La tórrida Suiza en el horizonte 2060
Más de 40 °C en ciudades, sequías prolongadas e inviernos con poca nieve: en unos 40 años Suiza podría parecer un país mediterráneo moderno. ¿Cuáles son las implicaciones para la sociedad, el turismo alpino y el medio ambiente?
«Hoy, el termómetro marca 45 grados centígrados en Ginebra. La meseta y los valles alpinos han vivido su vigésimo día tropical desde principios de este año. La ola de calor que ha caracterizado el sur de los Alpes y el Valais durante más de un mes continuará en las próximas semanas. Debido a la continua sequía, se insta a la población a minimizar el consumo de agua.”
Alrededor del año 2060, este podría ser el pronóstico del tiempo de un día de verano. Las previsiones se basan en los nuevos escenarios climáticos para SuizaEnlace externo preparados por el Instituto Federal de Meteorología y Climatología y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) y presentados a mediados de noviembre de 2018. «Suiza se hará más cálida y seca», resumió el director de MeteoSwiss, Peter Binder, al dar a conocer estas previsiones.
Veranos más calientes e inviernos sin nieve
Los nuevos escenarios climáticos CH2018Enlace externo muestran el impacto del calentamiento global en Suiza a la mitad y al final del siglo. Sin medidas de protección del clima, estos serán los cambios en el año 2060 aprox:
– Veranos secos: Entre junio y agosto, la temperatura media será entre 2,5 y 4,5 °C más alta. Las precipitaciones se reducirán 25% y los períodos sin lluvia durarán 20 días en lugar de los 11 actuales.
– Lluvias fuertes: Las lluvias extremas serán más frecuentes e intensas, especialmente en invierno. Durante eventos extremos caerá un 10% más de agua.
– Días tropicales: Los días más calurosos de verano serán hasta 5,5 °C más cálidos. Los días de máximo calor, es decir, aquellos con temperaturas que hasta ahora solo se registraban una vez al año, se podrán registran unas 18 veces al año.
– Inviernos con pocas nevadas: A menos de 1 000 metros de altitud, la capa de nieve se reducirá en un 50% aproximadamente. Incluso a grandes alturas nevará menos, especialmente en primavera. La isoterma de cero grados se elevará de 650 metros a 1 500 metros.
Para hacerse una idea del clima en Suiza en la segunda mitad del siglo, basta con mirar lo que sucedió este año, subrayó Christoph Schär, climatólogo de la EPFZ. La ola de calor de 2018 es una señal para el futuro. Los extremos en los que vivimos hoy en día pueden convertirse en la norma en 2060″.
Desde los glaciares alpinos hasta la vida en las ciudades de las tierras bajas, swissinfo.ch ha analizado las posibles consecuencias del calentamiento si se hace caso omiso de los llamamientos para emprender medidas tendientes a frenar el calentamiento terrestre.
Desde 1850, unos 1 500 glaciares suizos han perdido el 60% de su volumen. Solo en el verano de 2018, la reducción ha sido de 2,5%Enlace externo.2,5%. Debido al aumento de las temperaturas y a la disminución de las nevadas en primavera, los pequeños glaciares están destinados a desaparecer, predice Matthias Huss, glaciólogo de la EPFZ. Según la Oficina Federal de Medio Ambiente (OFMA) solo las zonas más altas de los Alpes berneses y del Valais, incluido el Aletsch, podrán hacer frente a la situación.
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Glaciares: un universo que desaparece
La reducción de la masa de hielo no solamente afectará al paisaje y la estabilidad de las laderas, sino que también al régimen hídrico. Basándose en los conocimientos actualesEnlace externo de los escenarios climáticos de 2011, Olivier Overney, jefe de la División de Hidrología de la OFMA, afirma que «los recursos hídricos a nivel local se modificarán de modo importante». Sin embargo, será necesario integrar los nuevos escenarios climáticos en los modelos hidrológicos para disponer de datos más precisos, señala.
El retroceso de los glaciares tendrá sin duda un impacto en los grandes ríos europeos que nacen en los Alpes suizos. Según las previsiones, la capacidad del Ródano podría reducirse un 40% en los próximos añosEnlace externo.
En el futuro todavía habrá inviernos llenos de nieve. Pero se volverán cada vez más raros. Quien quiera esquiar en las pistas de gran altitud de las estaciones de esquí de Zermatt o St. Moritz tendrá que esperar una capa de nieve entre un 30 y un 60% inferior a la actual. Las estaciones de esquí a unos 1 500 msnm perderán unos 100 días de nieve y en Adelboden, a 1 350 msnm, los días de nieve serán inferiores a los registrados hoy en la capital, Berna (542 msnm), según las previsionesEnlace externo del Instituto Federal Suizo de Investigación sobre el Bosque, la Nieve y el Paisaje (WSLEnlace externo) y del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana.
Desde hace algún tiempo, muchos complejos turísticos ofrecen ofertas de verano y otoño con el objetivo de reducir la dependencia de los atractivos invernales, recuerda Bruno Galliker, portavoz de la Asociación Suiza de FuniculareEnlace externos. En Suiza, sin embargo, los deportes de invierno no están en peligro. «En las próximas décadas siempre será posible esquiar en Suiza, en particular gracias a la nieve artificial. Suiza tiene una ventaja competitiva en comparación con sus vecinos, ya que sus estaciones de esquí están situadas a mayor altitud.
Según Bruno Galliker, el cambio climático podría incluso tener un impacto positivo en el turismo alpino. «Aparecerán nuevos y encantadores paisajes. El aumento del calor en las llanuras empujará a la gente a buscar sitios más frescos en las montañas, donde las temperaturas serán más agradables», dice a swissinfo.ch.
El calentamiento provocará que las zonas de vegetación asciendan de 500 a700 metros de su nivel actual, predice el WSL. En las montañas, los árboles de hoja ancha como el roble y el arce reemplazarán a las coníferas. El abeto, el árbol más importante de la silvicultura suiza, corre el riesgo de desaparecer de la meseta porque está especialmente expuesto a organismos nocivos como los escarabajos de la corteza.
Según los expertos, será importante promover más la diversidad de las especies arbóreas, ya que un bosque natural con un alto grado de biodiversidad puede soportar mejor los veranos calurosos y los inviernos lluviosos. Aquí puede ver cómo los ingenieros forestales están preparando el bosque del futuro.
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Olas de calor en verano e inviernos húmedos
Marco Conedera, ingeniero forestal deL WSL, también recuerda que «el aumento de las temperaturas y la disminución de la nieve a baja altitud aumentará el riesgo de incendios». En particular, podría aumentar la frecuencia relativa y el peligro de incendios causados por rayos, que son muy difíciles de controlar, ya que afectan principalmente a las coníferas de montaña situadas en zonas impermeables. «Otra tendencia que ya es parcialmente visible ahora es la prolongación de la temporada principal de incendios hasta el otoño y el invierno», explica Conedera.
La biodiversidad en Suiza es muy pobre y el 36% de las especies de animales, plantas y hongos están en la Lista Roja, según Urs Tester de la asociación Pro NaturaEnlace externo. Con el calentamiento global, la situación empeorará aún más. «En Suiza, especies del sur de Europa se abren paso. Pero el número de especies que desaparecen será mayor. Los hábitats naturales se están deteriorando y las especies no están encontrando alternativas adecuadas. Particularmente afectadas son las especies que viven cerca de ríos y lagos, en humedales y en las montañas, como la perdiz blanca».
La reducción de las precipitaciones durante los meses de verano no es la única mala noticia para los agricultores. A medida que la temperatura aumenta, también lo hace la evaporación. El resultado: el suelo se vuelve más seco y el agua falta. No sólo eso. La presencia de organismos nocivos va en aumento y las especies y enfermedades importadas de zonas tropicales o subtropicales también podrían establecerse en Suiza, señala Pierluigi Calanca de AgroscopeEnlace externo, el centro de competencia de la Confederación para la investigación agronómica.
Los agricultores también tendrán que hacer frente a la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las inundaciones, que «conducen a una reducción de los rendimientos», recuerda Sandra Helfenstein, portavoz de la Unión Suiza de Agricultores.
Sin embargo, el calentamiento global también tendrá un impacto positivo en ciertas actividades, como la viticultura. «El aumento de la temperatura media y del período vegetativo permite el cultivo de plantas y variedades que hasta ahora eran típicas de los países del sur o se limitaban al Tesino o al Valais. En el futuro, también será posible cultivar arroz al norte de los Alpes», dice Sandra Helfenstein.
Suiza genera el 60% de su electricidad con energía hidroeléctrica. Según un estudioEnlace externo reciente de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, el derretimiento de los glaciares tendrá poco impacto en la producción de energía hidroeléctrica. Por el contrario, el aumento de los períodos de sequía podría tener consecuencias importantes: este verano, la central hidroeléctrica de Schaffhausen, cerca de las cataratas del Rin, registró un descenso de la producción del 50%.
El cambio climático tendrá un impacto negativo en la producción de energía hidroeléctrica, pero no de manera excesiva, según Felix Nipkow, jefe de la sección Electricidad y Energías Renovables de la Fundación Suiza para la EnergíaEnlace externo. «También es posible que los nuevos lagos que se formarán como resultado del retroceso de los glaciares ofrezcan nuevas posibilidades para la explotación de la energía hidroeléctrica”.
Los inviernos serán más suaves en 2060 y la necesidad de calefacción disminuirá. Sin embargo, esta reducción se ha visto frustrada por el aumento del uso de energía en verano por el uso de aire acondicionado. El principal desafío para Suiza es la eliminación de la energía nuclear, el cambio a las energías renovables, que hoy cubre el 30% de la producción eléctrica.
Para sustituir la energía nuclear, Suiza quiere promover las energías renovables, reducir el consumo eléctrico y mejorar la eficiencia energética. «Suiza debe centrarse en la energía fotovoltaica, la tecnología más barata para la generación de energía. Podría proporcionar potencialmente el doble de la producción atómica actual», dice Felix Nipkow.
Debido al sellado del suelo y al calor generado por el tráfico, la industria y los edificios, las temperaturas en la ciudad son unos grados más altas que en los alrededores (en Zúrich se midieron diferencias de más de 4 grados). Los veranos más calurosos convertirán a las ciudades aún más en islas de calor: islas de calorEnlace externo.
Para combatir este fenómeno, las autoridades municipales tendrán que proporcionar más espacios verdes y abiertos, actuar sobre el color y las propiedades termofísicas de los edificios y facilitar la circulación del aire, por ejemplo, limitando la altura y la densidad de los edificios. Uno de los proyectos piloto de adaptación climática del Gobierno Federal es Sion, en el Valais, la ciudad que más se calienta en Suiza.
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La metamorfosis climática de una ciudad
Según la Oficina Federal de Salud Pública, las olas de calorEnlace externo son una de las amenazas más graves para Suiza. Las personas más vulnerables son los ancianos y los enfermos. Durante el excepcional verano de 2003, la persistencia de temperaturas superiores a los 30°C causó alrededor de mil muertes prematuras en Suiza y 70 000 en Europa.
Las temperaturas más altas también fomentan la aparición de enfermedades infecciosas que ahora se limitan a los países tropicales. La presencia del mosquito tigre asiáticoEnlace externo, un vector potencial de enfermedades como el dengue o la fiebre chikunguña, es motivo de preocupación en Suiza. Los veranos caniculares también promueven la propagación de garrapatas, que son portadoras del patógeno de la meningoencefalitis y la enfermedad de Lyme. El siguiente mapa muestra las áreas en donde existe el riesgo de contraer la infección.
El cuadro que describimos puede parecer sombrío. Sabemos que las emisiones globales que contribuyen a calentar la tierra se siguen produciendo. No obstante, todavía existe la posibilidad de revertir la tendencia y evitar los peores escenarios, dicen los expertos en clima de la ONU.
Reto Knutti, investigador de Climatología de la EPFZ, reitera que la acción preventiva está dando sus frutos. «Con una protección climática constante, los efectos del calentamiento en Suiza podrían reducirse a la mitad para mediados de este siglo», afirma.
(Traducción del italiano: Patricia Islas)
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