¿Cómo puede Suiza consumir tanto plástico y reciclar tan poco?
La población suiza consume tres veces más plástico que otros países europeos, pero recicla un 30% menos. Prohibir el plástico en la Unión Europea (UE) y China puede cambiar esta situación.
En Suiza el apetito por el plástico es voraz: el país genera cada año unos 100 kilos de residuos plásticos por persona, por encima del triple de la media europea.
Más del 75% del millón de toneladas de plástico utilizado en Suiza es material de embalaje desechable. El debate es si hay que reciclarlo o quemarlo. Suiza dejó de enterrar basura en vertederos en el año 2000, lo cual significa que aquello que no se recicla se quema para generar energía.
Según un informe de la asociación industrial PlasticsEuropeEnlace externo, Suiza recicla en torno al 25% de los residuos plásticos que genera: muy por debajo de Noruega y Suecia (que reciclan más del 40%), o Alemania, República Checa, Irlanda y España (donde se recicla más del 35%).
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¿Por qué no reciclan más plástico los suizos?
¿Acción o inacción?
Para reducir la contaminación, muchos países africanos (así como Bangladesh y Francia) han prohibido las bolsas de plástico. Bolsas que en Gran Bretaña tienen un recargo nacional. Este verano en varios países estarán prohibidas las microesferas de plástico usadas en productos como la pasta de dientes y los exfoliantes faciales. Además, la Unión Europea (UE) trabaja en una estrategia sobre los residuos plásticos para garantizar que en el año 2030 todos los envases de plástico utilizados en los 28 Estados miembros puedan reciclarse o reutilizarse.
Suiza, que no es miembro de la UE, no tiene planes para reducir estos desechos.
“El Gobierno solo puede prohibir los productos si su impacto ambiental no está justificado. Dado que la prohibición de productos interfiere, y mucho, en la libertad económica, para prohibirlos tiene que haber una razón muy convincente”, explica Elisabeth Maret, portavoz de la Oficina Federal Suiza de Medio AmbienteEnlace externo.
En cuanto a las bolsas de plástico, Maret menciona la exitosa iniciativa de cobrar cinco céntimos por bolsa que los comerciantes suizos adoptaron voluntariamente. Una iniciativa que, en un año (entre 2016 y 2017), logró que los clientes redujeran la demanda de bolsas en un 84%. De consumir 417.781.000 bolsas se pasó a 66.112.000. En otras palabras: no hace falta que en el consumo de plásticos intervenga el gobierno.
La Oficina Federal de Medio Ambiente está menos preocupada por las tasas relativamente bajas de reciclado que por lo que se hace –o no se hace– en las primeras etapas del ciclo de vida de los productos. Maret dice que un diseño más ecológico de los envases facilitaría la recuperación de plásticos de calidad y que estos puedan reutilizarse.
China dice que no
Los países europeos el año pasado se deshicieron de una sexta parte de sus residuos plásticos enviándolos al extranjero. Principalmente a China. Un país que, para reducir su contaminación, ha dejado de importar residuos plásticos extranjeros a principios de 2018.
Según Markus Tonner, del grupo suizo InnoRecyclingEnlace externo, el impacto ya se está dejando sentir. Su empresa vende bolsas de recogida para plásticos variados, recolecta y clasifica el contenido. Y luego utiliza el material de mejor calidad para procesar el granulado con el que fabricar equipos para la construcción y otros productos.
Mientras los precios de los residuos plásticos de baja calidad (como la película de polietileno) han caído, el granulado plástico de alta calidad se vende bien. También, a los chinos.
“Estamos muy satisfechos con el mercado de los granulados. Llevamos 18 años en el negocio, y la demanda nunca ha sido tan buena”, manifiesta Tonner, que señala que la decisión de China de rechazar el plástico chatarra del extranjero está obligando a Europa a replantearse la forma en que recoge y clasifica los desechos plásticos.
“Es algo muy positivo. Ahora las plantas de clasificación tienen que hacer un mejor trabajo, enfocado en la calidad en vez de en la cantidad”, explica. Para las empresas que recogen y separan residuos plásticos esto no resulta tan beneficioso, ya que, como es más difícil trasladar los materiales de menor calidad, “apenas se pagan”. Además, puede que para mejorar las ventas se necesiten mejores equipos y formación. Pero Tonner cree que las cosas se compensarán a medida que aumente la demanda de plástico reciclable de buena calidad, y predice un aumento en las oportunidades de reciclar plástico en Suiza.
Capacidad para reciclar plástico
Los suizos recogen 80 000 toneladas de plástico para reciclar, sobre todo botellas de bebidas de PETEnlace externo, así como de leche, champú, detergente y otras botellas de alta calidad. Y, en teoría, cada año podrían reciclar otras 112 000 toneladas de plástico. Es decir, todo el mundo en Suiza podría recoger y reciclar otros 14 kilos de plástico al año. Sin embargo, no existe un sistema federal y hay pocas plantas para el reciclado de plástico.
Aun así, los consumidores suizos anhelan contribuir a una economía circular, algo que viene a demostrar la tasa de reciclaje del 83% en las botellas de bebidas de PET. La campaña nacional de recogida de plástico comenzó en 1990; y en la actualidad hay más de 50 000 puntos de recogida por todo el país.
Hace cinco años, impulsados por consumidores con el anhelo de reciclar algo más que botellas de PET y leche, los supermercados suizos comenzaron a recoger todo tipo de botellas de plástico.
Puede contactar con la autora en Twitter @SMisickaEnlace externo.
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Cómo Suiza se ocupa de su basura
Traducción del inglés: Lupe Calvo
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