros.
Algunos son también perseguidos por «ejercicio ilegal de la farmacia».

Contrariamente a todos los procesos precedentes, que implicaban sólo a personas, es la primera vez que la cienciología es acusada también como organización.

En caso de condenas, la Iglesia de la Cienciología se expone a la disolución de sus estructuras francesas. Pero una medida semejante estaría muy lejos, puesto que si fuera decidida, tendría que ser confirmada en apelación y luego en casación. Y la cienciología tiene los medios para ofrecerse buenos abogados.

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